Las ciudades de la oportunidad

Las ciudades de la oportunidad

En el informe se incluye por primera vez a Madrid, colocando así a la capital de España entre las 26 ciudades con mayor proyección de futuro del mundo. Madrid se sitúa en la posición número 15, por detrás de Tokio, Berlín o Los Ángeles.

Siempre se dice que no hay que juzgar el libro por su tapa, pero he de confesar que empecé a ojear el informe Cities of Opportunity por lo atractivo de su título. Si Diógenes recorría Atenas con un candil buscando un hombre, nosotros estamos igual, sólo que buscando oportunidades (o brotes verdes).

La cuestión de las ciudades del futuro y el futuro de las ciudades me parece un tema especialmente interesante. Hace poco leía una entrevista a Saskia Sanssen, socióloga y experta en urbanismo, donde afirmaba que "las ciudades van a ser más importantes que los Estados" y que "los ejes Washington-Nueva York-Chicago o Hong Kong-Shanghái-Pekín van a ser más importantes que Estados Unidos o China". En el artículo se preguntaban si sería ese un modelo idóneo para la Unión Europea, que ahora sufre una gran crisis de identidad. ¿Podría plantearse una Unión Europea de los ciudadanos y las ciudades, no de los Estados? De ser así, más vale que vayamos haciendo los deberes para ser actores principales de esta nueva liga.

Cities of Opportunity 2011 es un informe elaborado por la consultora PwC y que destaca a Nueva York, Toronto, San Francisco, Estocolmo y Sidney como las ciudades con mejores proyecciones a futuro. El estudio toma en consideración 26 ciudades desarrolladas o emergentes, a las que analiza a través de 66 variables, agrupadas en 10 indicadores, que tienen como objetivo evaluar el desarrollo económico, social y cultural actual y proyectado para la ciudad y para sus habitantes, para determinar cuáles serán las "ciudades del futuro".

En el informe se incluye por primera vez a Madrid, colocando así a la capital de España entre las 26 ciudades con mayor proyección de futuro del mundo. Madrid se sitúa en la posición número 15, inmediatamente detrás de urbes como Tokio, Berlín o Los Ángeles. Por indicadores, Madrid destaca en Influencia Económica (curioso que el propio informe lo califique de "sorprendente"), Demografía y Habitabilidad, y Transportes e Infraestructuras, ocupando en todas ellas el quinto lugar.

Pero hay otros indicadores en el informe que a mí particularmente son los que más duelen, y son en los que ocupamos en el furgón de cola: los relacionados con las tecnologías y la creación de empresas:

  • En el indicador "Capital intelectual e innovación", donde se evalúa cómo transformar el sistema educativo para obtener resultados económicos palpables, Madrid aparece en el número 14, con variables como "Labor investigadora de las principales universidades", con 9 puntos sobre 26 posibles, y en "Porcentaje de gasto bruto doméstico en I+D", con un 10 sobre 26.
  • En "Preparación Tecnológica" se mide la capacidad de las ciudades para poner en marcha programas que les permitan atraer a la población con mayores capacidades tecnológicas, así como atraer a los grandes inversores de capital. Pues bien, sacamos un 7 sobre 26 en "Acceso a internet en los colegios", un 9 sobre 26 en "Calidad del ancho de banda" y un 11 sobre 26 en "Economía digital". Madrid es la número 19.
  • Finalmente, en el apartado "Facilidad para hacer negocios", es decir, la facilidad para la puesta en marcha de nuevos negocios y la facilidad para crear y mantener una empresa. En "Facilidad para crear una empresa" y en "Facilidad de contratación" nos ponen un 2, de 26. Madrid aparece en el número 18.

Un poco descorazonador. ¡Ay, ese cambio de modelo productivo que no llega nunca! Pero me aferro a lo bueno: Madrid es considerada a nivel global como Ciudad de Oportunidades. Apuntalemos sus fortalezas, corrijamos sus debilidades. Tenemos las empresas y los profesionales -en lo público y en lo privado- que saben lo que hay que hacer, y una generación entera de jóvenes deseando que esa potencial oportunidad se materialice. Por brazos y cerebros no iba a ser. Si el resto de España aprendiese de los errores cometidos y copiase las experiencias exitosas de las Cities of Opportunity, quizá en años sucesivos muchas más ciudades españolas ostentarían ese título. Y quizá empezaríamos así a configurar en España el mapa de las Ciudades de las Oportunidades, e ir olvidando el de las oportunidades perdidas.