paridad
Europa no va a cambiar de sexo en el corto plazo
Si la respuesta europea a la combinación letal de desempleo intolerable y frustración ciudadana es que la política es negociar cuotas y puestos, convirtiendo una evaluación parlamentaria en una pantomima de intercambio de cromos, la desconfianza en la Unión Europea no puede hacer sino crecer.
Sí somos, pero no estamos
Una y otra vez nos topamos con un resistente techo de cristal que, en ocasiones, se antoja inquebrantable. Hemos avanzado mucho, pero es simplemente inaceptable e incomprensible que cuando las mujeres están accediendo a lo más alto del mundo científico, educativo o económico..., se les sigan cerrando las puertas a los altos cargos en el ámbito de la política. Y más incomprensible aún si se trata de las instituciones comunitarias.
La mitad del cielo
Que los Estados Miembros propongan dos nombres a la Comisión Europea, uno de hombre y otro de mujer, parece no solo sensato, razonable y justo, sino que se trata de un procedimiento ya defendido en un informe parlamentario de la pasada legislatura. Díganme ustedes si podemos permitirnos renunciar a la mitad del cielo.
El patriarcado del mundo de la ciencia y las tecnologías
Existe una enorme reserva de mujeres científica y técnicamente preparadas para abordar los retos a los que se enfrentan nuestras sociedades, pero el mundo de la ciencia y la innovación es todavía muy masculino. Al igual que el capitalismo se reinventa constantemente, el patriarcado también.
Desigualdad de género; ¿a qué estamos esperando?
El último número de la revista Nature está dedicado al estancamiento o incluso retroceso de la situación de la mujer en la ciencia. Las mujeres científicas tienen una clara desventaja para escalar a los puestos de máxima responsabilidad en la carrera investigadora, mientras que los colegas varones tienen más probabilidades de llegar cuanto más altos son los cargos.