Los cetáceos emiten chasquidos sonoros para hallar presas a más de mil metros

Los cetáceos emiten chasquidos sonoros para hallar presas a más de mil metros

GTRES

Cuando cetáceos como el cachalote se acercan a su presa para intentar capturarla emiten zumbidos: series cortas de rápida emisión de chasquidos que provocan ecos muy frecuentes.

El seguimiento a través de marcas digitales adheridas al lomo de cetáceos en Tenerife y El Hierro ha mostrado que estos mamíferos utilizan largas series de chasquidos sonoros de "ecolocalización" para distinguir sus presas a distancia, a más de mil metros en la oscura profundidad del mar.

La bióloga de la Universidad de La Laguna Natacha Aguilar de Soto explica que esta capacidad de ecolocalización fue detectada en una investigación sobre cetáceos de buceo profundo realizada entre esta institución docente y el Instituto Oceanográfico Woods Hole de Estados Unidos, cuya campaña ha proseguido en mayo de este año y en los que también participan las universidades de St Andrews del Reino Unido y de Aarhus de Dinamarca.

Entre estos cetáceos odontocetos -tienen dientes para cazar sus presas- se encuentran algunos de los mamíferos más desconocidos del planeta, según Aguilar de Soto. Son animales que pueden alcanzar más de diez metros de longitud y aguantan gran cantidad de tiempo en inmersión. Al menos cuatro de estas "misteriosas" especies se observan todo el año en Canarias: el cachalote, el calderón tropical o de aleta corta, y los zifios de Cuvier y de Blainville.

El estudio constató que los cetáceos odontocetos dependen del sonido para funciones tan importantes como la comunicación, la orientación y la búsqueda de alimento y para ello utilizan su capacidad de ecolocalización, un "biosonar" que ha evolucionado de forma separada también en otro grupo de mamíferos: los murciélagos.

Los cetáceos emiten chasquidos sonoros y escuchan los ecos que son reflejados por organismos en el agua, o por el fondo marino. Estos ecos (una amplia variedad de señales sonoras tales como silbidos y llamadas tonales y pulsadas) aportan información acerca de la localización, el tamaño y de las características de los organismos, de modo que los odontocetos pueden encontrar a sus presas y seleccionarlas entre otros muchos organismos en el agua.

ASÍ SE MARCÓ A LOS ANIMALES

Para la investigación, que ha contado con la autorización del Gobierno de Canarias, se utilizó la mejor tecnología disponible en la actualidad: las "Dtag"", unas marcas digitales que se adhieren por ventosas al lomo de los animales con capacidad de grabación de movimientos y de datos acústicos hasta frecuencias ultrasónicas.

Se trata de una especie de ordenador miniaturizado, con una batería de alta densidad que alimenta la electrónica y el hidrófono. Todo ello se introduce en una carcasa estanca que puede sumergirse hasta 3.000 metros y que se coloca con un mástil en el lomo del animal, al que se adhiere con ventosas. El seguimiento se realiza por radio VHF y la marca se recupera una vez se libera del animal tras un tiempo programado de grabación.

Esto permite conocer el comportamiento en inmersión de los animales, sus asociaciones con otros congéneres y sus respuestas a estímulos ambientales. Se utilizaron en Tenerife en cien calderones de aleta corta o tropicales y en 16 zifios de Blainville en el caso de El Hierro en la última década, en lo que supone el mayor estudio realizado a estos animales en el mundo.