Una noche cinco estrellas para homenajear a los K-9, los perros policía de Nueva York
Cass Adelman, Nancy Kissinger, Elaine Langone, Annette de la Renta, Robert Couturier, María Bartiromo, Pepe Fanjul, Pamela y David Ford, Barbara y Robert Liberman… la lista de benefactores es interminable. Todos ellos se reunieron esta semana en la Top Dog Gala 2015 en Nueva York (Estados Unidos) para recaudar fondos y ayudar al centro de Cuidado Animal de la Ciudad. Un año antes habían recaudado un millón y medio de dólares (1,37 millones de euros) y en esta ocasión estaban dispuestos a llegar a los dos millones (1,82 millones de euros).
Nueva York es una de esas ciudades en donde lo imposible se hace realidad. La Top Dog Gala 2015 congregó a lo que en Estados Unidos se denomina el "1%" de la población. Obviamente no estaban todos, pero muchos eran los invitados a la una de las fiestas más glamourosas del mes.
Entre ellos se encontraba Elaine Langone, la mujer que da nombre —porque donó el dinero para su construcción— al edificio destinado al estudio de la neurología infantil del NYU Hospital, probablemente el centro más especializado el mundo en enfermedades raras neurológicas.
Langone cuenta con una fortuna personal de 2.700 millones de dólares (2.467 millones de euros). Su marido, Kenneth, es cofundador de Home Depot, una de las grandes cadenas de decoración para el hogar de Estados Unidos. Hijo de inmigrantes italianos (su padre era fontanero y su madre, camarera), estudió Económicas por la noche al tiempo que trabajaba durante el día. Su espectacular vida incluye un intento de compra de la Bolsa de Nueva York en 2005.
UN MARCO DE LUJO
A las siete de la tarde las largas limusinas negras y los servicios de seguridad colapsaban la entrada del Restaurante Cipriani de la Calle 42. Se trata de la cadena de restaurantes italianos por excelencia de Nueva York. Harry Cipriani empezó en Venecia con su famoso bar y rápidamente dio el salto a la Gran Manzana, desde donde la empresa no ha hecho más que crecer gracias a los hijos y nietos del fundador.
Se trata de la sede del antiguo Bowery Savings Bank, reconvertido en restaurante de lujo frente a la Estación Central. Con techos de más de 30 metros de altura, este histórico edificio estaba iluminado en verde, con enormes balones blancos y mesas decoradas con centros a imagen y semejanza de todas las variedades caninas que uno pueda imaginar. Los centros estaban fabricados con corcho salvaje y musgo y se podían comprar a 500 dólares (456 euros) la unidad.
Lo importante no era la cena, sino la reunión de multimillonarios para celebrar que, gracias a la sociedad civil, el país mantiene el espíritu de los Fundadores. En Nueva York no hay organización que se precie que no celebre una gala al año para recaudar fondos por una buena causa.
RECONOCIMIENTO A LOS PERROS POLICÍA
Los premiados en esta ocasión eran el jefe de policía Raymond Kelly, un hombre del exalcalde Michael Bloomberg y el jefe de policía de la ciudad durante décadas (y quizá el más querido). Con él, se honraba a la unidad de policía canina de la ciudad, los famosos K-9 que tuvieron un papel fundamental durante los atentados terroristas del 11-S. Seis perros de la unidad estuvieron presentes en la gala junto a sus policías entrenadores y el jefe Kelly, dispuestos a recibir los aplausos y las donaciones para el centro de Animales de la Ciudad.
La institución, fundada hace 105 años, es líder en medicina veterinaria en Estados Unidos. Cuenta con unidades de neurocirugía canina, unidad de cuidados intensivos de cardiología canina, unidad interactiva de cuidados intensivos, unidad de rehabilitación y tratamiento para los perros guía, unidad de rayos X e incluso un fondo para cubrir los gastos de los animales una vez que no pueden seguir ejerciendo su trabajo como perros policía o guía, para que "mueran dignamente".
Gloria Stoga, amante de los animales, montó hace años la Fundación Canina para cuidados de los Veteranos de Guerra. Su especialidad es preparar a perros que están entrenados por reclusos en cárceles de Nueva York. Una vez entrenados estos perros son asignados a veteranos de guerra con graves problemas de adaptación social, que junto a sus nuevas mascotas son capaces de enfrentarse no solo a su miedo a la oscuridad tras llegar de guerras como la de Afganistán, sino a la gente que les rodea.
"Los veteranos tienen en infinidad de casos problemas de adaptación cuando regresan del combate. Nosotros conseguimos dos objetivos con nuestra fundación: que los presos tengan un trabajo rehabilitador con perros y que los veteranos de guerra puedan reaprender a convivir en sus pueblos y ciudades sin miedos y desequilibrios psicológicos. Los resultados son extraordinarios", asegura Stoga.
Al hilo de esto Alan Stoga, uno de los consultores especializados en América Latina más respetados menciona el concepto de "devolver a la sociedad parte de lo que la sociedad te ha dado". Eso incluye, por supuesto, a los animales de compañía.
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