"Mi ex me regaló un llavero": cómo gestionar que no gusten los regalos de Navidad

"Mi ex me regaló un llavero": cómo gestionar que no gusten los regalos de Navidad

Cuando los Reyes Magos no aciertan, muchos no saben si decir la verdad o poner buena cara.

Mujer dando regalo a otra.recep-bg via Getty Images

A los 14 años a Paula [nombre ficticio] los Reyes Magos le regalaron algo que ella califica como “peor que el carbón”. “Me trajeron un champú anticaspa. Creo que lo hicieron con toda la buena intención, ya que era un producto natural, como especial y caro. Pero para mí, en plena adolescencia, fue como si todo el mundo estuviese pendiente de mi cuero cabelludo y me dijeran: ’Qué asco, tienes caspa, mira usa esto”, rememora.

Hace apenas un año a Clara J., de 27 años, su ex le hizo un regalo que no esperaba. “Mi exnovio me regaló un llavero. Quise pensar que era una señal para mudarnos juntos, pero a los pocos días le dejé caer lo de irnos a vivir juntos y me dijo abiertamente que no, por lo que ya lo vi como una señal de ‘mira, esto para que te quedes en tu casa’. Eso encima de ser cutre”, recuerda. “Yo encima le haba regalado un fin de semana romántico, en una casa rural”, bromea.

Otro gesto aparentemente romántico que no acabó de funcionar lo tuvo el novio de Mari Luz [nombre ficticio], de 28 años. “Me regaló una pulsera horrible, cuando además nunca llevo, de una marca cuya embajadora es una mujer que hace campañas sobre la menopausia. Todas las mujeres imágenes de la firma tienen más de 60 años”, recuerda.

A Laura, de 30 años, su madre le regaló un chándal para hacer deporte. “Siempre he odiado hacer deporte, sabía perfectamente que la educación física la odiaba desde el instituto. Me lo tomé fatal porque sentí que era una indirecta para que adelgazara”, explica.

Recibir un regalo que no gusta por Navidad es una experiencia, cuanto menos complicada, tanto para el que regala como para el que recibe el presente. Caras largas, sonrisas fingidas y situaciones de apuro en busca de un tique regalo son algunas de las situaciones más comunes.

De hecho, como consecuencia de que no se acierte en el regalo son cada vez más los que deciden deshacerse de él en una plataforma de segunda mano o regalarlo a otra persona. Según datos de Milanuncios, un 25% de los españoles se había planteado revender sus regalos navideños y un 13% lo había hecho.

Tanto para unos como para otros, gestionarlas no es nada fácil. Para empezar, si recibes un regalo que no te guste, lo primero es agradecer el tiempo y esfuerzo, que ha dedicado esa persona, aunque sea poco.

“Recibir cualquier regalo implica que la otra persona ha pensado en nosotros y ha dedicado su tiempo a elegirlo y eso siempre hay que agradecerlo”, explica la psicóloga Belén Picado.

Sin embargo, muchas veces se reutilizan regalos o directamente se opta por dar cosas poco elaboradas o cutres que no te comprarías ni para ti mismo. “A veces, la comodidad o las prisas priman sobre las preferencias que pueda tener el receptor del regalo”, señala Picado.

Aunque recuerda que este no es el único factor y quien regala también puede pasarlo mal por no saber escoger, tener una elección difícil o temer no acertar. “Todo eso puede generar ansiedad y si la persona que regala no se le da bien gestionar este malestar puede decidir insistir en comprar el mismo regalo con el que ya acertó en otra ocasión”, apunta.

A veces pasa, por ejemplo, con los amigos invisibles, que no conoces tanto a la persona y quieres acertar o, al menos, que no se ofenda con tu regalo, etc. Eso hay gente que le puede provocar malestar
Sandra Martín, psicóloga

Para la psicóloga Sandra Martín fallar con un regalo puede generar mucha ansiedad. “A veces pasa, por ejemplo, con los amigos invisibles, que no conoces tanto a la persona y quieres acertar o, al menos, que no se ofenda con tu regalo, eso hay gente que le puede provocar malestar. Encima los regalos suelen abrirse en público, por lo que si no gusta, va a dar que hablar, va a haber miradas... Todos esos factores cuentan”, explica.

