Damián Quintero: "El COI quita el kárate por reducir los Juegos y ahora mete cuatro deportes de equipo, no se puede entender"

Damián Quintero: "El COI quita el kárate por reducir los Juegos y ahora mete cuatro deportes de equipo, no se puede entender"

El karateka, subcampeón olímpico, vuelve este sábado a una final mundialista con la "tranquilidad" de que ya no tiene que demostrar "nada a nadie". A escasas horas atiende a El HuffPost desde el pabellón de entrenamiento en Budapest.

Damián Quintero, durante las rondas clasificatorias de kata masculino.EFE/Miguel Gutiérrez

El ruido no le afecta. Damián Quintero (Buenos Aires, 1984, criado desde niño en Málaga) es capaz de meterse en una nueva final del Mundial de kárate y, al tiempo, atender la llamada de los medios a horas de su gran cita. El subcampeón olímpico en kata es un deportista muy cotizado por su palmarés y por su discurso. Incluso fuera ya de los Juegos.

El kárate es una de las víctimas de los últimos bandazos del COI, algo que le indigna porque "no se puede entender", pero que no le desvía de su foco. Por delante, una conquista que lleva años rozando y que remataría un palmarés de ensueño con 76 medallas internacionales y 11 oros europeos, entre un sinfín de podios mundiales.

El Quintero 'post-olímpico' se reconoce hoy "más maduro y libre", sobre todo de tener que demostrarle "nada a nadie", pero también "mejor" técnicamente y con una "contundencia" especial en sus katas. Por ello, mira a nuevos retos con ambición. El inmediato, este sábado en el tatami de Budapest, desde donde atiende a El HuffPost.

Pero hay más, empezando por las citas "especiales" de 2024, no sólo sobre el tatami. ¿Y más allá? "El tiempo dirá", confiesa entre risas, aunque parece tener claro hacia dónde orientar su futuro.

¿Cómo llegas a la final?

Lo primero, muy contento de llegar a otra final de Mundial, que ya van cuatro consecutivas. En eliminatorias fui de menos a más, entré un poco frío, se alargaron demasiado los tiempos entre rondas y me costó arrancar, pero me fui soltando y acabé sacando una de mis mejores versiones en el momento clave para meterme en la final. Ahora me toca medirme a un viejo conocido, el turco Ali Sofuoglu [bronce en Tokyo 2020].

¿Qué margen de sorpresa puede haber entre competidores tan conocidos?

Llega un momento que es muy difícil sorprender, porque ya son muchas con Ali, igual que han sido muchas con Ryo [Kiyuna, campeón olímpico en Tokio]. Nos sabemos los katas que llevamos el uno y el otro, así que no espero sorpresas.

Esta vez me toca a mí primero y eso dicen que suele dar ventaja al segundo, pero en los recientes europeos [en Guadalajara] se dio igual y me fue bien, que gané (risas). 

En verdad me toca pensar en mi trabajo, es lo bueno y lo malo de esta disciplina. Un error leve lo destroza todo, pero a cambio sólo dependes de ti, no del rival, no hay una estrategia cambiante como podría haber en un combate.

Tras Tokio tuve un bajón porque afrontabas citas y parecían menores comparadas con los Juegos. Sentía que me faltaba algo

¿Estas acostumbrado a disputar finales, cómo gestionas esos minutos previos?

Sabiendo que el trabajo está hecho, me centro en visualizar. Como dos minutos antes de saltar al tatami consigo visualizarme como si estuviera en la grada viéndome a mí mismo hacer el ejercicio. Pero más allá de esa rutina no soy de darle muchas vueltas, olvido si hay gente, si hay luces...

Han pasado ya más de dos años del gran momento del kárate en Tokio 2020. ¿Tú, personal y deportivamente, cuánto has cambiado en este tiempo?

