La recomendación de marzo: el machismo en la adolescencia, en la tele, en los medios. La iniciativa del Laboratorio de RTVE

La recomendación de marzo: el machismo en la adolescencia, en la tele, en los medios. La iniciativa del Laboratorio de RTVE

Un impagable y demoledor recorrido por asuntos espinosos, por tópicos, por prejuicios aún no desterrados.

¿Cómo marcó el machismo nuestra adolescencia?RTVE

No es un programa, ni un formato, es un hallazgo de la tele pública, RTVE, que lanzaba a primeros de mes, en Laboratorio Audiovisual, este aldabonazo para que recordemos de dónde venimos, por qué pensamos, las mujeres y los hombres, buena parte de las cosas que pensamos.

¿Cómo marcó el machismo nuestra adolescencia?, se preguntó el equipo que puso en marcha la iniciativa. La respuesta fue un impagable y demoledor recorrido por asuntos espinosos, por tópicos, por prejuicios aún no desterrados. La forma de interactuar era sencilla. Consistía en introducir el año de nacimiento y averiguar qué sucedía en aquel momento, en los medios, en las casas, en las calles. Hice un repaso exhaustivo y me quedé de piedra: una gran parte de las historias que marcaron para mal a generaciones enteras habían tenido lugar en la televisión, en particular, en los medios de comunicación en general. Así que me puse a mirar año tras año y… en fin. El primer año que aparece es 1962, y por tanto el primer año a explorar es 1975, cuando las adolescentes tenían 13 años. Ahí va un pequeño resumen.

1975-1980

Triunfaba Súper Lily, una revista de viñetas para niñas y adolescentes. Muy acorde con la época siempre había espacio para algún mensaje antifeminista. En 1976, el movimiento feminista se volcó en la defensa de María Ángeles, que había sido acusada de adulterio. Vivía con su pareja al que había conocido años después de que su marido la abandonara. Gracias a la presión social fue absuelta. Hasta 1978 las mujeres infieles podían ir e iban a la cárcel. Ellos no. En 1977 un anuncio del agua Font Vella, que se emitía por supuesto en televisión, tenía el siguiente eslogan: un kilo de más, un admirador de menos.

En 1978 veíamos todos en familia el celebrado concurso Un, dos, tres, donde los hombres tenían el papel principal: los maridos protagonizaban las pruebas físicas. El presentador Kiko Ledgard decía al inicio, que estaba rodeado de "chicas simpáticas y bonitas" escoltado por dos de ellas, y saludaba al resto de las famosísimas azafatas. Una de las pruebas consistía en: el concursante debía ir a por una mujer rubia del público, cogerla en brazos y entregársela a Kiko. En otra explica la mecánica y dice: "Y las damas dando una muestra de comprensión van a servirle el champán. Así quisiéramos tener a todas nuestras señoras, sirviéndonos el champán mientras nosotros coqueteamos un poco con las chicas".

Mi madre, supongo, y todas las madres del mundo, y los niños que éramos entonces, nos tragamos sin masticar frases como esta.

En 1979 llegó a la radio Elena Francis, que aconsejó MAL a varias generaciones de mujeres, que la creyeron a pies juntillas, abundando así en el ideal de mujer franquista, una madre y esposa abnegada y sumisa. Se escuchó hasta 1984. Aprovecho para recomendar el documental dedicado a este fenómeno que hizo creo yo más daño que otra cosa, que La 2 emitió el día 8 de marzo. 

1980-83

Se aprueba la ley del divorcio, menos mal. “Había vida más allá del matrimonio y crecer sabiéndolo era un alivio”. Pero en 1981 teníamos que estar guapas. Nos lo decían las revistas, donde la belleza y los chicos eran los temas más importantes. La tele, aún en mantillas, con dos canales solo, seguía con los mismo. En el cine, en 1982 no hubo ninguna mujer como protagonista: de las 10 pelis más vistas ese año, 8 estaban protagonizadas por hombres y 2 eran filmes corales. Ninguna pasaría el test de Bechdel, ni de lejos. En 1983, el grupo de música Las Vulpes cantaban en el programa Caja de Ritmos de TVE, “Me gusta ser una zorra”. Al fiscal del estado no le gustó y denunció a la cadena por escándalo público. El programa fue cancelado y el mensaje estaba claro: calladitas y tranquilitas, nenas.

