La guerra en Israel pone en peligro el corredor del petróleo

La guerra en Israel pone en peligro el corredor del petróleo

Al menos un 20% del suministro mundial de crudo estaría en peligro.

Planta petrolífera en Arabia SaudíGetty Images

Las turbulencias geopolíticas siempre tienen incidencia en los mercados financieros, y el conflicto en Gaza no es ni por asomo una excepción. Aunque ni Israel ni Palestina son productores de petróleo, sus socios, Estados Unidos e Irán, respectivamente, sí que lo son.

Este hecho podría acabar teniendo repercusión en uno de los principales corredores de petróleo a nivel mundial, el estrecho de Ormuz, que conecta el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán, y desemboca en el Mar Arábigo. Las aguas de este estrecho pertenecen a Emiratos Árabes, Omán y, precisamente, Irán.

De esta forma, si Estados Unidos e Irán se implicaran directamente en la guerra en Israel, el petróleo, y en concreto este corredor, podría utilizarse como un arma arrojadiza entre ambos países.

Irán, Emiratos Árabes y Omán, además de ser los tres países que controlan el estrecho de Ormuz, también pertenecen a la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP+). En ese sentido cabe destacar que, tal y como recoge El Economista, este trío de estados acumula el 16,7% de la producción mundial de crudo, según reflejan los registros del mes de agosto (los últimos disponibles) de la Agencia Internacional de la Energía.

Hasta un tercio del petróleo mundial circula por el corredor

En cualquier caso, además de esos mencionados tres países, por el estrecho de Ormuz también discurre petróleo de otras naciones como Arabia Saudí, Iraq, Kuwait y Qatar. Ello provoca que, según apuntan los últimos datos de la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA), pertenecientes a 2018, se calcule que entre una quinta parte y un tercio del petróleo mundial se transporte a través de este corredor.

Más allá de que ese petróleo que pasa por el estrecho de Ormuz fluya hasta multitud de países como Arabia Saudí, Estados Unidos, Singapur, Corea del Sur, Japón, India o China, puede darse una situación que no solo afectaría a estos receptores.

Ese temido escenario sería un cierre (parcial o total) de esta arteria global del petróleo a raíz del conflicto armado en Israel. Si se produce, estaría en riesgo, al menos, una quinta parte del suministro de petróleo en el mundo. Y esa brusca disminución de la oferta derivaría en una importante subida del precio del barril de petróleo (un hecho que a su vez resultaría en nuevos incrementos de la inflación).