Rozalén, sobre las lenguas cooficiales: "Es hacer exactamente lo que te gustaría que hicieran contigo"

Rozalén, sobre las lenguas cooficiales: "Es hacer exactamente lo que te gustaría que hicieran contigo"

La cantante es una de las participantes del ciclo de conciertos 'Cómplices' de Vibra Mahou.

Rozalén durante el concierto benéfico 'Dial Únicas' en febrero de 2022.Mariano Regidor

Aunque en los últimos meses ha estado apartada de las tablas, Rozalén no ha parado de trabajar. La cantante asegura que ha sido "empujada" a parar tras más de 10 años sin frenar para publicar su disco de folclore Matriz, que salió a finales de 2022, y hacer una breve gira con solo cinco conciertos el pasado verano.

Sin embargo, esa "adrenalina" que le produce el escenario y estar continuamente componiendo y dando conciertos hace que no desaparezca del todo. Además de la promoción de este trabajo, con el que la cantante ha querido dar un paseo por toda España repasando la música de raíz de cada una de sus comunidades autónomas —y también en sus lenguas, haciendo gesto de cariño hacia ellas, como ella misma lo siente—, tampoco ha dejado de reunirse con otros artistas. 

La albaceteña ha colaborado con nombres que van desde Serrat, con quien cantó la pasada semana en un acto sobre la Memoria Histórica, a Estopa o el grupo indie Shinova. 

Precisamente con ellos se subió al escenario el pasado 25 de octubre en la madrileña sala La Riviera como parte del ciclo de conciertos Cómplices de Vibra Mahou, la plataforma de música de Mahou Cinco Estrellas, que busca esa reunión entre artistas no siempre cercanos. La cantante se mostró especialmente emocionada y, de hecho, llegó a subir a su madre al escenario poco antes de poner en voz de un hombre, de Gabriel, vocalista de Shinova, un himno contra la violencia de género como es La Puerta Violeta.

¿Cómo fue encontrarte con Gabri de Shinova y uniros para cantar como 'cómplices' en el escenario?

Esta ha sido la vez que más he gozado con ellos. Porque hemos cantado varias veces juntos la canción suya de volver, pero lo bonito de ese día es que lo pudimos compartir entero, como tener ese tiempo de calidad. Nos fuimos a comer a un sitio rico con los de Vibra Mahou, a charlar, a contarnos de verdad la vida, lo que opinamos de todo: la actualidad, la música... Se nota cuando hay mucha química con alguien en el escenario y todo nuestro equipo los queremos y los admiramos. Me gusta mucho combinar estilos muy diferentes. Afortunadamente no paro de colaborar con medio planeta y con cosas superdistintas. Y creo que se nota mucho que lo que se trata es de enriquecer.

Es verdad que has tocado prácticamente todos los géneros, ¿te cerrarías a algo?

Me faltaría colaborar con algo hardcore o algo así. Para mí la música es un juego, es evolución, arriesgarte... Encima eso, soy superockera, me encanta el rock, el punk... Pero luego lo que es tu voz te hace cantar más cerca de un estilo que de otro, pero creo que combina bien.

Este verano solo diste cinco conciertos, te has tomado un "parón" de los escenarios, ¿lo necesitabas? ¿Qué te pidió frenar después de Matriz?

He sido empujada (risas). Han sido 10 o 12 años de no parar nada. Lo máximo que hemos parado entre giras o entre gira y disco han sido tres meses o por ahí, no más. Sabía en el fondo de mi corazón que era una necesidad, sobre todo para ser consciente de todo lo que ha pasado, pero fue como por parte de todo el equipo: de discográficas, de managers... Parar, desaparecer un poco, aunque no termino nunca de desaparecer y vivir lo que he estado viviendo este año, que he hecho muchas cosas, pero al final solo han sido cinco conciertos de Matriz en verano. Simplemente esos cinco creo que son los que más he disfrutado en mi vida porque los pillas con ganas, porque tienes energía, porque te sientes consciente de tu suerte... El típico bajón este, que es lógico, la parte primera depresiva porque llevas mucho tiempo expuesta a un nivel de adrenalina que es droga pura. Cuando te falta, sientes que te falta algo muy importante.

