A quienes juzgan a las madres cansadas que están deseando que se acaben las vacaciones de verano

A quienes juzgan a las madres cansadas que están deseando que se acaben las vacaciones de verano

Los juzgadores de madres, como yo les llamo, no conocen nada de la realidad de ser madre.

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Es verano, los niños están en casa y tú te sientes mal porque estás que no puedes con tu alma. A veces, miras la casa hecha un desastre, el fregadero desbordado de platos y te sientes mal porque te arrepientes de no haberlos mandado a un campamento de día o, mejor, a un campamento de verano. Eres totalmente normal.

Los que juzgan a las madres porque están agotadas, molestas o hechas polvo me hacen gracia. Como si las madres tuvieran que estar siempre flamantes, sonrientes y felices de tener que ocuparse de sus hijos, las 24 horas del día durante todo el verano, con el pretexto de que ellas han querido ser madres y que ADEMÁS es verano.

Si una madre afirma no tener el suficiente tiempo para ella o se queja de que no duerme lo suficiente, es, para algunos, la prueba de que es una egoísta.

Si una madre se queja de la limpieza, de sus hijos o de las malditas comidas que siempre hay que hacer, simplemente debería haberse abstenido de tener hijos. Si una madre afirma no tener el suficiente tiempo para ella o se queja de que no duerme lo suficiente, es, para algunos, la prueba de que es una egoísta. Porque una madre, está claro, no necesita dormir ni pensar en ella.

Si una madre se atreve a confesar que está deseando de que llegue la vuelta el cole porque está cansada de hacer de animadora de campamento los siete días a la semana, se la culpa por no apreciar a sus hijos. Jo, los profesores se ocupan de ellos todo el año y no dicen nada.

Ser madre no es lo mismo que ser profesor. Ser madre no es un trabajo de ocho horas. De hecho, ser madre no es un trabajo. Ser madre es un papel, una responsabilidad de por vida, 24 horas al día y 365 días al año hasta que exhalemos el último suspiro.

Los juzgadores de madres, como yo les llamo, no conocen nada de la realidad de ser madre.

Tengo un pequeño mensaje para ellos.

Porque una madre pida días sin niños, en los que pueda relajarse y pensar en sí misma, no quiere decir que no quiera a sus hijos. Para vuestra información, una madre es de primeras un ser humano que necesita, como el resto de seres humanos, divertirse, leer, hacer deporte, pensar en ella SIN HIJOS por el bien de su salud mental. Doblar la ropa y recoger los juguetes no está considerado como tiempo en el que una madre pueda relajarse...

Porque una madre pida días sin niños, en los que pueda relajarse y pensar en sí misma, no quiere decir que no quiera a sus hijos.

Porque una madre se queje del cansancio o de las tareas no es que no le guste pasar tiempo con sus retoños. Os lo digo: me gustaría poder cargar las pilas en dos horas, pero, como ocurre como con el resto de humanos, es imposible. Así que, si dormimos cinco horas por noche durante semanas, puede que apreciemos menos las jornadas de verano y que sólo los apetezca tirarnos al suelo para dormir diez horas en lugar de jugar en la arena con nuestros pequeños.

Porque una madre decida dar de cenar cereales o bocadillos una noche a sus hijos no quiere decir que sea descuidada. En verano, las madres se pasan el tiempo preparando comidas. No tiene fin. Hay tanto que hacer en la cocina que podríamos quedarnos allí mismo a dormir. De nuevo, para poder sobrevivir al verano y a las vacaciones, las madres deciden a veces preparar lo que sea más rápido y fácil de hacer. Y no por eso dejamos de ser buenas madres.

Queridos juzgadores de madres, las mejores madres quieren a sus hijos todo el tiempo y protestan de vez en cuando.

A veces, las ves en el parque y te da la impresión de que están aburridas, pero simplemente están agotadas.

Tienen el corazón enorme, pero a veces en verano no les queda paciencia.

Descuidan alguna comida, alguna lavadora y alguna tarea más, pero ahí están para una pupa, para un beso, para consolar y para querer.

Querida madre, si miras a tus hijos y te dices que los días pasan demasiado rápido, que te gustaría que el tiempo se parara y pudieras tenerlos contigo toda la vida y que en secreto esperas vivir eternamente para verlos crecer, pero que al mismo tiempo estás deseando de verlos cruzar el patio de recreo para llegar a la escuela porque quieres tiempo para ti o que estás deseando volver al trabajo, no te preocupes, eres normal.

De hecho, eres incluso una madre excelente. Pero es verano.

Este post fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Québec y ha sido traducido del francés por Marina Velasco Serrano

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