José Bono

El PSOE se enreda en el calendario

El PSOE se enreda en el calendario

Pedro Sánchez, aunque no lo dice, sopesa un aplazamiento del Congreso del PSOE que le permita en caso de nuevas elecciones repetir como candidato, a sabiendas de que Díaz no se presentaría a unas primarias que sólo eligieran al cabeza de lista. Pero la presidenta andaluza ha confesado esta misma semana a uno de los barones más influyentes del PSOE que se presentará, sea cual sea la fecha del congreso. Así andan unos y otros, enredados en el calendario, con acusaciones de fintas dilatorias y a la espera de que el contrario dé el primer paso.
De Sánchez y el llanero solitario

De Sánchez y el llanero solitario

El 24-M es un Rubicón que el liderazgo de Pedro Sánchez pasará o no en función de cómo se lean los resultados. Su equipo confía en mantener la segunda posición del tablero, pero también son conscientes de que eso no les bastará para calmar la ansiedad de algunos cuadros dirigentes. De ahí que aspiren a ser primera fuerza en Extremadura, Asturias y quizá Canarias, y a mantener la segunda posición con posibilidades de gobiernos de coalición en Castilla-La Mancha, Aragón, Baleares y Valencia. Más allá de la dirección federal, los pronósticos no son tan halagüeños.
Ni ético ni legal, señor Pujalte

Ni ético ni legal, señor Pujalte

Repita en voz alta, señor Pujalte: ni ético, ni moral. La Constitución y la Ley del Régimen Electoral General (LOREG) establecen la "dedicación absoluta" de los diputados salvo para la docencia, la gestión del patrimonio familiar y la producción literaria, científica o artística. Eso no es lo que usted y el señor Trillo hacían. Lo suyo tiene otro nombre y se llama "lobbismo".
No con Susana

No con Susana

Si las urnas confirman que los gobiernos de un solo color se han acabado en España por muchos años, Felipe González, igual que otros integrantes del Viejo Testamento, apostaría por un entendimiento PP-PSOE que, con la colaboración de Ciudadanos, evitara la voladura del sistema del 78 que tantas veces ha proclamado Podemos. Pedro Sánchez sería -o eso dicen- más manejable que cualquier otro dirigente socialista en ese contexto. Y eso, hoy por hoy, no sería posible con Susana Díaz.
La fiesta de la insignificancia

La fiesta de la insignificancia

Tan huérfano de apoyos se siente el flamante secretario general del PSOE que esta misma semana envió a su número dos, César Luena, a que hablara con Elena Valenciano -a la que defenestró como jefa de la delegación europea- para que mediara con su principal adversario en el congreso de julio, Eduardo Madina. Colaborará en la campaña y no llevará a Vizcaya una guerra absurda por las listas al Congreso.
Tiempo de silencio

Tiempo de silencio

Susana Díaz quiere ganar las elecciones y ganarlas bien y ha pedido a los suyos que no distraigan un segundo la atención de ese objetivo. Quiere el foco lejos de las peleas internas porque un buen resultado en Andalucía el próximo marzo sitúa al PSOE en condiciones óptimas para competir en las autonómicas de mayo. Esa es su intención, y su mejor baza.