'Vif-argent': El amor en tiempo de descuento

'Vif-argent': El amor en tiempo de descuento

La película se presenta como una alternativa delicada para un San Valentín diferente.

'Vif-argent'.

Lo extraordinario de carecer de expectativas es que, de cuando en cuando, surgen películas inesperadas que son capaces de ampliar cualquier horizonte preconcebido. Esto sucede con Vif-argent (Destello fugaz), opera prima del reputado director de casting Stéphane Batut (1968), quien da el salto a la dirección de un largo cinematográfico con un relato trascendental acerca del amor, filtrado por un marco sci-fi repleto de reminiscencias a El cielo sobre Berlín (1987, Wim Wenders).

Al igual que Pete Docter en Soul, Batut nos propone un insólito viaje a los confines de la vida humana, a las lindes que separan la dimensión de los vivos de la de los que han partido. Y lo hace a través de un personaje enormemente atractivo y empático, Juste (Thimotée Robart), a quien se le ha encomendado la tarea de acompañar a las almas de los mortales a su nueva morada. Ese tránsito doloroso y para todos fatídico se convierte en un recorrido entrañable gracias a la capacidad de Juste para recrear milimétricamenete el escenario que los mortales eligen para partir: una playa, un camino, el sendero de una montaña. Todos ellos desembocan en Kramarz (Saadia Bentaïeb), la mujer que recibe las almas y las conduce a la siguiente dimensión.

Pero Juste no parece recordar nada de su antigua existencia, aquella que aconteció mientras él mismo estaba vivo y que precedió a este estadio in albis entre dos mundos. Porque Juste deambula sin rumbo, pero sabiéndose protegido. Es consciente de que no puede ser visto salvo por aquellos que finalizan su camino.

Pese a estas normas inamovibles, una mañana una joven llamada Agathe (Judith Chemla) le reconoce. Le persigue denodadamente llamándole por un nombre al que Juste no responde. Sin duda no es él o no lo parece. Es entonces cuando Agathe le confiesa que hace años, más de una década, tuvo una experiencia emocional muy profunda con un viajero desconocido, un joven francés al que conoció en Izmir durante una incursión por Turquía. Aquel joven no solo marcó la última noche de su viaje, sino que se grabó en su mente de manera indeleble. Durante meses, aquel desconocido le estuvo escribiendo hasta que, sin saber cómo ni por qué, un día el joven dejó de enviarle correspondencia.

El corazón roto de Agathe se une al alma a la deriva de Juste no solo para recrear aquel encuentro, sino para tener un apasionado y breve romance interdimensional. A pesar de que Juste se encuentra en su tiempo de descuento, y alerta al descubrir que Kramarz también desea su alma para darle definitivo descanso, Juste quebrantará todo principio de la lógica vital para lograr estar con Agathe.

  'Vif-argent'.

Película inesperadamente poética e insólita de 2019. En ella destaca una dirección fotográfica impecable a cargo de Céline Bozon (Félicité; Madame Hyde). Y es que el lirismo de la propuesta argumental se ve fortalecido por una imagen de incuestionable belleza, con un control emocional del cromatismo de primera magnitud.

Lo excéntrico de la vestimenta de Juste se compensa por un minimalismo extraordinario en la puesta en escena y en el vestuario de Agathe. Es más, uno de los rasgos más llamativos de esta propuesta es la naturalidad y la desnudez, literal y evocada, de sus personajes, con más de una secuencia de ambos completamente despojados de su atuendo.

  Poster de la película.

Aunque Vif-argent no es la primera experiencia de Batut en la dirección (suyos son varios cortometrajes, entre ellos, Le rappel des oiseaux), sí resulta una experiencia lo suficientemente atractiva como para percibir en ella un sello autoral que, con suerte, se desarrollará en sus próximas cintas.

Destello fugaz, por el momento, ya le ha granjeado un palmarés nada desdeñable, proyectándose en la sección ACID del Festival de Cannes y obteniendo el Premio Jean Vigo a la Mejor Película. Además, en la actualidad se puede ver en nuestro país en el marco de My French Film Festival, que concluirá el próximo 15 de febrero.

A pesar del contexto distópico actual, o precisamente a causa de él, Vif-argent se presenta como una alternativa delicada para un San Valentín diferente, en el que se pueda reflexionar sobre la auténtica naturaleza del afecto y sobre la propia condición humana.

No está de más advertir que, a veces, sucumbir a la ficción y alejarse de los cauces de lo razonable puede acercarnos aún más a la realidad; sobre todo en estos momentos, cuando la vida parece ser una suerte de ciencia ficción distanciada de los límites de lo real.

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Lucía Tello Díaz. Doctora y profesora universitaria de cine. Directora y guionista.