Así son los escenarios reales de la literatura noruega que brilla en la Feria de Fráncfort

Así son los escenarios reales de la literatura noruega que brilla en la Feria de Fráncfort

WMagazín te invita a conocer en vídeo los lugares de Oslo importantes en autores como Ibsen, Hamsun, Gaarder, Fosse, Nesbø, Knausgård...

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Por Winston Manrique Sabogal

Una de las literaturas que más ha brillado en esta década es la noruega. Una diversidad de temáticas, géneros literarios y polifonía de voces presentes en más de sesenta idiomas tanto con autores ya consagrados como Jon Fosse, Jostein Gaarder, Kjell Askildsen, Kjartan Fløgstad, Per Petterson o Dag Solstd, como con otros que irrumpieron en el panorama internacional más reciente como Karl Ove Knausgård, Herbjorg Wassmo, Jo Nesbø, Linn Ullmann, Anne Orstavik, Roy Jacobsen, Maja Lunde, Erlend Loe, Karin Fossum, Ingvar Ambjørnsen, Maria Parr, Lars Saabye Christensen, Erika Fatland …

Una riqueza literaria que se aprecia estos días en la Feria del Libro de Frácfort donde Noruega es el País Invitado con la presencia de unos 75 autores. Son los herederos de dos clásicos: Henrik Ibsen (1820-1906) y Knut Hamsun (1859-1952). Pero es 1991 con Jostein Gaarder y El mundo de Sofía cuando Noruega queda fijada en el mapa literario mundial contemporáneo.

Se trata de poetas, dramaturgos, narradores y ensayistas dotados de transparencia en la escritura en la cual despliegan una sensibilidad especial para la descripción de los mundos interiores de sus personajes y reflexiones alrededor de problemáticas sociales.

Y Oslo, la capital, es uno de los escenarios favoritos de las obras noruegas. WMagazín ha recorrido algunos de esos sitios para presentarlos en vídeos individuales con el fin de que nuestros lectores pueden entrar en ellos y conocer los espacios clave de esos escritores en lo personal y literario. Desde el legendario Grand Café donde le gustaba ir a Ibsen, hasta el bar Schroder escenario del investigador policial creado por Nesbo, pasando por la Casa de la Literatura que es el punto de encuentro de todos.

Noruega se presenta en Fráncfort con el lema The dream we carry (El sueño que llevamos). Además del despliegue literario su programa cultural incluye actividades alrededor de artes escénicas, cine, arquitectura, música y artes plásticas a través de exposiciones en diferentes museos hasta el próximo año.

Un país con una política muy fuerte de apoyo a sus autores que ha contribuido al éxito de su literatura a nivel mundial. El brillo de la creación literaria y editorial de Noruega se refleja en los trabajos de Norla, el centro de promoción de la exportación de contenidos literarios de Noruega, que en 2018 concedió becas de apoyo a la traducción a 538 obras. Una cifra muy superior al promedio de la última década. En español una de las figuras clave de la transmisión del pensamiento, la belleza y el espíritu de la literatura noruega se llama Kirsti Baggethun, una de sus principales traductoras.

El siguiente es el viaje que te proponemos en WMgazín para que conozcas algunos de los lugares de Oslo más emblemáticos reflejados en la literatura noruega:

El Grand Café de Oslo, escenario clave en Henrik Ibsen. /WMagazín

Los cafés y bares han acogido a muchos escritores y allí se han concebido y escrito grandes obras, aunque los autores fueran allí por tertulias o por tener aseguradas un mínimo de horas con calefacción en invierno. Cada ciudad suele tener su café legendario y bohemio, o varios según el barrio, donde los escritores toman el pulso de la vida. Oslo tiene uno que es mítico creado en 1874: el Grand Café. Fue el segundo hogar de Henrik Ibsen, autor de clásicos como Casa de muñecas. Allí tenía una mesa cerca de la ventana que daba a la calle principal de la capital noruega. Allí, entre la orquestación improvisada de cucharillas, platos, vasos y el coro de voces de los visitantes concibió y escribió parte de sus obras clásicas. Solía ir después de almorzar, entre la una de la tarde pasadas y las dos. Luego volvía por la tarde-noche hacia las seis y permanecía hasta pasadas las siete. Edvard Munch inmortalizó a Ibsen con su pelo alborotado y barba blancas de espalda a la ventana.

Ibsen acudió al Grand Café desde 1891 y dicen que entre sus pedidos se encontraban un sándwich, una cerveza y un aguardiente. El Grand tiene al fondo un enorme mural de 1920 con varios de los artistas y creadores de la época y personal habitual que patrocinaron el café durante un tiempo. En el mural pintado por Per Krogh, figuran Ibsen y Munch.

