Vicky Martín Berrocal: "La historia es poder hablar de todo, porque hoy no se puede hablar de nada"

Vicky Martín Berrocal: "La historia es poder hablar de todo, porque hoy no se puede hablar de nada"

La 'celebrity' y diseñadora sevillana acaba de estrenar el podcast 'A solas con'.

Vicky Martín Berocal acaba de estrenar su podcast de entrevistas 'A solas con'.

Vicky Martín Berrocal ha comenzado el curso, como se suele decir, 'a tope'. A los proyectos que ya tenía en marcha, como su exitosa firma de moda Victoria, ahora ha sumado su regreso a la televisión nacional como nueva colaboradora del magazine de tarde que presenta Ana Rosa Quintana TardeAR. 

Pero hay más. Hay otro proyecto con el que está entusiasmada porque es SU PROYECTO, como le encanta decir. Se trata del podcast A solas con, en el que mantendrá íntimas y relajadas conversaciones con personas de su universo, personajes populares que forman parte de su vida y a los que quiere 'desnudar' para mostrar su lado menos conocido.

Su primera invitada fue Isabel Díaz Ayuso y con ella, además de hablar de trabajo, charló de su vida, de sus gustos y aficiones, de quiénes son su círculo inquebrantable... y de amor. Ahí fue cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid confesó que en esto las cosas no le habían ido del todo bien.

A la semana siguiente, la actriz Jedet se sentó frente a la sevillana con la que mantuvo una emocionante y conmovedora conversación sobre el proceso de cambio con el que por fin se había sentido la mujer que fue desde que nació. 

Vicky, esta faceta tuya de entrevistadora no la conocíamos. ¿De dónde surge la idea de hacer el podcast? ¿Quién te lo propone?

Lo único que he hecho así un poco parecido fue presentar un programa, que además no veía nadie prácticamente porque era en el canal Ten, imagínate tú lo que tenías que estudiar para llegar ahí. Estuve como tres meses presentando un magazine de tarde y ahí tuve que hacer entrevistas, pero bueno, esto me viene de siempre.

Yo tenía este sueño desde hace tres o cuatro años, cuando el podcast aquí aún no era nada. Y entonces a mí me apetecía tener una charla. Porque no es entrevista, es una charla. He conocido muchísima gente en mi vida, ¿eh? Tengo muy buen rollo con todos y me han pasado muchas cosas grandes con mucha gente. Y entonces me apetecía sentar al personaje y desnudarlo; dejar el personaje, que es un rostro conocido, pero dejar eso fuera y tener una charla con la persona para que la gente conozca quién hay detrás. Recibo muchos mensajes estos días, desde que estrené el podcast, y el último es de una señora que me ha escrito: “Mira, soy izquierdas, he votado a la izquierda y no estoy en nada de acuerdo con Díaz Ayuso, en nada. Le he dado una oportunidad al podcast porque eras tú y me he quedado... ¡Podría ser mi amiga perfectamente!". Me ha llamado mucho la atención porque hay mucha gente que me ha escrito lo mismo estos días.

La historia es conocer a la persona y poder hablar de todo, porque hoy no se puede hablar de nada. Es que de verdad, no hay libertad. No me creo en qué momento estamos. Yo recuerdo hacer televisión hace años, con Boris y con Ana García Siñeriz, un programa que se llamaba Channel Cuatro, en Cuatro, y recuerdo que yo decía cada barbaridad... Da igual lo que pensara, bueno o malo, me daba lo mismo. O sea, si me ponían un personaje que no me gustaba, yo lo decía. Y decía : 'A mí esta persona no me gusta por esto, por esto y por esto. Y además me parece que es un gilipollas’. O sea, yo no tenía ningún problema. Además es que no tengo filtro, es que suelto lo que pienso.

Entonces para mí la tele era apasionante porque yo me mostraba como era. Ahora hay un momento en el que ya no puedes ser libre, entonces tienes que estar un poco encorsetada. Y mira que dentro de ese encorsetamiento, intento seguir siendo libre, porque si no, no me compensaría hacer nada, ya sabes.

