Los prisioneros a quienes se les dio la oportunidad de luchar en Ucrania por su libertad están regresando más violentos y provocando pánico en todo el país.
El esfuerzo militar afecta a las cuentas rusas, en un momento en el que su economía depende de los países amigos que compran petróleo y la industria de guerra.
El ejército ruso está sufriendo importantes bajas en Ucrania, lo que ha llevado al Kremlin a ofrecer bonificaciones sustanciales para reclutar nuevas manos.
Mientras continúan los intensos combates en Ucrania, las fuerzas se gastan. Moscú está ahora reclutando mercenarios de Ruanda, Burundi, Congo y Uganda.
Rusia ha perdido más de medio millón de efectivos desde el inicio de su invasión a gran escala de Ucrania, según datos del Gobierno de Kiev. Récord sobre récord.
Las bajas masivas y lo impopular del reclutamiento civil lleva a Zelenski a hacer nuevas apuestas que, por cierto, a su invasor ruso no le están saliendo muy bien.
La cantidad de cadáveres contabilizados es casi un 25% más alta que en el primer año de guerra, un gran coste humano de una guerra que se esperaba rauda.
Zelenski sabe que llamar a más hombres a filas es impopular, pero sus fuerzas lo necesitan, sobre todo cuando se especula con una nueva ofensiva rusa. En el terreno, trata de golpear instalaciones estratégicas, pero recibe el tiro de vuelta.
Kiev sostiene que va a llamar a 300.000 soldados adicionales para reforzar los ataques sobre su territorio, pero el Kremlin replica: "Eso no es cierto".
Las palabras de Macron diciendo que no excluye el envío de soldados para frenar a Rusia han generado un importante debate, pero es que ya hay uniformados occidentales en el terreno. Esto es lo que hacen y podrían hacer si se va a más.
Yulia Senyuk, que acumula más de 200 millones de visitas, está usando su estatus de celebridad para recaudar fondos. "Es una auténtica patriota", dicen los soldados.