Hallan relación entre un medicamento y el cáncer mas letal

Hallan relación entre un medicamento y el cáncer mas letal

Los estudios, aunque están lejos de ser concluyentes, sí dejan entrever algunos datos interesantes al respecto.

Síntomas cáncer de páncreasGetty Images

Siempre es un asunto delicado el consumo o recomendación de forma genérica de determinados medicamentos para curar, tratar o paliar ciertas enfermedades de gravedad como el cáncer. Cada cuerpo reacciona de una forma ante los medicamentos, pero no solo eso, sino que cada enfermedad -o cáncer en este caso- también actúa de diferente forma en función del tratamiento que se le dé.

En este sentido, y debido a la experiencia con la que se cuenta a día de hoy, es mucho más fácil conocer y poder estimar con mucha más probabilidad de acierto qué fármacos son más acordes para cada tipo de cáncer. Pese a ello, los continuos estudios científicos siguen revelando y descubriendo nuevos efectos y consecuencias desconocidos hasta ahora, qué puede esconder el uso de ciertos medicamentos como las benzodiacepinas.

Según el último informe realizado y publicado por Clinical Cancer Research, una revista de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer (AACR), este fármaco puede tener cierta relación en la supervivencia o fallecimiento de determinadas personas que sufren uno de los cánceres más complicados de tratar, como es el de páncreas.

¿Qué relación hay entre las benzodiacepinas y el cáncer de páncreas?

En primer lugar hay que destacar que el consumo de benzodiacepinas puede suponer un gran alivio para el dolor derivado de cualquier cáncer, ya que reduce el insomnio, las convulsiones y la ansiedad. Pero, hasta ahora, hay pocas investigaciones que expliquen cómo puede ser su efecto respecto al avance del cáncer.

Según los resultados de este estudio, aquellos pacientes diagnosticados con cáncer de páncreas que consumen benzodiacepinas Iorazepam (Ativan), en el cómputo general, presentan una supervivencia libre de progresión más corta que los que no la consumen. Por el contrario, aquellos que toman benzodiacepina alprazolam, conocido como Xanax, presentaron una supervivencia considerablemente mayor que los que no la tomaron.

"El objetivo es entender el impacto de algunos de estos fármacos de cuidados paliativos en el tumor"
Michael Feigin, autori principal del estudio.

Por todo ello, Michael Feigin, profesor asociado de farmacología y terapéutica en Roswell Park Comprehensive Cancer Center y autor principal del estudio, asegura que lo que se busca es "entender el impacto de algunos de estos fármacos de cuidados paliativos en el tumor".

Para ello, el equipo de Feigin estudió varios cánceres de próstata, páncreas, riñón, colon, mama, cerebro u ovario, entre otros, que fueron tratados en el Roswell Park, de los cuales el 31% había consumido benzodiacepinas, siendo los enfermos de cáncer de páncreas los que más consumieron este fármaco (40,6%).

Pronto para tomar decisiones drásticas

Tras clasificarlos por edad, raza, sexo, etc., el estudio arrojó luz, al comprobar que todos los que ingirieorn benzodiacepinas contaban con un 30% más de probabilidades de sobrevivir a este complicado cáncer, pero el análisis no quedó ahí, ya que, tras estudiar al detalle quiénes consumieron Iorazepam (40 pacientes) y alprazolam (27 pacientes), estos últimos mostraron que tenían 62% menos de riesgo de que la enfermedad progresara o les matara, que los que no lo tomaron, mientras que los que consumieron Iorazepam presentaban casi el cuádruple de posibilidades de morir.

Por el momento "es demasiado pronto para decir que los pacientes deben dejar tomar un fármaco o empezar a tomar otro", aseguró Feigin, que también asegura que "queda mucho por aprender en cuanto a las implicaciones clínicas", por lo que se espera que los estudios e investigaciones continúen para evaluar los efectos de uno y otro en los diagnosticados con cáncer de páncreas.

Todo ello se debe a que este estudio presenta muchas limitaciones y diferencias entre las dosis ingeridas de uno y otro fármaco, o los datos no concluyentes ni extrapolables  -por el momento- respecto al uso de benzodiacepinas entre humanos y ratones, así como infinidad de factores que no se tuvieron en cuenta en estas primeras investigaciones.