hungria

"Ese discurso le habría gustado hasta a Goebbels", lamenta Zsuzsa Hegedus, hasta ahora amiga de Orbán, que denuncia que se ha cruzado "la línea de lo admisible".
La norma prohíbe charlas sobre homosexualidad en los centros escolares y limita los contenidos sobre el colectivo LGTB emitidos en televisión.
Una figura considerada cercana al presidente ruso, Vladimir Putin.
En las últimas horas, medios locales publicaron que Hungría bloquearía la medida hasta que Kirill fuera borrado de la lista de sancionados. Avisó que diría no porque "afectaría la libertad de religión de las comunidades húngaras, sagrado e inviolable".
El embargo vetará antes del final del año todas las importaciones de petróleo ruso por barco, que suponen dos tercios del total.
Aseguran que no solo es una amenaza por el riesgo físico sino también porque pone en peligro el suministro eléctrico y la seguridad financiera.
Hungría importa de Rusia el 65% del petróleo y el 85% del gas que usa.
Los de Orbán, más Eslovaquia o República Checa, se plantan ante su enorme dependencia del crudo de Moscú.
El Gobierno de Viktor Orbán rompió el pasado 6 de abril con la unidad europea y rechazó la implantación de más sanciones a la energía rusa.