Y luego las redes...

Que te linchan... Y a mí es verdad que me importa bastante poco lo que la gente opine, pero bueno, yo siempre hablo desde mi verdad, desde el corazón, desde las tripas. Esa es mi forma de hablar. 

Y esto viene, como te digo, de hace tres años que me surgió la idea de hacerlo porque sabía que me iba a sentir muy cómoda. Yo tengo estas mismas charlas con amigas o con gente conocida que han sido capaces de contarme un secreto. Gente popular me ha contado cosas que, después, les he mirado a los ojos y les he preguntado '¿tú eres consciente de lo que me has dicho?’. ‘Sí, pero que el problema es que me he dado cuenta que te lo he contado y te lo he contado muy a gusto, y sabiendo que te lo estaba contando. Pero realmente es una barbaridad. Es que yo no se lo he contado a nadie en mi vida’. Entonces me he dado cuenta de que soy capaz de sentar a alguien y sacarle lo mejor, y sacarles cosas que no se hubiesen atrevido nunca a desvelar.

¿Y a qué crees que se debe eso? ¿Al ambiente que creas?

Yo creo que el ambiente y sin ambiente, o sea, yo creo que me meto muy en el pellejo, en su piel. Y cuando alguien se mete en tu piel y tienes esa mirada amiga, pues provoca eso. Fue entonces cuando dije 'joder, cómo me gustaría llevar esto a un podcast'.

Fíjate que nunca pensé en un programa de televisión siempre dije que sería un podcast. Y me he tirado tres años, hasta que llegó Gabriela a mi vida y le dije: ‘Esto lo tengo que hacer’. Es mi sueño y este es mi proyecto más personal desde que hice mi marca de moda hace 19 años. He colaborado, he hecho mil cosas, no he parado, pero nada ha sido mío.

El estreno de A solas ha sido muy bueno...

Sí, ha sido muy bueno. Yo siempre me sorprendo. Nunca me esperó nada porque yo hago las cosas desde mi pasión, desde la ilusión, desde la emoción que me provoca. Entonces nunca espero nada, tú me entiendes. Pero me he dado cuenta de que me pasó lo mismo cuando arranqué con la moda: no tenía ningún propósito, simplemente hacerlo y hacerlo bien, y hacer lo que soñaba. Me he dado cuenta de que al final, en la vida, cuando lo haces todo desde ahí y no esperas nada, lo recibes. Hay que hacer las cosas de verdad, porque te apasiona hacerlas.

Es cierto que tu marca Victoria se ha convertido en referente. Además de Isabel Díaz Ayuso, han vestido tus creaciones Sara Carbonero, Mónica Cruz, Hiba Abouk, Ana Milán...

Sí, está muy asentada y funcionando. Abrimos ahora dos tiendas nuevas. Y ahí estamos. Yo creo que es credibilidad. Sí, creo que eso es. Y fíjate que el que la marca esté tan relacionada con el personaje es un arma de doble filo porque en un momento dado te puede caer mal el personaje y joder la marca. O sea, cuidado con esto. Pero yo he cuidado mi vida, he sido libre, he hecho lo que me ha dado la gana, pero he sido auténtica, he sido yo sin dobleces. O sea, tú lo que ves es lo que soy. Yo creo que a la gente le ha gustado eso. Además, siempre la mujer me ha acompañado y es mi gran compañera en todos los proyectos que hago.

Volviendo al podcast, ¿hasta qué punto crees que ese buen estreno se debe a tu invitada, a Isabel Díaz Ayuso?

No cabe la menor duda de que tener a la presidenta… Bueno, a Isabel, a la presidenta la dejamos fuera. Tener a Isabel Díaz Ayuso no era fácil. Mira que yo termino la charla diciéndole ‘has sido muy generosa conmigo’, porque ella no tenía ni idea de lo que iba a ser, yo no le enseñé nada, yo no le conté nada, no sabía cómo iba a ser al plató, no tenía ni puñetera idea de nada. O sea, yo simplemente le dije: ‘Tengo un proyecto que es mi proyecto. Es algo que llevo soñando tres años y me encantaría tenerte enfrente’. Y entonces me dijo: ‘No te quepa la menor duda de que voy a ir, que voy a estar contigo’. ¡Y yo dije ‘guau’! 

