En la ciudad japonesa se pretende mandar un fuerte mensaje por la paz y en contra de las armas nucleares, en el contexto de la invasión rusa de Ucrania.
Uno de los temas candentes es cómo impedir que Rusia evada las sanciones ya aplicadas, para lo cual se barajan medidas como la creación de un mecanismo específico de vigilancia de intercambios comerciales.
En el escenario más simbólico que existe, el presidente del Consejo Europeo ataca las "referencias vergonzosas e inaceptables al uso de armas nucleares" de Moscú.
Querido presidente de los Estados Unidos de América: al ser el primero que visita Hiroshima -la zona cero-, marcará la historia de su país y de la humanidad. Hace un año, usted firmó un acuerdo con Irán que representa una victoria innegable en la lucha contra la proliferación nuclear. Pero, ¿qué hay del desarme nuclear?
Un amigo mío, estadounidense y periodista, me preguntó si a los japoneses les incomodaba la visita de Obama. "La gente de Hiroshima debe de estar muy enfadada", me dijo. "¿Vais a pedir a Estados Unidos que se disculpe?". "No", le contesté. Y mi respuesta le sorprendió. Ya no somos los enemigos que fuimos durante la guerra, sino los mejores aliados.
Fui testigo de cómo mi ciudad quedaba cegada por el destello, arrasada por la onda expansiva, abrasada por el calor de 4.000 grados. Mi amada Hiroshima se convirtió en un lugar desolado, con pilas de esqueletos y cadáveres negros por doquier. ¿Cuánto más vivir bajo la amenaza de los estados con armas nucleares?