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Invertir un 5% en Defensa: por qué la exigencia de Trump y Rutte para España "es una utopía"

Invertir un 5% en Defensa: por qué la exigencia de Trump y Rutte para España "es una utopía"

Cada vez son más las voces críticas con la exigencia de Trump por no ser realistas en el corto plazo. España, a su vez, defiende su baja aportación destacando que gracias al Ejército español se pueden llevar a cabo importantes misiones navales y la protección aérea del espacio transatlántico.

Imagen de archivo de maniobras militares con un tanque españolEuropa Press vÍa Getty Images

Un 5% en Defensa. Es la cuota que ha fijado Trump señalando a España como la cantidad que debe gastar cada año nuestro país en esta materia y, con ello, contribuir a la OTAN. Una cuestión, la del aumento del presupuesto, que ha sido uno de los temas de conversación entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Alianza, Mark Rutte.

El neerlandés ha sido uno de los más fieles defensores de la propuesta de Trump. La semana pasada, en el Foro Internacional de Davos, no dudó en reprender al resto de países aliados asegurando que, o se invierte un 3% del PIB en la materia o es momento de "aprender ruso o irse a Nueva Zelanda" deslizando una invasión de Putin dentro de las fronteras transatlánticas, en especial en Europa.

"Le digo a los europeos que si Trump sigue con la intención de fortalecer la base industrial ucraniana, la factura será pagada por los europeos porque ahora mismo ellos pagan más que los europeos. Tiene razón Trump que al final el conflicto tiene dimensiones globales pero Ucrania está más cerca de Europa que de Estados Unidos", indicaba el que hasta hace unos meses era primer ministro de Países Bajos y entre reprimendas del diplomático Richard Grenell, que le apuntaba directamente al referirse a que Países Bajos tampoco cumple con los compromisos de gasto. "Los miembros actuales no pagan su parte justa", explicaba al respecto el enviado de Trump al foro mundial.

Lo cierto es que España no tiene la intención de aumentar más allá del 2%. Actualmente, España invierte un 1,3% de su PIB al respecto, y está comprometida a alcanzar esa cifra del 2% en el año 2029, en apenas 4 años. Pero cumplir con el objetivo de ese 5%, es decir, aumentar la inversión un 3,7% más supone invertir unos 62.000 millones de euros más.

Para hacerse una idea de lo que equivale, es como juntar el gasto del Estado en Sanidad, desempleo, Educación, infraestructuras, Seguridad Social, subvenciones al transporte, Justicia, Comercio, Turismo y PYMES de un año completo únicamente en el departamento que dirige Margarita Robles.

Precisamente, y consciente de la utopía que supone ese desembarco de recursos, España trata de ofrecer otras visiones que alejen de la idea de gastar en Defensa. Según indicaba hace unos días en una entrevista en TVE, la realidad "constatable" es que el apoyo de España a la Alianza Atlántica es "total" y se está haciendo "un enorme esfuerzo en materia de inversión en defensa". Una "prioridad" para el Gobierno.

Además, pedía que no hay que olvidar que cuando se habla de un cálculo sobre un tanto por ciento de la economía hay diversos factores a tener en cuenta y dependen de cada país. Por ejemplo, señalaba que hay países que llegan al 3% del PIB y, sin embargo, la protección aérea la hace España, que aporta un 1,3%. Lo mismo ocurre con las misiones y maniobras navales, inviables sin la presencia española gracias a su flota y su presencia en el Mediterráneo, por ejemplo.

Así, explicaba que la realidad es que España es el décimo país en volumen de inversión y ha puesto de relieve que el PIB español es uno de los que más crece y eso es importante. otra cifra ha dado el ministro de Asuntos Exteriores este lunes en la víspera de la reunión. Él ha elevado esa cifra del gasto en Defensa y ha explicado que nuestro país es el octavo contribuyente a la organización en términos absolutos.

Y ha abierto otra derivada: ha pedido fijarse en otros parámetros como el gasto en términos absolutos que supone la Defensa o bien sumar también la aportación nacional a las misiones de la OTAN. "Si miramos en vez del porcentaje los valores absolutos observamos que España es el 8º contribuyente en valores absolutos a la seguridad euroatlántica. España no es el único país que no alcanza el 2%, somos 10 países en el seno de la OTAN", explicaba quejándose de que el foco se ponga en España y no en los otros nueve países.

Y aunque con retrasos, Albares ha querido sacar pecho y asegurar que se "está avanzando" e incrementando año a año la partida desde hace una década, en total un 70% más de inversión y que se supera ampliamente ese compromiso adquirido en 2014 de dedicar al menos el 20% del gasto en equipamiento militar.

De hecho, España lleva años defendiendo que ese gasto se compute de otra manera. Por ello, el ministro de Exteriores ha puesto de relieve la aportación de España a las misiones de la alianza, así como en las labores de cooperación, recalcando que ahora mismo el país tiene 2.700 soldados desplegados "en todos los escenarios". "Estamos proveyendo de seguridad a los países bálticos con aviación, por ejemplo, a países que carecen de una aviación, que estamos presentes en Eslovaquia, en Rumanía, que estamos con barcos en el Mar Negro, que estamos en escenarios más lejanos como puede ser Turquía, Irak", explicaba.

