El "revolucionario" sistema con adn español para obtener agua potable: "Es una tecnología con 5 años de ventaja"

El "revolucionario" sistema con adn español para obtener agua potable: "Es una tecnología con 5 años de ventaja"

La empresa Smart Eco Water presenta un sistema de desalinización con varias claves diferenciadoras con respecto a la competencia. Prepara su llegada definitiva a territorio español, desde donde surtirá a todo el mundo.

Equipo de desalinización de la empresa Smart Eco WaterSMART ECO WATER

Una "revolución". Con este importante mensaje se presenta en sociedad la empresa desalinizadora Smart Eco Water, que busca "dar soluciones que aún no están a mano" en un mercado cada vez más complejo, el del agua. 

Bajo un nombre en inglés, la compañía con origen ucraniano y capital español al 50% plantea dar el salto definitivo a España, en concreto a Alicante, donde situará su planta central desde la que atender al mundo en el aprovechamiento y envío de aguas de mar, de ríos, de pozos y otros orígenes hasta hacerlas potables. 

Su director general, Julio Suárez, atiende a El HuffPost, a la vuelta de Bulgaria, donde temporalmente la entidad ha situado su planta ante la imposibilidad de operar en Ucrania por la invasión rusa. "Desde Bulgaria ya estamos llevando agua a muchos países, pero queremos dar un gran salto con la sede en España". Esto será "muy pronto, antes de fin de año", espera el empresario.

Como él mismo explica, "no es que no haya plantas desalinizadoras en España y el resto del mundo, porque sí hay muchas, pero su problema es que son muy costosas y dificultosas de mantener". Por ello, su entidad quiere adelantarse, "con una tecnología con unos cinco años de ventaja sobre otros sistemas".

Imagen del equipo de 100 m3 ya operativo en BulgariaSMART ECO WATER

La noticia de este proyecto 'medio' español se solapa con el anuncio de una tecnología a caballo entre el MIT estadounidene y China consistente en un mecanismo que se alimenta gracias a la energía solar. Así, el dispositivo permite que el agua circule en remolinos, algo que, unido al calor del sol, hace que el agua se evapore dejando la sal, mientras que el vapor de agua sobrante se condensa y puede utilizarse como agua potable 

Frente a equipos parecidos, Smart Eco Water plantea "tres aspectos claves": su total automatización, la ausencia de reactivos químicos en el agua y un coste reducido, detallan desde la compañía. Así, el sistema, una vez encendido, puede funcionar autónomamente todo el tiempo que sea necesario y se puede controlar remotamente o regular el caudal de agua que libera gracias al software que incluye. Pero la gran baza comercial radica en las cifras de coste.

No es que no haya plantas desalinizadoras en España y el resto del mundo, porque sí hay muchas, pero su problema es que son muy costosas y dificultosas de mantener
Julio Suárez, director general de Smart Eco Water

"En España hay plantas que no pueden mantenerse todo el año y registran costes de 5,6-5,8 kilovatio/hora por metro cúbico. Este proyecto rebaja las cifras a 2,4-2,8 kw/h por m3 en agua de mar o de 1,7 kw/h m3 en aguas de ríos, pozos o lagos", detalla Suárez.

Al respecto de los residuos generados, el director general asegura que son mínimos. "Las pruebas que hemos hecho en el Mar Muerto, por su altísima salinidad, nos mostraron que esos residuos no tendrían efectos nocivos en miles de años".

La empresa ya hace cuentas, porque una vez instalada en Alicante empezará un proyecto que espera emplear "a unas 20-25 personas el primer año, entre ingenieros, técnicos...". Será, si se cumplen los plazos, antes de fin de año. "Una vez estemos aquí queremos ser un baluarte nacional y un referente mundial", explican a El HuffPost.

Pero incluso antes, desde ya mismo, el servicio está operativo en la sede temporal de Bulgaria. Allí ya están gestionando las "12 ofertas que hemos recibido para trabajar con diferentes lugares de España". También de fuera, detalla Suárez, citando "dos ofertas en Brasil, otras dos en Uruguay y varias en África". 

Recursos con 'adn español' para adaptarse a cada necesidad y a un mercado, el del agua, que no hace sino empeorar en plena emergencia climática y sequía global.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es