Rusia empieza a cerrar el grifo a países como Polonia y Bulgaria, mientras Bruselas estudia el castigo mayor, que obligaría a reestructurar todo el sistema energético.
El plan que anunciado supone la mayor liberación de barriles de sus reservas estratégicas, el aumento de la producción para abaratar su coste e impuestos para los pozos no explotados.
Este proceso de perforación puede provocar la emisión de sustancias químicas cancerígenas a la atmósfera, lo que supone una potencial fuente de contaminación del agua y el aire.
Los dos países se han reunido para defender "seguridad energética" global y se han producido liberaciones de estadounidenses en Caracas. ¿Se levantarán las sanciones?
"Tenemos todo el derecho a tomar represalias", dice Moscú, cuya invasión de Ucrania puede llevar a levantar sanciones al crudo venezolano, vigentes desde 2019.
1,65 millones de litros de petróleo están esparcidos por 26 playas y su mar, con un daño ecológico aún sin valorar. La refinería está paralizada hasta que dé garantías.
Desde octubre, el país tiene problemas de abastecimiento de combustible, lo que ha llevado a la generalización del comercio informal y ha hecho del carburante un tesoro.