Qué cabe esperar de la crisis EEUU-Rusia tras el derribo de un dron de Washington en el Mar Negro

Qué cabe esperar de la crisis EEUU-Rusia tras el derribo de un dron de Washington en el Mar Negro

La presencia norteamericana por los cielos del mundo no es nueva y tampoco la presión a sus aeronaves de Moscú o Pekín, pero ahora han llegado a las manos.

Cazas rusos Su-27, durante una exhibición aéra en el Parque Nacional de Tianmenshan, en China, en 2006.REUTERS

Dice el dicho que tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. Es lo que ha pasado en el incidente de los cazas rusos y el dron norteamericano en el Mar Negro. No es nuevo que Washington vigile cada rincón del mundo y, más, las cercanías de Ucrania, invadida por Moscú hace poco más de un año. Y no es nuevo que las aeronaves rusas aprieten en el cielo, presionen, se acerquen, al igual que lo hacen las chinas en su región. Lo que pasa es que esta vez han llegado a las manos, por así decirlo. EEUU ha salido tocado y desarmado, aunque Rusia niega la mayor. Un acontecimiento preocupante que genera muchas preguntas para el futuro. 

El encuentro entre los aviones rusos y un dron estadounidense es la confrontación más significativa entre los dos países, al menos, reconocida públicamente, desde que comenzó la ofensiva sobre Ucrania. Nunca en este tiempo se había informado de contacto físico directo entre Moscú y Washington. Ahora ha habido daños materiales (32 millones de dólares vale el avión no tripulado perdido por EEUU), pero no sangre. Y, pese a ello, es grave, porque el contexto está plagado de peligros, porque una chispa puede internacionalizar el conflicto

Por ser optimistas, hay que recordar que existen líneas militares de comunicación abiertas y permanentes entre los dos países y, también, mecanismos de desescalada de conflictos de todo tipo, establecidos desde hace mucho tiempo para evitar que los escenarios se salgan de control. Un cauce engrasado y que ha tenido como primer movimiento la llamada del embajador ruso en Washington, Anatoli Antonov, para dar cuenta de lo ocurrido ante el Departamento de Defensa. Lo que pasa es que nunca se sabe cuándo se tienta de más la suerte. Ahora, los principales empeños están en aclarar lo sucedido y, sobre todo, el recuperar el dron. EEUU no se puede permitir que Rusia llegue primero, destripe el aparato y logre información valiosa. 

Las distintas versiones

El Comando Europeo de Estados Unidos ha informado de que el suceso que ha elevado la fiebre entre las dos potencias lo protagonizaron un dron MQ-9 Reaper a sus órdenes y dos aviones Su-27, rusos, que sobrevolaban aguas internacionales sobre el Mar Negro. Ocurrió el martes, pasadas las seis de la mañana. Denuncian los norteamericanos que uno de los cazas rusos voló intencionadamente frente al dron "de forma imprudente", le arrojó combustible varias veces y, al final, golpeó la hélice del UAV, lo que provocó que las fuerzas estadounidenses derribaran el MQ-9 en aguas internacionales.

“Nuestro avión MQ-9 estaba realizando operaciones de rutina en el espacio aéreo internacional cuando fue interceptado y golpeado por un avión ruso, lo que resultó en un accidente y la pérdida total del MQ-9”, remarcó el general de la Fuerza Aérea James B. Hecker, al frente de las fuerzas desplegadas en Europa, en un comunicado. "De hecho, este acto inseguro y poco profesional de los rusos casi provocó que ambos aviones se estrellaran”, agrega.

El portavoz del Pentágono, el general Patrick Ryder, agregó ayer por la tarde que el avión ruso voló “en las cercanías” del dron durante 30 o 40 minutos, antes de chocar en un punto no identificado. Durante el tiempo que duró el suceso, no hubo comunicaciones entre los mandos de Washington y Moscú. Estados Unidos “no está en condiciones de hablar sobre lo que los rusos pretendían hacer” con las maniobras pero, en última instancia, entiende que la intención importaba menos que “lo que realmente sucedió”, completa Ned Price, el portavoz del Departamento de Estado. 

La primera pregunta es lógica: ¿pudo ser un accidente? "Si revisamos las acciones de los pilotos rusos, está claro que fue una maniobra insegura, poco profesional", zanjó Ryder. "Creo que las acciones hablan por sí solas". En el Pentágono dicen, pues, que no. Es más: revelan que ha habido otras intercepciones "incluso en las últimas semanas", pero que la de ayer fue diferente.

Rusia da otra versión. A través de su Ministerio de Defensa, negó que el avión ruso hubiera entrado en contacto con el dron, diciendo que sus monoplaza "se apresuraron a identificar al intruso", después de detectarlo sobre el Mar Negro. Agregaron que el dron "entró en un vuelo no guiado con un pérdida de altitud", que lo vieron caer sin más. 

Moscú devuelve la acusación a EEUU, porque dice que su aeronave "voló sin sus transpondedores, violando los límites del régimen de espacio aéreo temporal establecido para la operación militar especial, comunicado a todos los usuarios del espacio aéreo internacional y publicado de acuerdo con los estándares internacionales”, dijo el ministerio. Esto es: que el dron no contaba con un dispositivo capaz de ser detectado por los radares (marinos, aéreos y terrestres), emitiendo una señal que indica su posición, en una zona en la que Rusia había avisado de peligros. Normal, hay guerra. Normal que EEUU esté, también, con un aliado en juego. 

Funcionarios estadounidenses citados por la BBC creen que los aviones rusos involucrados "probablemente" sufrieron algún daño, lo que indicaría que la colisión no fue deliberada, pero no hay más informaciones al respecto. 

