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Las princesas con gafas y sin inspiración ya salen en los cuentos

Las princesas con gafas y sin inspiración ya salen en los cuentos

Irene Soler estudió Magisterio en Barcelona y trabajó en escuelas mientras se formaba como actriz, su sueño desde la infancia. La soledad tras su llegada a Madrid le empujó a la escritura y de su pluma ha salido Princesa 2.0 ahora en los escenarios de Madrid. Muestra la realidad con humor: ni todas las niñas son las típicas princesas, ni los chicos fuertes y protectores.
Las niñas Down también pueden ser princesas

Las niñas Down también pueden ser princesas

En cuanto supe que existía este concurso, me enamoré de todo: la idea, el objetivo y, por supuesto, las participantes. Quien me conoce sabe que detesto los concursos de belleza, que han hecho un gran daño en la autoestima de la mujer hispana, pero la magia que tienen los Down me hizo, solo por esta vez, bajar la guardia.
La involución de las princesas

La involución de las princesas

Me aterra pensar que las niñas puedan tener como ejemplo aspiracional a estos personajes. También me aterra pensar que quien hace y ve estos programas lo que hace es reírse de ellas. Han pasado de princesas a bufones. Son entretenimiento vacío, rápido y fácil. Una caricatura de sí mismas. Si las insultan no pasa nada, si hacen el ridículo no pasa nada, si las expulsan del reino tampoco pasa nada, siempre pueden posar desnudas en alguna portada.
Muerte a las princesas

Muerte a las princesas

Cuidado con los cuentos que contamos a los niños. Y más cuidado aún con los que nos siguen contando a nosotras. Por más brillantes que parezcan las manzanas, a veces esconden un veneno que es capaz de adormecer a la mujer entera que llevamos dentro, y convertirnos otra vez en princesas.