También, claro, el componer de la manera que estoy componiendo, que ya casi todo lo tengo preparado con la calma, encerrándome con mis inseguridades, con los miedos... Eso hacerlo con la vorágine de una gira se vive de otra manera y lo agradezco mucho, se notará supongo en las canciones que tengo.

¿Lo has visto desde el autocuidado?

Sí, es cuidarte a ti, pero también a tu obra, cuidar a la gente porque si también les das todo el rato, se cansan de ti. También uno de los miedos que vas teniendo es "¿se van a olvidar de mí por desaparecer un poquito?". Es lo que debería ser, la normalidad. Ahora es todo más efímero y más rápido, pero antes la gente sacaba disco, se tiraba unos años y luego desaparecía rollo cinco o seis año o diez y luego volvía, porque claro hay que vivir para cantar. Hay que sentir cosas y experimentarlas, más aún cuando compones para poder hacer canciones.

En Matriz has tirado de música de raíz, de folclore, ¿hay un resurgir de lo folclórico en toda España?

Sí, hacía tiempo que gente así tan joven no ponía el folclore tan en foco y mezclándolo encima con cosas modernas, que eso a mí me gusta. Aunque hay cosas muy orgánicas como en Matriz, que hay cosas son más puras y otras más mezcladas. Eso me parece interesante para que no se mueran muchas cosas, para acercarlo a gente joven y para mostrar que esto está vivo hay que cantarlo y hay que jugar con él.

¿Cómo fue cantar el Anda Jaleo de Lorca con lo que significa?

Tiene un sentido, como todo lo que hago que tiene una conexión, esto sobre todo lo empecé a cantar por la obra de Juan Diego Botto y Sergio Peris-Mencheta (Una noche sin luna). Es de las obras más espectaculares que he visto en mi vida, el monólogo de Botto... Hay una escena muy fuerte en la que me pidieron cantar el Anda Jaleo a capella. Hay una parte de eso que me vincula emocionalmente con esa canción, además que la cantaban tanto nuestros abuelos y tiene la explicación que tiene y la figura que tiene, que hay que seguir reivindicando porque es muy fuerte que alguien como él ni siquiera se sepa dónde llevarle flores. Entonces, tiene todo el sentido, la tenía que cantar.

Como son guiños a distintas partes del país, en la parte de Andalucía está, además de unas sevillanas de Pareja Obregón, este Anda Jaleo de Lorca.

"Hay que seguir reivindicando porque es muy fuerte que alguien como él ni siquiera se sepa dónde llevarle flores"

¿Y cómo ha sido el cantar en euskera o en galego con toda la polémica que hay con las lenguas cooficiales?

Creo que ha sido como lo más reivindicativo del disco o parece ser o lo más polémico. Algo que me ha pasado que es flipante que hace dos semanas fui la primera no euskaldun de ser invitada al Ura Bere Bidean con la Sinfónica de Bilbao y canté el Xalbadorren Heriotzean, que sabía que era importante para Euskadi y Navarra, pero no tantísimo. Ha pasado algo como viral allí. Ni abría la boca y la gente ya aplaudía por el gesto de estar preocupándote por hablar una lengua que no es materna, que encima no tiene tu misma raíz y es brutal lo que viví. 14.000 personas cantando y yo en el micro siendo de Albacete cantando una canción en euskera con todo lo que ha pasado con las lenguas cooficiales. Me alegro muchísimo de haberlo hecho y del significado. Ya había cantado en todas las lenguas, pero en euskera es la primera vez que me atrevía yo sola con profesores de euskera como muy cañeros metiéndome caña con la pronunciación.

Al final es lo de siempre, me gustaría que la gente cuando venga a mi tierra yo que —presumo tanto de mi tierra— se preocupe de lo que nos gusta comer, por lo que hacían mis abuelos, por qué palabras usamos. Es exactamente hacer lo que te gustaría que hicieran contigo: acercarte, cuidarte con respeto y con mimo a lo que tienen.

En realidad es empatía, que debería servir para unirnos como país, ¿no?