Pero una cosa, no fue la primera entrevista que hice, creo que fue la cuarta. Lo que pasa que, cuando planteamos el estreno, me dije ' yo he sido una valiente toda mi vida, creo mucho en lo que he hecho, estoy como una niña pequeña, o sea, entusiasmada y feliz, y aunque es un arma de doble filo, es cierto que también es un dulce'. Lo disfruté, me lo pasé muy bien, estuve superagusto y me entusiasmó lo que conocí.  Porque, a ver, yo la he vestido en los momentos importantes de su vida, yo he comido con ella, pero tampoco tengo una amistad. Entonces, pues también descubrí a una mujer que, aunque yo ya sabía cómo era, me sorprendió más. Así que dije ‘venga, vamos a arrancar con ella’.

¿Y entonces cuál fue la primera entrevista que hiciste?

No te lo puedo decir porque no puedo. No puedo desvelar hasta el lunes por la tarde, horas antes de que salga. Lo único que puedo contarte es que por ahora tengo seis grabados. Me quedan cuatro porque son diez los que vamos a grabar para esta temporada que termina en Navidad.

El segundo episodio también es brutal. El personaje no es tan potente porque, claro, Isabel era muy potente. ¿Me entiendes? Pero la charla yo te diría que es la primera vez... Yo, que tengo 50 años, es la primera vez que alguien como ella me ha contado su historia y me ha contado su historia así, de una manera generosa, apasionante, porque yo con 50 años nunca había escuchado a alguien como ella contar algo así…

¿Te ha sorprendido?

Muchísimo. Pero cada charla, cada podcast es brutal. Sí, porque hay otro también que es de traca. Ya digo, cada uno. Es que es, al final, como no son nada preparadas, porque es como cuando tú te pones a hablar con un amigo, no sabes por dónde va a tirar la conversación.

Vicky, ahora estás al otro lado pero a ti te han hecho muchas entrevistas así de íntimas...

Mira, cuando me has hecho la primera pregunta me he ido a mil cosas, pero realmente necesito nombrar a Jesús Quintero porque para mí ha sido Dios, o sea,  para mí ha sido el maestro por encima de todos, para mí. Cuando él me recogía, me metía en el coche, me llevaba a mi casa, estaba en mi salón y nos tirábamos tres y cuatro horas hablando, porque nuestras charlas eran así, era como una cura para mi alma. O sea, el vomitar y soltar todo y hablar de todo. Y no sé, era bonito. 

Cuando él muere —ya lo he contado en una entrevista—, me fui a verle al tanatorio y su mujer me dijo: '¿Quieres verle?'. Y bueno, no suele gustarme mucho, pero al final dije, 'venga'. Y entonces me abrieron el féretro y ella me dejó sola: empecé detrás, muy lejos de él, y mi cuerpo fue avanzando hasta casi ponerme a su lado, sin darme cuenta. Estuve 15 minutos y cuando salí de ahí, llamé a Gabriela: 'Lo tengo claro. O sea, sea como sea, lo tengo que hacer". No sé, no me preguntes cómo. Es de locos decir lo que estoy diciendo, pero yo creo que me dijo, sin decirme nada, 'tienes que hacer esto'. Y me lo dijo durante muchos años de su vida, pero bueno, no sé, todo pasa por algo y todo tiene que llegar a su tiempo.

Probablemente este podcast no hubiera sido posible cuando lo pensé hace tres años, porque a lo mejor yo tampoco estaba en el momento que estoy hoy. Iba mucho más acelerada, mis prioridades eran otras, yo era otra... Pero hoy soy una mujer que vivo en calma, estoy en paz, soy feliz, soy consciente de mi día a día, de mí misma y del minuto que vivo. No deseo nada más de lo que tengo, soy feliz con lo que tengo y agradezco constantemente. Creo que estas charlas tenían que estar hechas desde aquí, desde donde hablo hoy y, bueno, pues como digo, todo pasa por algo.

