El arzobispo de Madrid José Cobo, que entrará por primera vez en un cónclave en los próximos días tras el fallecimiento del papa Francisco, ha concedido una entrevista al diario El País en el que ha señalado cómo debería ser el próximo pontífice y ha augurado los retos que tendrá por delante.

Preguntado por cómo desearía que fuera el nuevo papa, ha contestado primero que "Francisco ha hecho unas reformas irrenunciables, son de fondo y perduran". Además, ha destacado que tuvo la habilidad de introducir líneas que con el tiempo permitirán "darnos cuenta de lo importante que han sido los cambios".

"El papa que venga tendrá que acoger lo que ha aportado Francisco, por eso la Iglesia ha durado tanto tiempo y no ha dado saltos", ha mencionado Cobo. Ha razonado que estamos ante un cambio de época "fundamental" y la Iglesia debe afrontar "muchos cambios en poco tiempo".

Ha señalado justo después esos cambios, llamando la atención por sus ejemplos, como convivir como culturas diversas donde Dios, "a veces, no está presente". También "vivir en un mundo en guerra con una violencia a flor de piel".

"Un mundo donde la Iglesia, en lugares como Europa, pierde un número de gente y significación pública", ha añadido. La juventud ha sido otro de los grandes retos que ha augurado, además de dar un lenguaje "para que se entienda".

"Francisco ya tuvo cardenales y sectores de la Iglesia que se lo decían (sobre volver atrás en cuestiones sociales). Y él actuó, tomó decisiones, no somos del mismo color todos", ha expresado. La comparativa que ha hecho con la política es significativa: "A diferencia de la política, el papa debe tener una función de unidad muy grande: no anular a los que piensan distinto, sino dar armonía".