Los aliados europeos, en contra y Kallas activando los tambores de guerra

Frente a los ataques de Trump, las respuestas de los aliados no se han hecho esperar, incluso remarcando que el primero que no cumple al respecto es Estados Unidos, que solo aporta con 3,38% de su PIB. El primer ministro belga, Alexander De Croo, ha respondido que lo importante en este punto es señalar al enemigo de la OTAN "que es Vladimir Putin" y "está fuera y no dentro" de la alianza. "Hay mucho señalamiento entre socios", ha replicado, reiterando que debe quedar claro que Putin sea debilitado y Ucrania fortalecida antes de entrar en cualquier negociación.

El liberal belga ha subrayado también en los últimos días en que Europa tiene que seguir con "sanciones robustas y duraderas" contra Rusia, insistiendo en que "no hay que invertir el término del debate" sobre posibles negociaciones con el Kremlin para un alto el fuego. "Parece que las negociaciones estén a la vuelta de la esquina. Yo no lo creo, primero hay que reforzar a Ucrania y luego veremos que pasa más tarde", ha resumido.

Por su parte, sobre la opción de entrar en negociaciones, el primer ministro croata, Andrej Plenkovic, ha avisado de que no hay que apresurarse a sentarse con Rusia y caer en la "trampa de la inocencia". "Putin puede ser paciente y los rusos pueden aguantar la situación, no cambia nada en su forma de pensar que haya el paquete de sanciones veintitantos", ha indicado.

Así ha reiterado que la prioridad de la UE debe ser "fortalecer" a Ucrania, "seguir sus principios" y que el futuro acuerdo "no sea uno cualquiera", "que petrifique los territorios ocupados para un conflicto congelado y dar otro oportunidad" a Rusia en el futuro de inflamar la situación.

Plenkovic ha insistido en que Europa "debe estar en la mesa" con Ucrania como "principal actor", apuntando a la necesidad de que el eventual alto el fuego incluya la "gradual integración de los territorios ocupados".

Otros, de la misma cuerda ideológica que el Ejecutivo español como el canciller alemán, Olaf Scholz, han insistido en la importancia de centrarse no solo en el gasto del PIB, sino en la participación en algunas misiones, como lo hace la Armada Española en diferentes operaciones, de manera "muy superior a la media en la OTAN".

Por ello, las voces que avisan de que ese aumento del 5% es prácticamente imposible de conseguir sin comprometer las economías europeas aumentan. Incluso de Estonia, que tras aplaudir las palabras de Trump han recogido cable. El ministro de Economía de Estonia, Jurgen Ligi, explicaba el pasado viernes que los planes de algunos socios de la OTAN sobre el aumento del gasto en defensa hasta el 5 por ciento de su PIB no son realistas a corto plazo y podrían haberse evitado.

"Nadie tiene un plan concreto para cumplir con el objetivo del 5 por ciento", explicaba pidiendo poner "poner fin a este tipo de declaraciones confusas". Aunque reconoce que sí, que hay que aumentar el gasto en defensa, explica que hay que hacerlo avanzando gradualmente y no de golpe. "La solución no pasa por cambiar las reglas presupuestarias", las cuales, ha destacado "han mantenido a Europa fuera de una crisis de deuda" con la inestabilidad provocada, por ejemplo, con la invasión ucraniana.

"La disciplina presupuestaria sigue siendo esencial", ha remarcado el ministro de Finanzas, después de que los países bálticos, entre ellos el suyo, hayan sugerido incluso que la Unión Europea sufragara esos fondos. Por ello, ha pedido a los aliados que "no armen un escándalo" cada vez que Trump proponga algo que no se puede cumplir "de forma realista", llegando incluso a calificar de "utópicas" algunas de las declaraciones en este sentido del presidente lituano, Gitanas Nauseda, pidiendo que se cumpla.

"La estabilidad financiera también forma parte de la seguridad", insistía rebajando los tambores de guerra con Rudia asegurando que su "maquinaria de guerra no es lo suficientemente sostenible" como para entrar "en pánico" en estos momentos.

Un mensaje que dista mucho del que la semana pasada trasladaba la Alta Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Kaja Kallas, que lamentaba el pasado miércoles que los Estados miembros no estén haciendo lo suficiente para apoyar a Ucrania en su lucha contra Rusia. En su intervención en la conferencia anual de la Agencia Europea de la Defensa, Kallas advertía de que el conflicto representa una amenaza existencial a largo plazo para Europa, instando a los 27 a reforzar su apoyo militar a Kiev y a incrementar sus inversiones en Defensa.

"Necesitamos apoyar más, más rápido y más fuerte a Ucrania. El único lenguaje que entiende el Kremlin es el de la fuerza", explicaba asegurando que Ucrania es "la línea de frente" de la defensa europea. Asimismo, alertaba sobre la posibilidad de un conflicto más amplio en suelo europeo en los próximos cinco años si no se actúa con contundencia.

Kallas también se mostraba de acuerdo con las exigencias de Donald Trump sobre aumentar el gasto en Defensa, señalando que los países europeos deben alcanzar niveles más altos de inversión militar, incluso hasta el 5 % del PIB. "Debemos mandar el mensaje de que somos serios sobre nuestro compromiso con la Defensa europea", ha afirmado, advirtiendo que el estado de bienestar europeo está en riesgo si no se destinan más recursos a la economía de guerra pidiendo a los Veintisiete salir de la "zona gris" entre la guerra y la paz y acelerar su preparación militar para afrontar las amenazas híbridas y proteger sus infraestructuras críticas.