Pero hubo una cosa buena: se emitió la serie Anillos de oro, nunca lo suficientemente valorada, que contó muy bien y por primera vez lo que significó aquella ley para las mujeres, sobre todo.

1984- 1989

A veces me pregunto de dónde ha salido una generación tan gordofóbica como la mía: ese año, otra vez, las revistas nos advierten de la pesadilla que suponen los kilos de más. Con frases como “los huesos de la fruta son un auténtico chollo antikilos, te distraerán”. En 1985 se despenalizó el aborto, menos mal. Y en 1986, se emitió el mítico anuncio Busco a Jack. Con la actual ley de la publicidad este anuncio estaría prohibido, no se puede utilizar a las mujeres como reclamo publicitario. Aunque…

En 1987, Los Ronaldos, esa banda de jóvenes rebeldes pero aniñados que tantos suspiros despertaban cuando aparecían en la televisión. Coreábamos letras como estas: “Estás haciendo mal al dejarme pasar, estás haciendo mal y no sé lo que va a pasar, tendré que besarte, desnudarte, pegarte y luego violarte. Hasta que digas sí, hasta que digas sí”. Igual los incels nacieron ahí. Mientras tanto, en pleno 1988, la regla seguía siendo un tabú. ¿Quién no ha hecho lo imposible para ocultar en el mano la compresa o el tampón camino del baño del instituto? Jamás se pronunciaba la palabra en los anuncios de televisión

Llegó en 1989 la sentencia de la minifalda. Ese año el empresario Jaime Fontanet fue multado por tocar los pechos y glúteos de una empleada de 16 años, el juez vio como atenuantes que la joven con un vestido, acaso inocentemente, provocó este tipo de reacción en su empresario que no pudo contenerse en su presencia… Así se contó en la tele, también.

1990-1995

Se estrena Pretty Woman, la comedia romántica más vista de la tele que blanquea la figura del putero. Perpetúa estereotipos de género: ella busca el cuento de hadas, él, el príncipe, la salva. Una suerte de Cenicienta moderna que penetró en la mente de jovencitas de varias generaciones. Es la película más emitida que recuerdo. Y en 1991, la banda Guns N’Roses estrenaban su disco Use Your Ilusion. Sonaba en programas de música, en las radios y puntualmente en la televisión. En sus videoclips mostraban claramente que para muchos hombres las mujeres somos un trofeo que exhibir. Agotador el bombardeo constante en la tele, en los medios de cómo debían ser nuestros cuerpos. En 1992 podías aspirar a ser mujer diez, y las revistas publicaron que nuestras piernas, nuestras tetas, nuestros culos, nuestras caderas, podían ser puntuadas.

Y llegó el horror, en 1993: el crimen de Alcàsser. Según Nerea Barjola, la narrativa social (y sobre todo audiovisual, añado), creada en torno a este crimen, causó estragos: de los límites que no deben ser cruzados y de espacios que no deben ser ocupados por las mujeres, como salir de noche, viajar sola, hacer autostop. Se lanzó un mensaje aleccionador, que coartó la libertad de toda una generación.

Y al año siguiente, 1994 llegó la foto icónica de Vogue, con el boom de las supermodelos de los 90. Con cánones imposibles, con tantas jóvenes soñando ser como ellas. En 1995 las ficciones televisivas nos contaban que la amistad entre ellos era limpia y noble y la nuestra falsa y envidiosa. Pero se estrenó la película Amigas para siempre y fue como aire fresco para desterrar ese mito machista.