Exactamente. Catalán yo escucho desde niña porque en mi pueblo emigró para trabajar a Cataluña. Tengo media familia en Cataluña, es un idioma que me resulta familiar, precioso y encima, cantar con Silvia Pérez-Cruz, ¿por qué no voy a cantar en catalán? ¿por qué lo voy a ver como un insulto? Sobre todo, se ha sentido como un halago, como un gesto bueno, pero cuando ves asomar el hate con todo esto, no lo comprendo porque me parece todo lo contrario, tender puentes.

¿Hace falta más canción protesta en la industria musical hoy en día o de verdad hay?

Es como se mire, porque igual lo que suena en la radio no lo es. Yo me incluyo porque igual mis canciones más reivindicativas no son las que suenan en la radio mainstream, pero hay mucha gente haciendo canciones que dicen cosas y que se posicionan. En el underground, en el rock, en el rap hay mucha gente diciendo cosas. Me parecería injusto decir que no. Que lo que más se vende no es profundo o no reivindica, puede ser, pero también creo que es necesario, y más como está el mundo, tener momentos de aferrarte a la vida y a bailar como una loca para olvidar que somos muy mediocres como humanos.

"Sobre todo, se ha sentido como un halago, como un gesto bueno [el cantar en euskera o catalán], pero cuando ves asomar el 'hate' con todo esto, no lo comprendo porque me parece todo lo contrario, tender puentes"

Desde las mujeres con acciones como las de Eva Amaral o Zahara sí que ha habido un posicionamiento fuerte, ¿es el feminismo lo que más está moviendo la protesta en la música? ¿Se atreven a cantar lo que nadie hacía antes?

Y a hacer. Encima has nombrado a dos mujeres que amo y que admiro profundamente. A la vista está que cuando hacen algo, da tanto que hablar. Eso significa que hay mucho por hacer. A la vez, es eso, también te das cuenta de que de las cosas más interesantes y más arriesgadas que se están haciendo últimamente es de la voz de mujeres. Hasta a nivel internacional: mira Rosalía o todas las que sí que están sonando en radios o vendes más como Lola Índigo o Aitana. Se habla desde otro punto, hay otro tipo de empoderamiento que creo que da que hablar. Si da que hablar es que aún no están las cosas como deberían estar.

Hablabas ante de la sociedad que nos impone unos tiempos, también en la música, donde priman los singles, pero sigues produciendo discos, ¿te has visto condicionada por ello?

Todos mis discos han sido como que tienen un hilo conductor, tienen un sentido de arriba a abajo o tienen un tema. Pero también a veces cuando me ha apetecido o cuando ha pasado algo como la que hice para Malas Madres, la del suicidio o la canción para la película En los márgenes de Juan Diego Botto, como que van saliendo, pero de manera orgánica. No voy a decir de este agua no beberé porque encima normalmente voy a haciendo canciones y hay veces que no me apetece que se queden tanto rato esperando a ser escuchadas, como me está pasando ahora. Que hay canciones que vais a escuchar que empecé a hacer hace dos años, como todo coger lo nuevo o las herramientas que hay ahora y usarlas para bien. Creo que seguiré haciendo discos así "a lo antiguo" (risas). Pero seguramente saldrán canciones porque nos apetezca que sean escuchadas pronto.

"Si da que hablar [gestos como el de Eva Amaral] es que aún no están las cosas como deberían estar"

¿Qué nos puedes contar de ese disco?

Que se ha hecho con más calma que nunca, que evidentemente voy a cantar mi vida de estos tres años o cuatro, porque desde El árbol y el bosque que eran canciones propias no cuento lo que me ha pasado. Es verdad que es el disco en el que hay más canciones de amor y de desamor, de duelo, hay mucho, hay mucha muerte... 

Es lo que he vivido, como agarrarte mucho a lo esencial de la vida porque cuando está la muerte, la enfermedad o el amor muy presente, como ha sido el caso porque por mi edad me tocaba, supongo, te das cuenta de que es muy importante sentarte de vez en cuando a contemplar un paisaje mucho tiempo y meditar, ver cómo crece el tomate de tu huerta o pasar tiempo con la gente que quieres, que eso es a lo mejor la vida. 

Entonces, hay mucho de eso, también hay alguna canción enrrabietada porque si no no sería yo, pero menos que en otros discos. Musicalmente, una paranoia total, hay canciones de su padre y de su madre y muy diferentes, así que a ver ojalá os emocione.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es