Por un puñado de fresones

Por un puñado de fresones

En medio de uno de los ramalazos más furiosos del cambio climático, que aún los conservadores ponen en duda, su única obsesión es arrancar unos pocos votos a costa de lo que sea.

Feijóo, con Moreno Bonilla en la Feria de AbrilEuropa Press via Getty Images

La irresponsabilidad es un peligro público. Mezclada con la estupidez y con las banderías ciegas como las mesnadas medievales, cuando se inventaron los estandartes de colorines para saber a quien había que seguir con los ojos cerrados, es un arma de destrucción masiva. ‘Por un puñado de fresones’ Moreno Bonilla no solo desafía a la Unión Europea sino que ignora con desfachatez pueblerina el mismo sentido del ridículo, ya que el común escasea por esas barriadas mentales. A su atrapamoscas por el rabo de regularizar los pozos ilegales que secan el humedal protegido de Doñana se suma ahora el líder del PP en Castilla-La Mancha: “Lo que estás haciendo en Doñana lo quiero aquí, voy a regularizar pozos”. Y a la mierda la Constitución y el interés general, y el medio natural, el respeto al orden y a la ley, y a la propia supervivencia. En la playa y en el campo. En las ciudades y en los pueblos. 

En medio de uno de los ramalazos más furiosos del cambio climático, que aún los conservadores ponen en duda, su única obsesión es arrancar unos pocos votos a costa de lo que sea. ‘Todo por la fresa’. Una vez hechas las trapisondas no se quiere apechugar con las consecuencias.

No hablemos de la ciencia, ni siquiera del principio de Arquímedes, que no es una nueva ley de Podemos. Pero existe una evidencia comprensible incluso para los tontos muy tontos: de las bolsas de agua subterránea o de esa esponja que es el nivel freático, es insensato sacar más de lo que entra, sobre todo cuando la Tierra ya da indicios de que se acabó lo que se daba. Que empieza la desertización, porque Dios le da sombrero al que no tiene cabeza.

Contaba a principios de siglo un enviado especial de La Provincia desde una aldea africana de donde salían emigrantes para el ‘país de los blancos’, vía Canarias, que los chicos contaban que habían oído que tocando en las paredes salía dinero. Hubo gran desilusión cuando se les dijo que para sacar los euros del ‘cajero automático’ primero había que meterlos en el banco.

En la España del sur y del levante esta del agua es una lección pendiente. Hay un punto esencial en la cuestión: el agua que cae del cielo, nubes mediante, no es exclusiva para los cultivos sean de fresas o de manzanas. Es para la agricultura, sí, pero también para la naturaleza, para tener maravillosos humedales generadores de vida, y para los peces de las albuferas, y de los ríos y de los lagos, para los animales, sean pajaritos o linces, y para el ganado, y para la hierba que es su sustento, etc.

“Europa no nos tiene que decir lo que tenemos que tenemos que hacer”, ha soltado algún cantamañana. Pues por supuesto que sí, no sólo puede hacerlo sino que tiene que hacerlo cuando un país o una región no respeta las reglas del juego

¿Quiénes son más? Porque parece que para el PP los únicos usufructuarios de la lluvia, y de los caudales de los ríos, y del nivel freático son los agricultores que han hecho pozos donde no podían hacerlo por sus catastróficas consecuencias. Para esta parroquia es para la que el bueno de Juanma Moreno Bonilla, que para algo es graduado en Protocolo y Organización de Eventos por la Universidad Camilo José Cela, metió en plena campaña electoral la oferta estrella que terminó estrellada de legalizar las extracciones ilegales en Doñana. que el Tribunal de Justicia Europeo (TJUE) ordenó clausurar y frenar los nuevos cultivos por sus demoledores consecuencias para el medio natural.

Ante tal barrabasada el gobierno de Pedro Sánchez, recordó que la regularización era imposible. Y a partir de ahí, Feijóo entra en modo campaña con orejeras y se dispara la confrontación. Génova 13 activa el guión: irá a Europa a conseguir un titular artificial que ponga en duda los argumentos de Sánchez. Esta técnica ya la han probado varias veces. Entrevistas con amigos y correligionarios conservadores, destacando, como es natural, más que las respuestas las preguntas. Sin embargo, estas romerías y rogativas nunca han acabado bien. Bruselas siempre ha terminado por dar la razón a España, o sea, a su Gobierno. Pasó así con la creación de los fondos especiales post pandemia, los Next Generation; y luego con el libramiento de las ayudas; y con el tope de los precios del gas...

Pero en esta última ocasión, supongo que penúltima, porque loro viejo no aprende idiomas, tanto el comisario responsable de medio ambiente como la presidenta de la Comisión, la también popular, pero honesta política Von der Leyen que gobierna para todos los europeos y no solo para los de su ideología, le han explicado a la trashumancia denunciante del PP que no, que no tienen razón, que la legalización de los ilegales y el aumento de cultivos en el entorno va en contra de la sentencia del TJUE.