En 1996-2001

Los anuncios de la regla seguían mostrando el líquido azul, cosa que siguió hasta el ¡2022!. En 1997 este videoclip de Skank, Chica nacional se llamaba, fue uno de los favoritos de los programas musicales de televisión, además de permanecer en la lista de los 40 principales. En 1998, Britney lanzó su Baby one more time y la revista You publicó un reportaje sobre la autoestima. El mensaje: quiérete mucho, pero antes camufla o erradica tus defectos. En 1999, la comedia American Pie frivolizaba sobre el abuso y el acoso a las mujeres. Muchas de sus escenas hoy no se aceptarían, afortunadamente. Y en el 2000, en las revistas para chicas ellos también tienen su espacio opinando sobre nuestro cuerpo, nuestra actitud y nuestra ropa. El tema es un clásico de ayer de hoy o de siempre: putas o sumisas.

2001-2005

Operación Triunfo, primera edición. Al margen de la música, estuvo el cuerpo de Rosa. Eso y la infantilización fue la tónica general del programa. Llegamos a 2002. Atención pregunta: ¿por qué en los anuncios de depilación las mujeres salen sin un solo pelo y en los anuncios de afeitado se ve claramente cómo los hombres se rasuran la barba?. En 2003 y 2004, un test de una revista adolescente da esta disyuntiva: ¿Gatita o tigresa?. Ya estamos en los 2000, ¿eh? ¿Diversidad sexual? ¿Qué es eso? Llega la serie Rebelde. “Mujeres adultas representando a adolescentes hipersexualizadas. Una vez más el mensaje de que el físico es imprescindible para tener éxito. “Los personajes llenos de estereotipos sexistas, ellas superficiales y bobas, ellos canallas y divertidos”, reza el Lab.

2006-2013

Continua en la tele la presión sobre los cuerpos. Un estudio del psiquiatra Ignacio Jauregui asegura que el 93% de las personas con anorexia y bulimia son mujeres. En la revista In Touch, otro estudio, este alucinante: se comentan con minuciosidad los cuerpos de varias mujeres, y sus estereotipos: mal si sobran kilos, pero mal también si faltan demasiado… En 2007, el rapero Porta lleva a las radios, a la tele una canción que dice, entre otras cosas: “Eres fea aunque estás buena, ya piensas que eres perfecta, tan solo eres una Barbie en busca del rabo de Ken. Vas de chica play boy, puta niña pija que te den…” La lectura: “¿Mujeres que viven su sexualidad con libertad? Unas guarras. Una canción llena de violencia, de insultos y desprecios que trata de aleccionar a las mujeres con un moralismo decimonónico”, nos resume el equipo de Lab.

Para abundar en los cuerpos normativos, en 2008 llega a Cuatro el reality Supermodelo. Presentado por Judith Mascó, otra super modelo, durante las tres temporadas se mostraba a una mujer blanca, flaca, alta, perfecta de curvas. Y para ganar solo tenías que tener el cuerpo perfecto.

Al cine, en 2009 llega la película Crepúsculo. Todo mal ahí. “El personaje de Bella carece de profundidad, nadie escucha sus deseos y son los hombres que la rodean los que deciden su destino, su novio tiene 70 años aunque aparente menos y el sexo está teñido de un halo conservador”. ¿Cuántas adolescentes se han tragado la saga sin más? A eso lo seguía acompañando la televisión, donde las mujeres aparecían en los platós mayoritariamente para posar, con su canon de belleza perfecto, claro. Y ya estamos en 2010 y en 2011 y los blogs comienzan con sus consejos para “pertenecer a ese club de princesas, con trucos, fotos de mujeres delgadas extremas para servir de inspiración. Lo que hoy se conoce como #thinspiration y que se sigue viendo en redes”. En 2012 llega la compañía Ryanair con sus “Tarifas calientes”. Un posado de sus auxiliares de vuelo en bikini, como reclamo para vender más. Lo venía usando desde 2007, pero al año siguiente, en 2013 un juzgado de Málaga declaró la campaña ilegal. Ese año, el 13, siguen los videoclips hot, donde “el papel de las mujeres se reduce a mostrar sus cuerpos: no son cantantes ni bailarinas, no hacen nada, solo sirven para dar estatus al hombre que está junto a ellas”.

