Los 'pellets' son de derechas

Los 'pellets' son de derechas

Hace ya décadas que la derecha y la izquierda son solamente un conjunto de respuestas afectivas básicas, de acercamiento o de alejamiento, a un imaginario variadísimo.

Operarios contratados retiran granza ("pellets") en la playa de O Vilar, en el parque natural de Corrubedo, A Coruña.EFE/Lavandeira jr

Lo siento mucho. O no. No depende de usted ni de mí. No es una apreciación personal. Hace ya décadas que la derecha y la izquierda son solamente un conjunto de respuestas afectivas básicas, de acercamiento o de alejamiento, a un imaginario variadísimo en donde se incluyen palabras, ropa, colores, edades, músicas y todo tipo de objetos. Teñirse el pelo de rubio es de derechas. Teñirse el pelo de rojo es de izquierdas. Ir a un recital de poesía es de izquierdas, pero ir a uno de ópera es de derechas. La bandera nacional es de derechas. Las banderas autonómicas son de izquierdas. Pocas cosas son tan objetivas como las subjetividades. Y estas respuestas afectivas, positivas para unos y negativas para otros, son tan materiales y sólidas como el nivel de azúcar en sangre o el salario mínimo interprofesional.

Y los pellets, nos pongamos como nos pongamos, son de derechas. Relájese, cierre los ojos, deje la mente en blanco y dígame todo lo que le vienen a la mente tras imaginarse una bolita de plástico blanco turbio del tamaño de una lenteja. O, si no, déjelo, ya se lo digo yo: industria, suciedad, imprudencia, peces con la boca llena de plástico. Ahora vuelva otra vez a dejar la mente en blanco; repita el proceso con estas nuevas ideas. Así sucesivamente. No pasarán más de dos o tres vueltas antes de que Alberto Núñez Feijóo enseñe su carita en estas cadenas de asociaciones libres. No importa cómo se aborde este problema al oeste del Eo —Galicia, gobierno del PP—: lo van a hacer mal. No importa cómo se aborde este problema al este del Eo —Asturias, gobierno del PSOE—: lo van a hacer bien.

La realidad es una permanente profecía autocumplida en donde siempre se confirman las expectativas previas. Por eso los políticos, sean del lado que sean, se saben impunes. La estrategia del PSOE ante el vertido de pellets ha sido asociarlo al desastre del Prestige, a sabiendas de que el electorado, a uno y otro lado, no tiene mecanismos de funcionamiento más sofisticados que el de los perros de Pavlov. Lo aprendieron de la publicidad, con aquellos repugnantes anuncios en donde se colocaban mujeres en bikini al lado de los coches que se buscaba vender a los varones. Y lo aprendieron de las hinchadas deportivas: jamás un forofo de un equipo ha preferido perder un partido que ganarlo gracias a un penalti injusto pitado en el minuto 91.

Estamos viendo ya la llegada de los representantes políticos a los arenales. Acompañados de sus equipos. Caras de preocupación. Y, en todos los casos hasta ahora, no más de un puñado de pellets sucios exhibidos en la palma de la mano, bien con orgullo reivindicativo, bien con culpabilidad inconsciente, según se esté en un bando u otro de la respuesta emocional. Ningún partido en su sano juicio dejaría escapar una ocasión tan golosa. Un ejército de bolitas fascistas ha desembarcado en nuestras costas, y se ha infiltrado entre la arena, dispuesto a pasar siglos y siglos inerte a la espera de su momento. Podemos combatirlas con un arma tan poco agresiva como un tamiz. Ya que somos incapaces de filtrar las ideas, pongamos la mejor de nuestras voluntades en filtrar la arena.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Licenciado en Filosofía y doctor en Psicología. Es profesor titular de Psicología Clínica de la Universidad de Oviedo desde antes de que nacieran sus alumnos actuales, lo que le causa mucho desasosiego. Durante las últimas décadas ha publicado varias docenas de artículos científicos en revistas nacionales e internacionales sobre psicología, siendo sus temas más trabajados la conformación del yo en la ciudad actual y la dinámica de las emociones desde una perspectiva contextualista. Bajo la firma de Antonio Rico, ha publicado varios miles de columnas de crítica sobre televisión, cine, música y cosas así en los periódicos del grupo Prensa Ibérica, en publicaciones de 'El Terrat' y en la revista 'Mongolia'.