Si te han vacunado y aún tienes miedo del coronavirus, no estás solo

Si te han vacunado y aún tienes miedo del coronavirus, no estás solo

Después de un evento traumático de la clase que sea, es normal seguir en alerta durante un tiempo.

Una mujer con mascarilla.LumiNola via Getty Images

Es difícil, si no imposible, hacerse a la idea de lo dura que está siendo la pandemia. Tener que convivir con un virus invisible pero mortífero asolando a la sociedad, protegidos solamente con medidas como reducir la interacción social, usar mascarilla y lavarse las manos es una situación mentalmente crítica, pero así lo estamos logrando.

Más de un año después, muchas personas todavía viven aterrorizadas, incluso después de haber recibido las dos dosis de la vacuna. Los estudios han demostrado la altísima eficacia de la vacuna a la hora de evitar la enfermedad y, sobre todo, los síntomas más graves. Sin embargo, superar un trauma no es nada sencillo, y menos con noticias constantes sobre nuevas cepas y mutantes de escape.

Estos son los motivos por los que es tan complicado dejar de vivir con miedo y así puedes readaptarte a la vida normal una vez inmunizado.

El miedo suele persistir aunque el peligro haya pasado

Después de un evento traumático, es normal seguir en alerta durante un tiempo. El cerebro humano está programado para la supervivencia y para huir de los peligros, explica Lucy McBride, experta en medicina interna.

“Somos temerosos por naturaleza y nos sentimos vulnerables cuando hay una amenaza como el coronavirus”, sostiene McBride.

El proceso es similar con diversos tipos de traumas. Las personas que sufren un accidente de coche grave desarrollan síntomas de trastorno por estrés postraumático y pueden tardar un tiempo en atreverse a montar en coche de nuevo. Del mismo modo, quienes sufren violencia de género suelen tardar mucho en empezar una relación con otra persona.

La teoría es la misma con el coronavirus. Después de más de un año de trauma sostenido, no va a ser sencillo pasar de una mentalidad hipervigilante a un estado de calma en el que todo el mundo esté dispuesto a asumir riesgos de nuevo, asegura McBride. Cuando los casos se reduzcan y haya más gente vacunada, se podrá volver poco a poco a la normalidad, pero es más fácil decirlo que hacerlo.

Los expertos no se ponen de acuerdo en qué se puede o debe hacer después de recibir las dos dosis

Una de las razones por las que es tan difícil para las personas vacunadas abandonar sus temores es la confusión que se ha generado sobre lo que se puede y lo que no se puede hacer.

“Hay muchos megáfonos en la sociedad y demasiados mensajes contradictorios”, lamenta McBride.

Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, por su parte, aseguran que el riesgo de contraer el coronavirus dos semanas después de haber recibido la segunda dosis (o la primera de Janssen) es mínimo. Por eso animan a este grupo de población a dejar de confinarse y a recuperar sus vidas normales, siguiendo las normas y recomendaciones vigentes.

Poco después, otros expertos indicaron sin dar muchas explicaciones que convendría evitar los viajes no fundamentales. El razonamiento es que el coronavirus todavía está por todas partes y también los vacunados deben tener cuidado, pero resulta frustrante y confuso recibir mensajes contradictorios de los expertos.

Lo que dice la ciencia está claro: es muy complicado contraer el coronavirus, especialmente sus síntomas graves, una vez recibidas las dos dosis. “Habría que esforzarse mucho para contraer el virus estando vacunado”, comenta McBride.

Los estudios clínicos demuestran que las vacunas tienen una eficacia altísima, pero su eficacia en el mundo real es aún más contundente. Según Monica Gandhi, especialista en enfermedades infecciosas y profesora de Medicina en la Universidad de California, los datos en el mundo real demuestran que el riesgo real de contraer el coronavirus después de la vacunación es de solo 0,05% en plena ola y en un entorno con muchas personas alrededor.

“Ir al gimnasio, comer en el interior de restaurantes o ir al cine, tres actividades consideradas peligrosas para personas sin vacunar, ya no suponen el mismo riesgo para las personas vacunadas, que pueden hacer todo eso y mucho más”, asegura Gandhi.

Durante las próximas semanas y meses seguirás oyendo hablar de brotes y cepas por todo el mundo, y verás noticias de personas vacunadas que han contraído la enfermedad, pero es muy importante recordar que prácticamente ninguna persona vacunada acaba en el hospital. Nadie dijo que la vacuna tuviera una eficacia absoluta evitando el coronavirus, pero, entre las pocas personas vacunadas que lo acaban contrayendo, la práctica totalidad lo hace de forma asintomática o leve.

También hay que advertir a las personas vacunadas que todavía no deben deshacerse de sus mascarillas, sobre todo por respeto a la gran mayoría de la población, que aún no está vacunada y sigue siendo vulnerable al coronavirus. Aunque los vacunados tienen muy pocas probabilidades de contraer el virus, de enfermar y de transmitir la enfermedad, hasta que no se alcance una inmunidad de rebaño suficiente, las mascarillas seguirán siendo fundamentales.

“Sé amable y sigue acatando las restricciones impuestas, porque no todos estamos vacunados aún”, advierte Gandhi.

Cómo volver a acostumbrarte a la vida después de la vacuna

El ser humano está programado para la supervivencia, pero también para socializar. Existe multitud de estudios que subrayan la importancia de las relaciones sociales en la salud física y mental a la hora de reducir el riesgo de mortalidad. Socializar es fundamental para el bienestar y por eso los expertos en salud mental están animando a sus pacientes vacunados a reanudar poco a poco su rutina prepandemia.

McBride recomienda encontrar a un profesional con el que tengas confianza para guiarte en tu vuelta a la normalidad en función de tus necesidades físicas y mentales. Una puntualización importante: la evaluación de riesgos de las personas inmunodeficientes, aunque estén vacunadas, no puede ser la misma que la del público general, por razones obvias.

Las personas vacunadas tardarán un tiempo en superar este trauma y cada uno debería ir a su ritmo, sin presiones. Empieza poco a poco. Si te han vacunado hace poco y todavía tienes miedo, no te lances de cabeza a un evento multitudinario en lugares cerrados. Organiza un picnic al aire libre con algún amigo que también esté vacunado y, si te sientes bien, repite el plan con otra persona o con más gente. Ve practicando. Poco a poco tendrás menos miedo.

“Es como entrar en una piscina. Después de cualquier trauma, no te lanzas de cabeza al agua, sino que metes primero los pies y vas entrando poco a poco a medida que te encuentras mejor”, compara Gandhi.

Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.