Esta temporada Henrik Ibsen vuelve al mundo en varios idiomas con traducciones directamente del noruego al indio, chino, ruso, árabe, egipcio, persa, japonés y español. Un gran proyecto literario que la Universidad de Oslo, con fondos del  Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega, inició hace más de ocho años, titulado Ibsen in translation.  La encargada de este trabajo al castellano es Cristina Gomez-Baggethun y la editorial es Nórdica Libros en un volumen que reúne los ocho dramas más importantes de Ibsen. Y WMagazín publicará este jueves 17 de octubre un avance sobre cómo se ha hecho este proyecto universal que ha tardado varios años.

Catedral de Oslo, uno de los esecnarios de Knut Hamsun. /WMagazín

Knut Hamsun (1859-1952), ganador del Nobel de Literatura en 1920, fue uno de los escritores más admirados por sus contemporáneos. Aunque su apoyo a la Alemania nazi de la Segunda Guerra Mundial lo dejó en los márgenes de la popularidad y eclipsó su calidad literaria. Su novela Hambre es una obra maestra que trata de las penurias físicas y psicológicas de un periodista camino de la locura que da tumbos por Cristianía, nombre antiguo de Oslo entre 1624 y 1897, en busca de algo de comida mientras coloca algún artículo en periódicos. La novela la escribió después de su regreso de Estados Unidos en 1888 de manera anónima en la prensa y por entregas. Fue un éxito entre los lectores y escritores al impulsar caminos literarios sobre la psicología y el flujo interior de la voz del protagonista. Un recurso que potenciarían autores como James Joyce, Marcel Proust y Virginia Woolf, además de Kafka o Henry Miller, mientras que Thomas Mann y Ernst Hemingway expresaron públicamente su admiración.

En esos tumbos que da el protagonista anónimo de Hambre por Cristianía la catedral de Nuestro Salvador, de la diócesis luterana consagrada en 1697, y su edificio más alto de la época es un escenario importante; testigo silencioso o cómplice de la desgracia de un hombre sin pasado y solo un presente abismado a la muerte. Un ser solo ante el mundo y la sociedad acompañado solo de su ética y visión de la humanidad que tanto practican las iglesias. Una persona envuelta en la desventura de la ciudad.

La calle Karl Johans, una de las principales de Oslo, donde está el Grand Café y desemboca al Palacio Real. /WMagazín

En 1991 Jostein Gaarder (Oslo, 1952) colocó a Noruega en el mapa de la literatura contemporánea con El mundo de Sofía. Esta novela de divulgación fue un éxito rotundo traducida a 54 idiomas, reseñada en la prensa mundial y llevada al cine. Gaarder creó, a partir de una trama sencilla en la que una muchacha va descubriendo su identidad y formulando preguntas, un relato con conceptos básicos que ayudan a conocer y comprender la historia de la filosofía occidental.

Para escenificar a Gaarder y su obra nada mejor que el tramo de una de las calles más transitadas por el escritor y más emblemáticas de Oslo: la Karl Johans que tiene a un lado el Grand Café en una de sus esquinas, la gran Plaza de la Universidad con sus edificios clásicos, mientras al otro lado hay un bulevar con jardines y árboles tras los cuales están el Teatro Nacional y la entrada a una de las estaciones principales del metro. Al fondo,  la Karl Johans desemboca en el Palacio Real. Una calle con historia, educación, pensamiento, arte y el devenir de la vida diaria de los noruegos y las pregutnas que plantea Gaarder en su clásico.

En 2012 Gaarder publicó una continuación a El mundo de Sofía con el volumen Me pregunto en el que plantea cincuenta temas filosóficos intergeneracionales que van desde la justicia y la belleza hasta asuntos sobre la vida y la muerte.

La llamada Casita del Rey de Noruega, en Oslo. /WMagazín

En la llamada Casita del rey, en una esquina del gran campo donde se levanta el Palacio Real de Noruega, en Oslo, vive desde 2011 Jon Fosse (1959). Se la cedió el estado a uno de sus grandes poetas, dramaturgos y novelistas para que viva allí gratis. Es una casa que desde los años treinta se la ceden a un compositor o escritor como respaldo a los creadores y emblemáticamente a Fosse que ha escrito medio centenar de obras traducidas a más de cincuenta idiomas.

