La policía española atrapa al joven hacker que ha puesto en jaque a la OTAN, al ejército de EEUU y a la Guardia Civil

Agentes de la Policía Nacional, en colaboración con la Guardia Civil, detuvieron el martes en la localidad de Calpe (Alicante) a un joven de 18 años presuntamente vinculado a una serie de delitos cibernéticos de descubrimiento y revelación de secretos, acceso ilícito a sistemas informáticos, daños informáticos y blanqueo de capitales.

El Ministerio del Interior ha precisado este miércoles en un comunicado que "el detenido realizó múltiples ataques a los servicios informáticos de empresas y entidades nacionales e internacionales, entre los que se encontraban servicios públicos y organismos de tipo gubernamental". "Además, reivindicaba los ataques en foros de la darkweb bajo diferentes pseudónimos para evitar ser identificado y relacionado con los hechos delictivos", añade.

Durante la investigación el registro de su domicilio, los agente han intervenido diverso material informático, que está siendo analizado por los especialistas, y no descartan el esclarecimiento de otros hechos delictivos. El detenido también tenía más de 50 cuentas de criptomonedas con divertos tipos de criptoactivos, "hecho significativo del amplio conocimiento que el arrestado dispone del mundo blockchain".

Ataques nacionales e internacionales

A lo largo de 2024, el detenido llevó a cabo varios ciberataques dirigidos a una amplia variedad de entidades, organismos públicos y universidades españolas. Utilizando hasta tres seudónimos diferentes, también atacó a organismos internacionales y a instituciones gubernamentales, accediendo a bases de datos que contenían información personal de empleados y clientes, así como documentos internos que luego eran vendidos o compartidos libremente en foros de la darkweb.

La investigación comenzó en febrero del año pasado, cuando una asociación empresarial de Madrid denunció la filtración de datos a través de un foro especializado. Tras las primeras indagaciones, la Policía Nacional descubrió que no solo se habían extraído datos, sino que el sitio web afectado también fue desfigurado, dejando un mensaje que indicaba que el sistema había sido hackeado. 

Durante el resto del año, el cibercriminal continuó atacando numerosas instituciones, entre las que se incluyen la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, el Servicio Público de Empleo Estatal, el Ministerio de Educación, varias universidades y organismos internacionales como la OTAN, la ONU y la Organización Internacional de Aviación Civil. 

Su último ataque, a finales de diciembre, afectó a bases de datos de la Guardia Civil y el Ministerio de Defensa, lo que impulsó una operación conjunta de la Policía Nacional y la Guardia Civil. 

"El investigado, con profundos conocimientos de informática, había conseguido configurar un complejo entramado tecnológico mediante el uso de aplicaciones anónimas de mensajería y de navegación mediante las cuales habría conseguido ocultar su rastro y dificultar así su identificación", concluye Interior.