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Una mujer se arruina al descubrir por casualidad la verdadera identidad de su marido: "Ya no tengo vida"

Una mujer se arruina al descubrir por casualidad la verdadera identidad de su marido: "Ya no tengo vida"

Próximamente, en sus mejores cines.

Imagen de una persona afligida.Getty Images

Historia digna de guion de cine. Si alguien no se ha hecho ya con los derechos. Se trata de la historia que relata el periódico británico The Guardian del matrimonio conformado por Bob Lambert y Jacqui -sin nombre concreto por cuestiones de seguridad-. Pero sobre todo, de la revelación que un día tuvo ella cuando se topó con la verdadera historia del que había sido su esposo.

'Había sido su esposo', no es un tiempo verbal al azar. Su historia podría catalogarse de problemática, pues no arrancó con muy buen pie. O, al menos, eso era lo que Jacqui creyó durante más de dos décadas. Tras tener al hijo de la pareja, dos años más tarde se esfumó. 

Lambert no se fue sin más, tenía una excusa o coartada. En realidad, una mentira para ocultar otra mentira mayor aún. Le dijo que tenía que marcharse por seguridad, que estaba huyendo de la policía. La realidad era muy distinta. El que llevaba placa era él. Pero Jacquie no lo supo hasta que un día cualquiera abrió un ejemplar del tabloide The Daily Mail y leyó el artículo que le dejó "absolutamente arruinada" y que le hizo sentencias que "ya no tengo vida".

"Ya no tengo vida": ¿quién era en realidad Bob Lambert?

Bob Lambert no tenía problemas con la ley cuando huyó, él era parte de la ley. No, no era uno de esos amables y gentiles bobbies que recorren las calles londinenses. Era un policía de encubierto, que realizaba tareas homólogas a las que realizaría un agente de la Brigada de Información de la policía española. Pero en sus prácticas y su historia se esconden otros escándalos que han agitado la política británica.

Lambert integraba un escuadrón secreto de la policía de Scotland Yard. Su objetivo era espiar a líderes y activistas políticos, algo que hizo entre los años 1984 y 1989 integrándose en una red anarquista y entre animalistas. Sí, en ese lapso temporal fue cuando tuvo relaciones sexuales con Jacquie. También con otras tres. Evidentemente, a ninguna les reveló cuál era su verdadero trabajo. ¿Les suena esta historia o se preguntan como puede ocurrir algo así en un país europeo? Probablemente les suene otra.

Aunque Jacquie se quedó en cinta e iban a compartir un vástago, tampoco le contó -ni a ninguna de las otras mujeres con las que se acostó- que él ya tenía descendencia. Lambert tenía mujer y dos hijos. Para ella era el hombre "cautivador" que conoció en 1984 cuando estaba en el mundillo de la defensa de los derechos de los animales. Asegura que le dijo "en muchas ocasiones" que quería tener un hijo con él. 

No parecía ser mal padre, o al menos ella le definía como "práctico y devoto", cuando veía a un progenitor que le cambiaba los pañales al pequeño, le bañaba y le llevaba regalos. No le pareció extraño que a pesar de todas las excusas para no aparecer en los documentos como el padre, sí contribuía económicamente.

Una coartada de película: huida a España como cabecilla animalista

Si hasta aquí la historia ya mostraba potencial para perfilar una cinta de espionaje político, la coartada de Lambert cuando rompió los lazos con esa etapa de su vida tampoco se queda atrás en materia de ficción. Cuando rompieron, primero le había dicho a Jacqie que se había marchado a vivir una vida "fuera de la red", presumiendo de un estilo de vida anticapitalista. 

Después les dijo que tenía que salir pitando porque la policía le estaba pisando los talones. ¿Por qué exactamente? Porque tenían pruebas de que habría cometido delitos para promover campañas en favor de los derechos de los animales. Así fue cómo se inventó que se largaba a España en esa escapada.

En realidad, en vez de todas esas coartadas, lo que le había ocurrido a Lambert es que había ascendido a comienzos de la década los 90 convirtiéndose en alto cargo de su escuadrón policial. Acabó siendo distinguido policialmente por ese trabajo 'undercover' e incluso recibiendo título de la Orden del Imperio Británico por su trabajo policial. 

A modo de anécdota, en el marco de ese trabajo, Lambert está acusado de provocar un incendio en una sucursal de Debenhams mientras simulaba hacer campaña contra el comercio de pieles. ¿Se metió tanto en el papel que representaba?

Nuevos tiempos
Un proyecto de Correos

Recuerda The Guardian que Lambert tendrá que pasar por tribunales esta semana. Sir John Mitting, un juez retirado, está examinando la conducta de unos 139 agentes de policía encubiertos que espiaron a decenas de miles de activistas, principalmente de izquierdas, entre 1968 y 2010.