¿Qué fue de los trabajadores de Campofrío tras el incendio?

¿Qué fue de los trabajadores de Campofrío tras el incendio?

CAMPOFRÍO

BURGOS-. Vicente Ramón Marijuán sigue un rito todos los meses. Cada día 16 se levanta y se va al lugar donde estaban las puertas de la fábrica de Campofrío en Burgos. Era su lugar de trabajo desde hace 17 años, hasta que la planta fue devorada completamente por el fuego el 16 de noviembre. Allí, una vez al mes, se reúne con otros compañeros. Charlan de sus cosas, intentando guardar una rutina, como si el incendio no hubiese dejado una explanada enorme vacía, como si aquellas llamas no hubiesen cambiado en nada sus vidas.

Pero la realidad es que sí que lo ha hecho. Vicente y su mujer, también empleada de Campofrío, llevan en el paro desde entonces, como la gran mayoría de los que trabajaban en la fábrica. Estarán así hasta que se inaugure la nueva planta que la empresa ha comenzado a construir en el mismo solar que la anterior. Literalmente sobre sus cenizas. El miércoles pasado, seis empleados pusieron la primera piedra de la nueva planta, que será más moderna, más grande y que, si todo va según lo previsto, se inaugurará el 16 de noviembre de 2016, justo dos años después del incendio. La compañía se ha comprometido a que todos los trabajadores vuelvan a trabajar allí.

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Vicente suspira aliviado ahora, cuando ve que la construcción de la fábrica es una realidad. Pero todavía le invade el nerviosismo cuando piensa que se acerca noviembre de 2016, la fecha en la que se le acaba el paro, como a casi todos los que están en su situación. Justo cuando debería inaugurarse la nueva fábrica, que tendrá un coste de 225 millones. Los plazos son ajustados. “Ves que se van dando los pasos hacia delante, pero por otro lado el momento está cada vez más cerca”, señala.

Ignacio González, director general de Campofrío para el sur de Europa, asegura que la empresa no tiene plan B. Que la idea es hacer las primeras pruebas industriales en septiembre de 2016 e inaugurar la fábrica en noviembre. Y que para su construcción se han creado 800 empleos directos y otros 1.000 indirectos. Hasta ese momento, los trabajadores que están en el paro a través de un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (unos 550 de 848) intentan pasar el tiempo como pueden. “Hacemos cursos. El próximo que yo voy a hacer es de informática. Y es lo que tenemos: formarnos, ayudar en casa…”, explica un empleado que no quiere dar su nombre y que lleva 38 años en la empresa.

"HEMOS SIDO UN EJEMPLO"

“Con la primera piedra se ha iniciado una nueva época. Van a hacer una nueva fábrica, con nueva tecnología, en la que entramos todos de nuevo y tenemos que empezar otra vez a aprender. Pero la gente de mi generación lo tenemos mamado, siempre hemos estado aprendiendo las tecnologías que entraban en la fábrica. No es ningún obstáculo. Estamos ilusionados”, advierte, mientras subraya que ha empezado a tirar de ahorros porque en el paro cobra “cerca de 10.000 euritos” menos al año. “Y tengo un chico en la Universidad”, destaca, a la vez que admite que echa de menos “un poquito más de ayuda” económica por parte de la empresa.

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El sentir general es, sin embargo, de satisfacción con la compañía. “Las buenas palabras se están cumpliendo”, asegura Hilario Sancho, presidente del Comité de Empresa que lleva 24 años trabajando allí. “Si vuelve a haber un desastre en una empresa, el guión que se debe seguir es el que hemos seguido en Campofrío. Tanto trabajadores, como comité, como dirección, como la sociedad de Burgos han sido un ejemplo de cómo una tragedia puede acabar en una factoría mucho más moderna, esperemos que con más trabajadores y que nos dure por lo menos 50 o 100 años más”, afirma.

Sancho rechaza hacer cualquier crítica a la empresa porque, aunque admite que a todos les gustaría “más, más y más”, el acuerdo que consiguieron fue “muy bueno”. “Que nos vayan a hacer una fábrica nueva ya es cojonudo. En el 99% de los casos, estas grandes multinacionales se hubiesen ido”, avisa. Y, emocionado, recuerda que Campofrío lo es todo para Burgos, una ciudad en la que buena parte de sus 180.000 habitantes dependen de la fábrica, que cuenta con unos 1.200 empleos directos y otros 800 indirectos en toda la provincia. Así que dice sin dudar que el día de la primera piedra ha sido de los mejores de su vida.

"EL TRABAJO ES TRABAJO"

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Y, en ese día tan emocionante, Rodrigo Benito fue protagonista. Fue uno de los seis trabajadores que Campofrío seleccionó para poner los primeros ladrillos, fabricados con las cenizas de la antigua fábrica y con una inscripción con su nombre. A Rodrigo le costaba sostener las lágrimas mientras colocaba las piedras bajo una enorme carpa y delante de 600 compañeros. “Es el primer paso, la señal de que esto va hacia delante”, dice. Él es uno de los 185 trabajadores que no han ido al paro porque la empresa los ha recolocado en sus diferentes factorías hasta que puedan volver a su puesto en la nueva fábrica. Son los que menos antigüedad tenían y, por tanto, los que menos tiempo de paro sumaban.

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Rodrigo, por ejemplo, llevaba dos años trabajando cuando la fábrica se quemó y ahora está en la planta de Campofrío en Ólvega, en la provincia de Soria. “La planta es diferente, más vieja, pero el trabajo es trabajo. Viviendo lo que hemos vivido, no nos podemos quejar”, advierte. Según asegura el Comité de Empresa, a los trabajadores recolocados se les está pagando el salario fijo que tenían antes, más las variables del nuevo centro más 50 euros al día para que puedan pagar un piso en la nueva ciudad. Quienes tienen menos de dos años y no han podido ser recolocados cobran una ayuda de 426 euros al mes que el comité acordó con la empresa a través de la Junta de Castilla y León.

En una situación diferente está Andrés, uno de los pocos que estaban trabajando el domingo que se incendió la fábrica. Era trabajador eventual y en estos meses ha ido buscando trabajo de lo que le ha salido: comercial, asesor energético… “Todavía hay días en los que te acuerdas de aquel fatídico día y las lágrimas vuelven a caer por tus ojos”, admite. Pero ahora ya mira hacia delante: “Igual en 2016 nos llaman para ir a trabajar en la factoría de Ólvega. Mi futuro quiero que esté en Campofrío”. El tiempo lo dirá.

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