proceso de paz colombia

Y Colombia se volvió Guatemala

Y Colombia se volvió Guatemala

Álvaro Uribe y el exprocurador Alejandro Ordóñez son dos enemigos de la paz con la guerrilla -que no con los paramilitares- que, con un relato de medias verdades, han conseguido reducir el horizonte de ratificación de los acuerdos en una suerte de conversión castrochavista de Colombia, desdibujada por la impunidad, el atropello y la falta de Estado de derecho. Algo, curiosamente, que caracterizó a la presidencia de Álvaro Uribe durante sus ocho años de Gobierno.
Lecciones 'expresidenciales'

Lecciones 'expresidenciales'

En Estados Unidos ha habido mandatarios buenos regulares y malos. Sin embargo, lo curioso es que todos ellos son buenos expresidentes. En Colombia la cosa es muy distinta y es común entre exmandatarios ese estilo camorrero y visceral de hacer y decir las cosas, no sólo para conseguir votos, simpatizantes o audiencia, sino también para mortificar, en una agria actitud que asumen aquellos que ni rajan ni prestan el hacha.
Las FARC y el Día D

Las FARC y el Día D

Con casi veinte millones de ciudadanos en condición de pobreza, más de seis millones de desplazados, tres millones de personas que no saben leer ni escribir y con uno de los mayores niveles de desigualdad y recentralización del continente, se corre el serio riesgo de reducir la paz a una mera ausencia de guerra con las FARC y no a una superación de las condiciones estructurales que sostuvieron dicha guerra.
Una carta para 'Timochenko'

Una carta para 'Timochenko'

A pesar de todo lo malo que han hecho, he decidido creer que usted y sus hombres son sinceros y están dispuestos a admitir sus errores y quieren pasar esta dolorosa página de nuestra historia. De hecho, si tantas víctimas de sus acciones han optado por perdonarlos, yo no soy nadie para exigir venganzas disfrazadas de justicia. Pero también considero que estas negociaciones no pueden ser eternas.
Colombia y la oportunidad definitiva para la paz

Colombia y la oportunidad definitiva para la paz

El proceso actual de La Habana rompe con todo lo anterior y, por primera vez, supone una real oportunidad a la desactivación del conflicto armado con las FARC. La guerrilla sabe que no es posible tomar el poder político por las armadas, y al Gobierno no le interesa mantener ingentes inversiones en recursos militares cada vez con resultados más cuestionables. He ahí el optimismo.
Suspensión del diálogo en Colombia: una decisión apresurada

Suspensión del diálogo en Colombia: una decisión apresurada

En todo proceso de negociación de acuerdos de paz, se debe mantener la calma y no perder el norte al que se quiere llegar. Si el Gobierno colombiano decidió no suspender las hostilidades durante el proceso, debe ser consciente de los riesgos que eso implica y, por tanto, no debería suspender el diálogo en estos momentos.