Frente a esta contundencia, el ridículo del pulpo en el garaje: Sánchez, acusan sin mirarse al espejo, hace política electora al meter este asunto en la campaña; pero quien lo metió con ruindad táctica fue la Junta de Andalucía con su insensato proyecto de ley. Titular de Libertad Digital: “La Junta acusa al PSOE de utilizar Doñana” en su propio “interés electoralista”. El Confidencial: “Moreno acusa al PSOE de ‘desprestigiar a Andalucía con Doñana “por un puñado de votos”. Manda carallo. ¿Acaso no desprestigia más y mejor los que machacan el medio ambiente, niegan las realidades científicas del cambio climático, y las curvas que vienen, e incumplen las sentencias…?

Efecto colateral: en unos momentos en que las instituciones europeas tienen que permanecer unidas, la intervención del jefe de filas del PPE, Manfred Weber, a pedido de Feijóo, crea en la Unión Europea una crisis institucional irresponsable al acusar a Von der Leyen de “hacer campaña para Pedro Sánchez…”. ¿Y este paso resbaladizo por qué? Pues porque la derecha antiguamente demócrata cristiana, reconvertida al espejismo neoliberal trata ahora de acercarse a la galaxia de extrema derecha sin tener en cuenta una lección consolidada por la historia: si el genio maléfico sale de la botella le pasa como a la pasta de dientes, que es imposible volverla a meter en el tubo. VOX, y sus aliados europeos, hacen lo posible por desprestigiar a la UE… una estrategia que coincide con la rusa: dividir a los europeos, minar sus instituciones, crear ejércitos de zombis escépticos, como los que consiguieron el Brexit, volver a la Europa de los nacionalismos. Repetir la historia.

“Europa no nos tiene que decir lo que tenemos que tenemos que hacer”, ha soltado algún cantamañana. Pues por supuesto que sí, no sólo puede hacerlo sino que tiene que hacerlo cuando un país o una región no respeta las reglas del juego. Ese es el trato. Ni los humedales se pueden secar, Franco incluso quiso plantar eucaliptos en ellos para crear una industria maderera, aunque pronto le convencieron del disparate, ni a los ríos se les puede convertir en secos barrancos.

Parece que para el PP los únicos usufructuarios de la lluvia, y de los caudales de los ríos, y del nivel freático son los agricultores que han hecho pozos donde no podían hacerlo por sus catastróficas consecuencias

Ha querido el azar, o vayan ustedes a saber si alguna suerte de ‘justicia divina’, que coincidan dos comportamientos políticos antagónicos. Uno es este de Doñana, con una Junta incapaz de cumplir con su deber: respetar y aplicar las decisiones judiciales, cueste lo que cueste, y otra es la del alcalde y grupo socialista del municipio de Carboneras donde está el mamotreto del Algarrobico, que han tenido el coraje democrático de anular el planeamiento turístico que da cobertura legal a la licencia concedida en 2003, tal y como exigían el TSJA y el TS, por enclavarse en el Parque natural de Cabo de Gata-Níjar.

Y claro que han tenido que resistir presiones. El litoral español está lleno de construcciones fuera de la ley. Es verdad que las pirámides de Egipto no pasarían una declaración de impacto ambiental… pero eran otros tiempos… faraónicos. El argumento para mantenerlos, y enredarse en pleitos interminables y ‘obligar’ al Estado a prorrogar sine die las concesiones, es demagogia común a todos estos desaguisados, sean en las dunas de Corralejo (Canarias) o en Sanxenxo: crean riqueza, mantienen puestos de trabajo, pueden arruinar a sus promotores…que por cierto se liaron la manta a la cabeza a pesar de que se les repitió hasta la saciedad la prudente y sabia reflexión de Talleyrand: “Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible”.

Lo peor es que hay medios para evitar la sed, la ruina agrícola y la desertización. Pero los instrumentos públicos para la política hidráulica son incompatibles con el populismo fiscal.

Y con la estupidez de creer que Barrio Sésamo existe.

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Empezó dirigiendo una revista escolar en la década de los 60 y terminó su carrera profesional como director del periódico La Provincia. Pasó por todos los peldaños de la redacción: colaborador, redactor, jefe de sección, redactor jefe, subdirector, director adjunto, director... En su mochila cuenta con variadas experiencias; también ha colaborado en programas de radio y ha sido un habitual de tertulias radiofónicas y debates de televisión. Conferenciante habitual, especializado en temas de urbanismo y paisaje, defensa y seguridad y relaciones internacionales, ha publicado ocho libros. Tiene la Encomienda de la Orden del Mérito Civil.