Moscú denuncia de que la maniobra fue "de naturaleza provocadora" y advierte de respuestas, mientras Washington asume la dificultad de recuperar la nave.
La presencia norteamericana por los cielos del mundo no es nueva y tampoco la presión a sus aeronaves de Moscú o Pekín, pero ahora han llegado a las manos.
"Lo más importante es que los aviones y buques estadounidenses no tienen nada que hacer junto a la fronteras de la Federación", denuncia, pese al tono rebajado.
El temblor ha sido de 5,9 grados, pero la gente salió despavorida de sus casas, a veces saltando de ventanas, porque hay un precedente de 710 muertos en 1999.
El Kremlin asegura que es una medida para no interceder en la estrategia de la ONU para evacuar los cargueros con cereal ucraniano. Sin embargo, desde Kiev, el movimiento se debe a una "operación militar exitosa" durante la madrugada.
La Inteligencia estadounidense facilitó datos sobre la ubicación del 'Moskva', el barco insignia de la Flota del Mar Negro de Moscú, según 'The Washington Post'.
“Han sido arrastrados por una tormenta y están flotando, lo suponen una amenaza para todas las embarcaciones”, avisa el Gobierno, que espera que lleguen en diez días.