La Casita del rey es un lugar tranquilo en una curva de una de las calles que conducen al centro de la ciudad. El lugar donde Fosse ha escrito dos de sus obras recientes. La editorial De Conatus publicó el año pasado Trilogía, que reúne tres novelas cortas, y este otoño El otro nombre. Septología I.

Restaurante Schroder, escenario de novelas de Jo Nesbø. /WMagazín

En el número 8 de Waldemar Thranes en St. Hanshaugen hay un restaurante de barrio de comida tradicional noruega que ha aparecido en la ficción de varios libros: Schrøder. Allí está desde 1956 cuando lo abrió Hans Schrøder y ahora con nuevos propietrios conserva el nombre. Uno de los escritores que lo ha popularizado internacionalmente es Jo Nesbø (Oslo, 1960) a través de su personaje Harry Hole que vive a una calle de allí. Es el protagonista de uno de los autores de novela negra más populares, un investigador policial que suele tener mesa reservada cerca de la ventana que da a la calle, de tal manera que le sirve para aclarar ideas y leer el periódico.

Schrøder es un restaurante típico de paredes recubiertas de madera hasta la mitad, luces ambarinas, un reloj que se ve tan pronto se traspasa la puerta de cristal,  mesas con manteles color burdeos, con uno blanco encima, y al fondo una gran barra con toda clase de licores y bebidas. Es el refugio pasajero de Harry Hole en sus paréntisis de resolver crímenes. Ese lugar es uno de los polos a tierra que conecta la realidad con la ficción.

Harry Hole es creación de Jo Nesbø, un economista y analista financiero, corredor de bolsa, líder y cantante del grupo musical Di Derre y hasta periodista. En 1997 le dio vida a su personaje en el premiado libro El murciélago. La serie con Hole ya tiene doce títulos, entre ellos El muñeco de nieve, Macbeth y el último Cuchillo. Nesbø estará en Madrid en el encuentro Getafe Negro.

Es autor de títulos como El muñeco de nieve

Iglesia medieval en Oslo, escenario del libro de Larss Myttting. /WMagazín

Una pequeña y espigada iglesia vikinga de madera rodeada de vegetación, en los alrededores del Museo Folklórico de Oslo, es una de las protagonistas de la nueva novela del penúltimo escritor noruego que ha saltado al panorama internacional: Lars Mytting (1968). Se titula provisionalmente Las campanas hermanas y la publicará Alfaguara próximamente. Mytting se dio a conocer hace tres años en España con El libro de la madera. Una vida en los bosques, un éxito en los países nórdicos y convertido en serie de televisión. Algo extraordianrio porque cuenta la vida de un hombre y su actividad de serrar la madera, que pasa con él y su relación con los árboles, la naturaleza, el acto de sobrevivir. Su siguiente novela fue Los dieciséis árboles del Somme, ganadora del Premio de los Libreros de Noruega y también verá su versión televisiva.

La próxima novela, Las campanas hermanas, traducida por Lotte K. Tollefsen, se adentra en la historia de la iglesia vikinga y dos hermanas siamesas. Mytting crea una trama para contar lo que sucedió cuando en el siglo XIX la iglesia fue movida de sitio y bajo ese pretexto traza el arco de la vida de su país, de su evolución de la pobreza y la austeridad a la riqueza que ha dado el hallazgo del petróleo desde hace medio siglo

Los libros de Mytting muestran la identidad y la naturaleza noruega a través de la vida rural, de la vida en el campo, del ser humano entre el cielo y la tierra y su relación con ellos. Un factor decisivo para los noruegos teniendo en cuenta que más de un tercio del territorio del país es bosque y toda su frontera oriental es mar y fiordos y al norte nieves del polo.

Mural de escritores en la Casa de la Literatura de Oslo. /WMagazín

En un país que cree en la creación literaria y en la lectura no podía faltar una Casa de la Literatura. Está en un costado de la Plaza del Palacio Real es uno de los espacios literarios oficiales más grandes de Europa. Es el punto de encuentro del libro en todos los géneros literarios, sus creadores y sus lectores. Un edificio-palacete de tres plantas y una buhardilla donde se venden libros, se toma café, un restaurante y salones y más salones para charlas, conferencias, recitales, ruedas de prensa, actividades con los niños, con los inmigrantes y con los propios autores, claro.

En la segunda planta hay un salón especial que tiene en una de sus paredes un gran mural con los dibujos de una cuarentena de escritores noruegos contemporáneos. De poetas, dramaturgos, naradores y ensayistas visitantes antes o ahora: desde un clásico vivo como Kjell Askildsen hasta nombres como Karl Ove Knausgård.

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