Picado recuerda que “hacer un regalo no deja de ser un gesto con el que se demuestra que el otro es especial para nosotros” así como una forma de “estrechar un vínculo”, por lo que reutilizar un detalle no es que sea la mejor opción.

“Cuando te regalan siempre lo mismo, puedes sentir que no eres especial para esa persona, que no te presta la suficiente atención, que no eres lo suficientemente importante para ella o que no mereces el esfuerzo de detenerse a pensar en un obsequio que pueda hacerte ilusión. En ocasiones, incluso, puedes llegar a cuestionarte el tipo de relación que mantenéis”, señala.

Cuando alguien no ha acertado con el regalo siempre está la dicotomía entre callarse o decirlo. Las especialistas recomiendan ser sinceros, eso sí, sin descalificaciones ni faltas de respeto.

“Si aunque se considere que no ha acertado con el presente, nos mostramos eufóricos e insistimos en cuánto nos gusta muy probablemente el otro creerá que va por buen camino y seguirá errando en la misma proporción que aumentará nuestra frustración”, explica Picado, por lo que recomienda “desde la empatía” mostrar que no se ha acertado siempre de una forma “educada y asertiva”.

Si aunque se considere que no ha acertado con el presente, nos mostramos eufóricos e insistimos en cuánto nos gusta muy probablemente el otro creerá que va por buen camino y seguirá errando
Belén Picado, psicóloga

Tanto Picado como Martín piden evitar caras o indirectas para que la otra persona se dé cuenta del error. “Si ya de por sí esa persona probablemente esté nerviosa, dejarle caer ese tipo de comentarios solo le va a hacer sentir peor. Lo mejor es simplemente decir, por ejemplo, ’muchas gracias, de verdad, pero yo esto no lo utilizo”, señala Martín.

Picado también recomienda agradecer el esfuerzo con detalles positivos del regalo como que falla la talla, el color o el modelo. “Incluso podemos proponerle que nos acompañe a hacer el cambio”, detalla y destaca que así pueden “pasar más tiempo juntos” y “escoger algo que les convenza a ambos” para que conozca mejor los gustos.

Martín recalca que “el tique regalo hay que verlo como una opción, no como un fracaso”. “Es una oportunidad que le das a la persona para que elija algo de su gusto y no algo que no vaya a usar”, explica.

Ambas animan a “normalizar” el fallar con los regalos. “Nadie es perfecto, lo ideal sería que de esos fallos aprendiéramos un poco más de la otra persona y al año siguiente intentar acertar”, señala Martín, que anima a hacer un “rastreo previo” antes de arriesgarse, aunque a veces se pierda un poco el factor sorpresa.

El tique regalo hay que verlo como una opción, no como un fracaso
Sandra Martín, psicóloga

Picado también pide no estar especialmente pendientes de la reacción de la otra persona. “A veces, estar demasiado pendiente de la reacción del otro tiene mucho que ver con la autoestima y la propia capacidad para tolerar la frustración”, indica.

“Es normal esperar que el otro quede satisfecho cuando le entregamos un regalo y que nos decepcionemos si no es así. Pero también es importante tomar conciencia de que el hecho de que al otro no le guste mi obsequio no está diciendo nada de mí como persona”, añade. 

Martín hace una especial mención a los regalos machistas o por roles de género. “Un error que puede molestar mucho es regalarle a la madre la batidora, la plancha o las sartenes solo por ser mujer, sin que lo quisiera. Ahí sí que tendría que pronunciarse y, educadamente, decir que si no lo quería no tendría que haber caído en un estereotipo”, explica.

Hacer un seguimiento de si esa persona ha utilizado el regalo que le hiciste las Navidades pasadas no es que sea precisamente una buena idea. “No hay que obsesionarse”, zanja Martín.

Tampoco preguntar ‘¿es que no te gusta?‘, ‘¿por qué no te lo pones?’, tal y como explica, la persona que recibe el regalo probablemente también se sienta mal porque la otra ha hecho un desembolso importante o ha perdido el tiempo.

Para Picado este comportamiento denota una “falta de seguridad y confianza en sí misma” y puede que “necesite comprobar que nos gusta lo suficiente como para utilizarlo” o comprobar que no te vas a deshacer de él.

“Sean cuales sean sus razones, si su comportamiento nos incomoda lo mejor es hablar de ello, no solo expresando cómo nos sentimos sino también interesándonos por los motivos que están llevándole a empeñarse en ese “seguimiento”.

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es