Carta a la joven que fui
A día de hoy, no sabes qué dirección va a tomar tu vida, sigues buscando el gran amor y pasas de tener desilusiones a tener sueños descabellados. Avanzas tranquilamente, demasiado tranquilamente para tu gusto. En el fondo, ya sabes lo que quieres y lo que no quieres y, créeme, te pueden decir lo que sea, pero ya no tienes ideas tan estúpidas.