Vicky, tengo que preguntarte por tus 50, porque a lo largo de esta charla y de la que tienes con Isabel Díaz Ayuso insistes en tus 50...  ¿Qué están significando esta edad?

Creo que estoy pasando por el mejor momento de mi vida y no sé si está relacionado con los 50, no creo que tenga que ser, creo que es una cosa personal, más mía. He aprendido mucho gracias a mi libro, que ha sido terapéutico para mí. Lo lancé el 1 de marzo, pero estuve trabajando en él durante un año. Es verdad que está ayudando a muchas mujeres, que funciona mucho el boca a boca... Me ha dado una fuerza que no sabes. Tengo mucho más claro quién soy y eso es lo que me ha pasado a mí. Yo, a raíz de pararme a escribir este libro, me he dado cuenta quién soy y de dónde vengo, de por qué he gestionado mi vida como la he gestionado, de por qué he gestionado el amor de esa manera, de por qué me he equivocado, de por qué he llevado mi vida...

Hoy sé quién soy; el saber quién soy me ha llevado a aceptarme y a quererme, a gustarme y a ser generosa conmigo. Dice mi psicóloga que había una Vicky como muy grande, gigante, que era la que estaba; pero que había una Vicky chiquitita, que estuvo siempre en mi vida, pero a la que la grande no la dejaba salir. Y entonces, desde que inicié el camino de terminar mi libro, empezó a salir y esa Vicky es alucinante.

Mira, cuando se acercaban mis 50, todo el mundo me decía 'vaya fiesta que vas a hacer, porque si has hecho toda tu vida fiestas enormes...'. Cuando entregué el libro al 23 y me puse a pensar en mi fiesta, comencé a prepararla en una finca de Sevilla para 300 personas. La cogí y la pagué. Pero, de repente, cojo el listado de invitados y me digo '¿yo para que quiero a toda esta gente?. Empecé a tachar, rompí los folios y al final directamente los tiré. Llamé a la finca, anulé, avisé a todo el mundo. Lo que realmente quería era celebrarlo, no con mis 50 mejores amigos porque nadie tiene 50 mejores amigos, pero sí con mis 50 personas favoritas. A las dos estaba en mi casa cuando, en otro momento de mi vida, me hubieran dado las 12 de la mañana en tablao descalza por la calle y creyendo que eso era la felicidad. Y de repente me volví de cenar. Fue tan bonito: me volví a mi casa, me metí en mi cama y dije '¡joder, qué bien haber llegado aquí!'. Ese ha sido el cambio.

Cuando hablabas del amor con Isabel Díaz Ayuso, tú también reconociste que te había ido mal... ¿Tan mal te ha ido?

He sufrido mucho por amor; es que, al final, el amor para mí está relacionado con el sufrimiento. Yo sufría durante, antes y después; yo he sufrido constantemente, pero eso no debería de ser así. Pero hoy te cuento por qué: porque vengo de donde vengo, porque mi madre vivía en Huelva y mi padre iba y venía, aparecía y no aparecía; ella vivía en una angustia constante, no lo tenía; y él venía y se iba. Era como un abandono, pero también era abandono para mí, porque cuando mi padre venía, ella se iba con él, entonces no tenía ni a papá ni a mamá. Había muchas cosas que me han hecho gestionar el amor de esa manera. Yo he sido muy sufridora por eso.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Mila Fernández es editora de branded content y redactora de LIFE en 'El HuffPost'. Convertir a los lectores en seguidores fieles de nuestras marcas es su objetivo. Antes fue redactora de viajes, estilo de vida y entrevistadora en varias publicaciones femeninas y de viajes. Además, ha sido locutora y presentadora y esa espinita se la saca conduciendo nuestro podcast 'Tarjeta Morada'.