Fuegos fatuos

Fuegos fatuos

Los fuegos artificiales del PP, juegos de distracción para tapar sus vergüenzas judiciales y políticas, constituyen una maniobra tan burda y pueril que anuncia fracaso.

Pablo Casado, líder del PP.EFE

Apenas habían pasado unas horas desde que se publicara la noticia de que el Gobierno prepara una reforma de la Ley de Seguridad Nacional que permitirá movilizar a los españoles mayores de edad en caso de grave crisis, y asimismo la requisa temporal de bienes o la suspensión de actividades, una de las ‘lecciones aprendidas’ de esta pandemia, cuando el líder del PP se oponía frontalmente y ya anunciaba su no.

El tic de oponerse por oponerse suele dar mal resultado en política, donde las cosas no son del todo blancas ni del todo negras. En esas pocas horas el líder nominal de la derecha no tuvo tiempo material de analizar los datos, consultar a expertos y estudiar lo que hacen otros países. Es altamente probable que una vez más quede en ridículo, que los hechos y el ‘método científico’ le lleven la contraria.

La lucha contra la covid-19 en España ha revelado que hay fortalezas pero también enormes y peligrosas deficiencias, como se comprueba todos los días con la feria de vanidades, que terminan inexorablemente en hogueras, en todos los ámbitos y niveles.

Tampoco hay que confiar en la buena suerte eterna y en que las tendencias sociológicas y bobáticas no muten de signo. Tanto el PSOE como el PP, y de ahí para abajo todos, están sujetos a que les sea aplicable la teoría del caos, que puede desatarse por cualquier nimiedad que haga fortuna. Ahí tenemos el caso de Isabel Díaz-Ayuso, que con dos tonterías, sumadas en tomar cañas en libertad, ha llegado a donde ha llegado. Y como todo lo estúpido de moda tiende a extenderse sin control, al menos por un tiempo, las ocurrencias discurren sin ningún freno intelectual ni principio de prudencia.

Sin embargo, Pedro Sánchez parece ser el hombre de la suerte. Miren que hay veces en que casi todo indica que no va a aguantar, pero siempre, hasta ahora, alguien le tira un salvavidas. Por ejemplo: parecía acorralado en la crisis con Marruecos, pero de repente la UE toma conciencia de que lo que se está jugando en su frontera sur es una partida geobélica. Y apoya con firmeza a España. Y la OTAN celebrará en Madrid una cumbre en 2022 a la que asistirán todos los presidentes o jefes de gobierno de los estados miembros, incluido el de EE. UU. No una foto, álbumes y álbumes va a coleccionar Sánchez, si consigue llegar a la cita, que es lo más probable.

En otra partida simultánea – porque aquí todo se solapa- el presidente no encontraba apoyos sólidos, y de ‘altura’, para los indultos a los políticos catalanes juzgados, condenados y en prisión por secesionismo y otros delitos. Y antes de que se entrara en un debate pendiente sobre si los embajadores en la UE y en África han cumplido sus funciones informativas y predictivas con alta profesionalidad y perspicacia, han comenzado a llegar desde el exterior muchos apoyos a la discutible iniciativa. Discutible o de incierto recorrido, porque la experiencia está llena de fracasos.

Pero tampoco había certezas con la negociación con ETA, y todos negociaron: Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero, y a pesar de que la banda frustró una tras otra todas las ilusiones… fue muy importante para la pérdida del apoyo social a los terroristas. Pese a los insultos de la derecha al PSOE, ETA dejó de matar durante el mandato de ZP. El último apoyo que ha recibido Sánchez ha sido el del secretario general de la ONU, António Guterres. Antes lo hizo el presidente de la CEOE Antonio Garamendi.

Por ahora parece que las encuestas se han estancado y que del ascenso continuo de los populares, que casi empatan con los socialistas tras el sorprendente ‘boom’ del ayusismo, se ha pasado a un momento de reflexión. La clave de lo que suceda en el sprint final de la legislatura estará en la economía, que es la oferta ‘fuerte’ del PP, a pesar de que los datos la pongan en cuarentena. Y el Gobierno va a disponer de miles de millones de euros de la ayuda europea mientras los datos indican en principio una espectacular recuperación.

