España pone sobre la mesa de Von der Leyen la candidatura de Teresa Ribera a comisaria

No ha habido cambio de guion. Desde las filas socialistas tratan de hacer valer los resultados cosechados en las pasadas elecciones europeas del 9-J -en los que aguantó el tipo y solo se vio superado en dos escaños por el PP- y este miércoles se ha confirmado un movimiento esperado en el parqué comunitario. 

El Gobierno de España ha puesto sobre la mesa de la presidenta de la Comisión Europea, una Ursula von der Leyen que repite en el cargo durante el próximo lustro, la candidatura de una ministra clave para convertirse en comisaria europea. Se trata de la vicepresidenta tercera y titular de Transición Ecológica, Teresa Ribeira, quien ya encabezó la candidatura del PSOE a los comicios europeos.

De esta forma, y según ha adelantado EFE citando a fuentes comunitarias, a través de una carta, el Gobierno de España ha trasladado oficialmente a la Comisión Europea la candidatura para que Ribera ocupe alguna de las carteras que conformen el nuevo Ejecutivo comunitario. Uno en el que habrá cambios de rostros, pero se mantendrán las cuotas a los principales socios que ya sustentaron al Partido Popular Europeo (EPP).

Desde la socialdemocracia encarnada en el ex primer ministro luso Antònio Costa -quien cayó cercado por un presunto caso de corrupción en el que se demostró que su nombre había sido incluido por error después de unas elecciones adelantadas que se llevó la derecha- como líder del Consejo Europeo, a la liberal Kaja Kallas como Alto Representante.

Teresa Ribera: un nombre respetado en Bruselas por los méritos logrados

Cabe recordar que la actual vicepresidenta tercera no recogió el acta de eurodiputada -continúa al frente de sus responsabilidades en el Gobierno de Pedro Sánchez-, una cuestión que ya se había trasladado y explicado desde el Gobierno, puesto que Ribera siempre ha sido la potencial candidata española a ocupar una comisaría. Y tiene una clara explicación.

El nombre de Teresa Ribera cuenta con gran respeto tanto en Bruselas como en Estrasburgo y es un fiel reflejo de la consideración y peso internacional que ha ido cobrando España en las últimas legislaturas, sobre todo desde la irrupción de la crisis sanitaria internacional del coronavirus, en la que el Gobierno destacó en la acción conjunta con propuestas como las compras conjuntas de vacunas. 

La vicepresidenta tercera tiene mucho que ver, puesto que ella no fue solo quien puso sobre la mesa la posibilidad de replicar lo hecho con las vacunas, pero en materia energética -las reservas conjuntas de gas natural-. También defendió la necesidad de armar un instrumento como la excepción ibérica, que supuso rebajas ingentes en el precio de la energía tanto para España como para Portugal y abrió el debate sobre la necesidad de transformar el mercado eléctrico europeo, a pesar de las reticencias de distintos países del norte y centro de Europa.