El ciclo olímpico me trajo muchos altibajos hasta llegar a Tokio. Yo alargué mi carrera por el sueño de los Juegos y me ha costado discusiones, problemas, pero lo logré. También tuve que dejar muchas cosas de lado, así que no disfruté tanto el camino como después he podido hacer. 

De hecho, tras Tokio tuve un bajón porque afrontabas citas y parecían menores comparadas con los Juegos. Sentía que me faltaba algo, y eso que 2022 no fue mal año, pero pasó ese año y me reenganché al máximo nivel. 

A final de año cambié de equipo técnico y recuperé esas ganas de entrenar. Noto que hay mucha mejora técnica, he ganado masa muscular. Los katas los veo más contundentes, limpios. Quizás no tengo la explosividad de hace 5-7 años pero sí una madurez mayor. Y la tranquilidad de que ya no tengo que demostrar nada a nadie con resultados, sino a mí mismo y a mi gente.

Meter el kárate sólo en Tokio 2020 fue un poco un guiño a Japón. Creo que el comité organizador tiene demasiado poder para elegir. Japón en kata tenia medallas seguras, prácticamente

Cambiando de tema, tu deporte se resiente del último bandazo del COI. En Tokio dieron una "mínima opción" de seguir en París si ofrecíais un gran espectáculo, luego pidieron una reestructuración del kárate pensando en 2028 y finalmente os dan un portazo. ¿Esto a qué responde?

Pues no lo sé. La propuesta era solo kumite [la modalidad de combate] para Los Ángeles y eso suponía quitar katas, o sea quitar 20 atletas por un intento de reducir, pero de golpe nos meten cuatro deportes de equipo. ¿Cómo son las reglas, entonces? ¿Todos los deportes son iguales? Me desconcierta.

En Tokio sentí el interés, pese a estar en pandemia, por los katas, los 'locos que le pegan al aire', decían algunos con curiosidad. Pienso, quizás, en cuotas de televisión, pero ni siquiera no han hablado de eso desde el COI. Además, tampoco necesitamos una infraestructura especial ni un pabellón propio. No se puede entender esta decisión.

¿Qué sentido le ves a que metieran el kárate sólo en Tokio 2020 ¿Un guiño al comité organizador sabiendo que Japón optaba a varias medallas?

Pues sí, es un poco eso. Creo que el comité organizador tiene demasiado poder para elegir. Japón en kata tenia medallas seguras, prácticamente. Ahora en Paris 2024 el break dance entra y ya saben que no estarán en Los Angeles 2028. En cambio en EEUU debutará el flag football... En 2032 que son en Australia, ¿qué?, ¿entrará el fútbol australiano?

Es muy difícil de entender y aún más difícil de explicar a la gente cuando tú lo has vivido. Porque yo he vivido en la mejor época olímpica del kárate, pero también en la chunga.

Cuando vienes de lo malo, vas a lo bueno y pisas otra vez lo malo pues vale. Pero si tú crías a una generación ofreciendo lo ‘bueno’ de los Juegos y se lo quitas hasta por lo menos 2032 o más allá, pues será muy difícil engancharles.

Pasamos del pasado al futuro. ¿Piensas en una fecha de retirada o prefieres ir 'kata a kata'?

Lo primero que pienso es tomarme unas vacaciones, que falta hacen (risas). Después te digo que en 2024 seguiré en activo, porque es lo que me pide el cuerpo. Hay un mundial por equipos en España en Pamplona y me motiva.

En cuanto a la retirada no me la planteo aún, pero sí levantar un poco el pie, porque tengo otros proyectos profesionales a los que quiero dedicar tiempo.

¿Y más allá? ¿Te tienta ser parte del COE o de algún estamento deportivo?

Tengo claro que en el futuro me gustaría seguir vinculado al deporte. No sé si federativo, olímpico… En el COE siempre me han tratado bien... 

Sí te digo que me puedo ver en un ámbito más de gestión, porque es en lo que tengo formación, pero siempre en el lado del deportista.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es