Paro, la foca artificial que ayuda a niños autistas y ancianos con demencia

Paro, la foca artificial que ayuda a niños autistas y ancianos con demencia

Los animales son fantásticos, pero ninguno tan útil como los que crea Takanori Shibata, director de Investigación del AIST de Japón y creador de Paro, focas artificiales "muy buenas para niños con autismo y ancianos con demencia".

"Mucha gente lo tiene como mascota o para hacerles compañía", explica el creador. La idea surgió porque muchos sitios no permiten tener animales. "Por eso pensé en crear un animal robótico. Eligió un bebé foca, un animal que no es común como mascota, para que los usuarios no tuviesen nada real con que compararlo.

Es un peluche con fines terapéuticos, reconocidos por agencias internacionales. Tiene efectos psicológicos, fisiológicos y sociales. "Cuando una persona está deprimida, el flujo sanguíneo de su lóbulo frontal se reduce. Cuando interactúan con Paro, el cerebro se estimula y mejora el flujo", explica Shibata.

Sus robots cuentan con multitud de sensores para hacer que la experiencia sea más real. Por ejemplo, sensores táctiles, para que reconozca cómo y dónde le están tocando. "Los bigotes no le gusta nada que se los toquen", demuestra entre risas. Dentro los hay de temperatura, que le permiten retener el calor corporal.

El hocico tiene sensores lumínicos que le dan visión simple. "Por cuestiones de privacidad, Nuka no tiene una cámara, pero reconoce la iluminación del entorno", explica. Ya están en uso unas 4.000 unidades en más de 30 países. La mitad se concentran en Japón.