El embajador Antonov, a su salida de la reunión con Defensa de este miércoles, ha lanzado un doble mensaje, de cal y de arena. Por un lado, explicita que su país "no está interesado en la confrontación" -"La parte rusa está interesada en unas relaciones pragmáticas con Estados Unidos en interés de los pueblos de Rusia y EEUU", añade-, pero por otro se queja se la presencia norteamericana tan lejos de sus fronteras. "Lo más importante, creo, es que los aviones y buques estadounidenses no tienen nada que hacer junto a la fronteras de la Federación", subrayó, para añadir: "¿Se imaginan que un avión, un dron (ruso) como ese aparezca cerca de Nueva York o San Francisco? ¿Se imaginan cuál sería la reacción de los medios informativos estadounidenses o del Pentágono a ese dron?", ha indicado, en unas palabras muy jaleadas en las redes sociales rusas.

EEUU sostiene que, más allá de este encuentro, no ha habido comunicaciones a un nivel más alto con el Kremlin. 

¿Cambia algo?

El coronel español retirado Manuel Gutiérrez entiende que "el episodio no va a cambiar sustancialmente las actividades de Rusia y EEUU en la zona. Uno seguirá atacando y otro, vigilando. Posiblemente, eso sí, con más prudencia", indica. "Lo ha dicho el Pentágono, que si se trataba de una maniobra de disuasión, no tendrá éxito. EEUU va a seguir operando en el espacio aéreo del Mar Negro porque lo necesita, por sí mismo y por Kiev", añade. 

Lo niveles de compromiso de la Administración Biden con Ucrania siguen siendo "altos", en lo militar, lo diplomático y lo económico y "esto no lo va a cambiar". "Los rusos tienen un largo historial de comportamiento agresivo y, aunque ahora el contexto es más sensible y ha habido contacto, es de esperar que se quede en eso, en un roce, un precedente que amplía aún más la desconfianza entre las partes, sin rotura", espera el militar. Cita el caso de los recientes globos chinos en los cielos estadounidenses, aunque sean casos de distinta gravedad, para recordar que "aquí todos juegan y desde hace mucho". 

Un estudio de Rand Corporation elaborado en 2021 concluye que ha habido docenas de incidentes de esta naturaleza. Habla de "señalización coercitiva", porque “Moscú parece estar utilizando señales coercitivas para enviar mensajes específicos sobre actividades que considera problemáticas”, señalan sus expertos. Se recogen hasta llamadas entre un control de tierra ruso y su nave en la que aconsejaba que hostigara a los aviones estadounidenses, paso a paso. “A veces la señal coercitiva es algo así: el avión subirá a interrogar al objetivo, sombra a distancia, con las alas limpias (sin misiles) pero cada vez más con las alas sucias (con misiles) ya que nuestras relaciones bilaterales se han deteriorado, y eso se irá”, ha indicado en Twitter Dara Massicot, una de las autoras del informe, a raíz del incidente del dron.

En este caso, se intenta mantener a los aviones y barcos estadounidenses alejados de los márgenes de la guerra de Ucrania, donde la invasión de Rusia prosigue. Más, en un tiempo determinante, "con ofensivas anunciadas para primavera y ante la llegada de nuevo material de Occidente", explica Gutiérrez. "Rusia quiere dificultar al máximo el trabajo de EEUU", concluye. 

Será importante ver qué pasa con el dron. Quién lo encuentra. En las redes sociales rusas se están difundiendo unos audios sin verificar que supuestamente indican que los de Vladimir Putin se han hecho con él. No hay confirmación ni desmentido por parte de unos ni de otros. El portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, el coronel Yuriy Ignat, sí ha dicho que el UAV caído ha sido ya sustituido por otro. El comandante del Cuerpo de Marines de EEUU, el general David Berger, es citado por el diario británico The Guardian afirmando que escenarios como el derribo de este dron son algunas de las mayores preocupaciones del ejército de los EEUU, debido a la "imprevisibilidad de la cadena de eventos que podrían desencadenar a su paso". 

El Departamento de Defensa de EEUU ha confirmado que está trabajando actualmente en desclasificar las imágenes del incidente, según el general Ryder. Y John Kirby, entrevistado por la CNN, ha reconocido que su país ha “tomado ya medidas para proteger nuestras acciones con respecto a ese dron en particular”. “Obviamente, no queremos ver a nadie más que a nosotros ponerle las manos encima”, dijo. 

"Claramente, Washington no estaría feliz si una tecnología de vigilancia tan sensible cayera en manos rusas -dice el uniformado español-. No es solo el armamento occidental lo que está ayudando a Ucrania a resistir, sino que la Inteligencia es esencial. EEUU aporta información en tiempo real de las operaciones rusas, los movimientos de sus naves, el lanzamiento de misiles... Datos que a Kiev le valen para adelantar movimientos, planificar y proteger, por ejemplo, infraestructuras básicas muy sensibles". 

Por eso nadie va "a dejar de hacer lo que ya se hacía, no habrá disuasión", pero es de esperar que se tomen "más cautelas". Washington quiere mantener abiertas todas las líneas de ayuda a Ucrania, pero también está obsesionado por evitar el uso de la fuerza y verse envuelto en una confrontación más directa con Moscú. Quedó claro en la reunión que los jefes de las dos diplomacias, Antony Blinken y Sergei Lavrov, tuvieron en el G-20 de Nueva Delhi a inicio de mes, primera desde que comenzó la guerra. La iniciativa la tomó el norteamericano. "Los riesgos aumentan sensiblemente cuando hay un comportamiento imprudente. Lo que hay que hacer es evitarlos".