El sainete del chiringuito que la presidenta madrileña le ha hecho a medida a Toni Cantó nada menos que para hacer de Madrid la capital europea del Español, como si la RAE y el Instituto Cervantes fueran japoneses, no tendrá efectos apreciables considerado en solitario, pero puede tenerlos si se siguen engarzando eslabones de la cadena de despropósitos, infantilismos y obcecaciones. Casado no es presidente, quiere serlo, y tiene que cuidar el número y velocidad de las tonterías que dice. Hay tanta actualidad que la de cada día tapa y hace olvidar a la anterior. Pero lo que dijo el líder del ¿centro derecha? el 30 de junio desde la tribuna del Congreso sobre la II República y la Guerra Civil es demasiado grave, e indicativo de que el conservadurismo vuelve a la táctica tierra quemada: “La Guerra Civil fue un enfrentamiento entre quienes querían la democracia sin ley y quienes querían la ley sin democracia”. Lo cual es no solo una trola histórica sino una muestra de tremenda ignorancia.

Los monárquicos –nobleza (sic), terratenientes y beneficiados de la corte- empezaron a conspirar y a preparar el golpe el mismo día en que se proclamó la II República. La ‘sanjurjada’, de agosto de 1932, es uno de los ejemplos; como los son las reuniones ‘secretas’ pero documentadas en la historiografía moderna para poner en marcha el ‘pronunciamiento’ de Sanjurjo y luego el ‘alzamiento’ del 36. Todo eso rodeado de una campaña de engaño de gran calado antecesora de las ‘fake news’. Después de la intentona del general Sanjurjo, monárquicos y fascistas, con militares de lo uno y lo otro y hasta de simples añorantes de la dictadura de Primo de Rivera y partidarios de un régimen militar fueron trabando relaciones y estableciendo una hoja de ruta común. Todos los pormenores están en formato libro, y hasta desmenuzados en Wikipedia.

La república no tuvo ni los 100 días habituales de cortesía. Las manifestaciones y huelgas no eran más ni más ‘movidas’ que las del tardo franquismo y la Transición. Razones tenían los obreros para estar ansiosos en uno de los países más atrasados de Europa y en el que los aristócratas, los terratenientes y el clero tenían una influencia desmedida y desestabilizadora.

En cada aniversario del cruel asesinato en masa de gente de derechas y católicos en Paracuellos del Jarama por descontrolados ‘rojos’, la prensa propagandista de derechas lo aprovecha para mantener vivo el fuego del odio y lo rememora con todo detalle, y con los nombres y apellidos de las víctimas. No hace lo mismo con la igual de cruel matanza llevada a cabo por las tropas de Yagüe en la plaza de toros de Badajoz y en las calles de la ciudad, “donde corrían ríos de sangre”, de milicianos y civiles, hombres, mujeres, jóvenes y ancianos, ametrallados a discreción… en la noche del 14 al 15 de agosto de 1936, antes por lo tanto de los episodios del Jarama entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de ese mismo año.

El problema actual es el ‘síndrome de la mesa camilla’: las fotos de un familiar dando el ‘cabezazo’ en una audiencia de S.E. De ahí el tic de blanquear al padre o al abuelo. Pero mientras en Europa todas las dictaduras acabaron mal, y los dictadores en prisión o muertos, Franco murió en La Paz, cruel ironía de la historia. Y la Constitución del 78, ‘de la Concordia’, con la amnistía hizo borbón y cuenta nueva. Los franquistas siguieron siendo franquistas aunque la juraran por su madre. Lo estamos viendo, sobre todo en instituciones civiles, judiciales, militares, religiosas – enemigas del papa Francisco- , de orden público…etcétera.

Los fuegos artificiales del PP, juegos de distracción para tapar sus vergüenzas judiciales y políticas, constituyen una maniobra tan burda y pueril que anuncia fracaso. Es la manía de cooptar a maniquíes y ‘síseñores’ incapaces de tomar decisiones propias, inteligentes, valientes, honestas y, en fin, creíbles.

De ello escribía el domingo en las páginas ‘salmón’ de ‘El País’, el Nobel norteamericano Paul Krugman: “…¿Cómo ha llegado uno de nuestros principales partidos políticos (el Republicano) no solo a rechazar la democracia, sino a exaltar la ignorancia y despreciar cualquier clase de competencia? No lo sé, pero si no están aterrados es que no están prestando atención”.

Pues eso.

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Empezó dirigiendo una revista escolar en la década de los 60 y terminó su carrera profesional como director del periódico La Provincia. Pasó por todos los peldaños de la redacción: colaborador, redactor, jefe de sección, redactor jefe, subdirector, director adjunto, director... En su mochila cuenta con variadas experiencias; también ha colaborado en programas de radio y ha sido un habitual de tertulias radiofónicas y debates de televisión. Conferenciante habitual, especializado en temas de urbanismo y paisaje, defensa y seguridad y relaciones internacionales, ha publicado ocho libros. Tiene la Encomienda de la Orden del Mérito Civil.