2014-2018

Perdona si te llamo amor, en 2014, la película que causó furor y que cuenta que un tipo que ronda los 40 y una adolescente que sigue en el instituto se enamoran, porque el amor romántico, sus tópicos, y los estereotipos e género prevalecen sobre todo…

Por supuesto ella es una manic pixie, una dream girl, una mujer imaginada y escrita un hombre. Llega el 2015 con un soplo de aire fresco: determinadas actrices (Inma Cuesta por ejemplo) dan la voz de alarma: stop a los retoques de las imágenes de las mujeres, que era la tónica general de las revistas y de los carteles de cines. Ese abuso del Photoshop, esa intención de mostrar lo que no es, se empieza a cuestionar.

En 2016 son los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Las mujeres deportistas salen menos en la tele, en los medios, y cuando lo hacen, resulta que solo importa su físico, si están buenas. Algunos comentarios, algunas portadas son demenciales. Pero comienza a verbalizarse el exceso, eso sí. En 2017 otra campaña de publicidad, esta vez cargada de buenas intenciones cuenta que vigilemos a nuestras hijas porque su comportamiento puede provocar que las violen.

El texto del anuncio, con la imagen de una chica adolescente, decía así:

“El 62% de los menores de edad ha consumido alcohol en el último mes. Tras su consumo se constata un mayor número de relaciones sexuales sin protección o no consentidas. Pero tranquila, tu hija seguro que no bebe, ¿verdad?”. Primer punto: culpabilizar a las víctimas. Segundo, solo la madre (con ese, “pero tranquila”) puede cargar con la responsabilidad de vigilar y proteger a la niña. Tercero: solo las adolescentes, y no los adolescentes deben estar preocupadas. La pregunta básica, sería, “¿y si enseñáramos a los hombres a no violar en lugar de decir a las mujeres que iban demasiado borrachas o que su falda era muy corta?”. Los colectivos feministas lograron con su crítica que la campaña fuera retirada.

En 2018 llega un coach para ligar: cosas que ellos creen que funcionan con las jóvenes, las técnicas son misóginas y degradantes. “La atención es la droga de las mujeres”, dice el tipo (que tiene toda la pinta de ser un incel de tomo y lomo), en su canal. “Y la idea que subyace, el fin justicia los medios”.

2019

Vamos a detenernos en este año, con la sentencia de La Manada, las horas televisivas que generó, la bronca en la calle, los extremos que desató. Lo que sí quedó claro, pese a la desmesura fue que la sentencia del Supremo fue una victoria del movimiento feminista “que luchó para que se hiciera justicia durante todo el caso”

2020-2022

Estamos en un mundo mejor, sin duda. Los excesos verbales y físicos se condenan, se cuentan, se penalizan, se miran con lupa. Se pone el foco en asuntos de los márgenes, a los que jamás se les había prestado atención: Según un informe de CIMA (la Asociación de mujeres cineastas y del audiovisual), las mujeres racializadas están infrarrepresentadas en la ficción, aparecen o de limpiadoras, o de cuidadoras o de prostitutas. Eso sí, el año pasado llegó esto. “Putas, salid de vuestras madrigueras”. El grito machista de universitarios del colegio mayor masculino Elías Ahuja en Madrid. La fiscalía abrió una investigación y el subdirector del centro, adscrito a la Universidad Complutense, aseguró que habían expulsado al joven que impulsó la acción.

Pero aquí seguimos, las mujeres, dentro y fuera del audiovisual, dispuestas a no dejar pasar una. Como ha hecho el equipo del Laboratorio con esta impagable iniciativa.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Periodista, ha trabajado para diarios como Levante y televisiones como Canal 9 y TVE. Es colaboradora de radios como Cadena Ser o RNE. Cubells ha publicado varios libros sobre el mundo de la televisión y también, en colaboración con Marce Rodríguez, el libro Mis padres no lo saben.