El Parlamento Europeo ha bendecido la tesis de la oposición venezolana con un importante gesto que encuentra reflejo en lo acontecido en su homólogo español la pasada semana. La Eurocámara ha reconocido formalmente este jueves al líder opositor Edmundo González Urrutia como presidente legítimo y democráticamente elegido de Venezuela. 

Aunque al igual que lo ocurrido en el hemiciclo español no se trata de un texto vinculante, es decir, no debe guiar necesariamente los pasos de la Comisión Europea, esta decisión ha salido adelante con el respaldo del Partido Popular Europeo (EPP) y de los eurodiputados de la ultraderecha y formaciones de corte similar. 

Concretamente, ha recibido el respaldo de 309 votos a favor, frente a los 201 en contra y las 12 abstenciones registradas. No es la única medida que contemplaba el texto, que también aludía a la otra gran figura de la oposición, María Corina Machado. A la opositora que continúa en Venezuela se le reconoce como líder de las fuerzas democráticas venezolanas. 

Como era de esperar, los populares europeos no han tenido problemas para llevar a buen puerto una resolución conjunta que ha conjugado a los Conservadores y Reformistas de  Giorgia Meloni, a los Patriotas del mandatario húngaro, Viktor Orbán, y al Frente Popular de Marine Le Pen. Este último, donde se sitúa Vox.

La Eurocámara reclama a Bruselas y los Veintisiete que reclamen una orden de detención contra Maduro

Cabe destacar que, si bien no conforma una decisión vinculante, la resolución del Parlamento Europeo que ha salido adelante sí deja una clara reclamación para que se siga esa misma hoja de ruta política por parte de la propia Unión Europea y los Estados miembros. El llamamiento pasa incluso por que "hagan todo lo posible" para que Edmundo González sea el presidente investido en Venezuela el próximo 10 de enero de 2025.

No obstante, hay otro elemento clave en esta resolución, también en forma de instancia o petición a los Estados miembro. Además del reconocimiento a González Urrutia, se pide que solicitar una orden de detención internacional contra Maduro "por crímenes contra la humanidad por todas las graves violaciones de los derechos humanos cometidas". Esta última, una de las cuestiones con las que presionaron los populares europeos.

Un telón de fondo marcado por la crispación política en España y la tensa respuesta de Caracas

Hasta el momento, la postura comunitaria ha sido la de buena parte de la comunidad internacional. Reclamar en repetidas ocasiones que se presenten todas las actas electorales de estos últimos comicios presidenciales, ante la imposibilidad de tomar una decisión de tal calibre basándose únicamente en las actas publicadas por la oposición venezolana. Si bien el propio alto representante de las Relaciones Exteriores de la UE, Josep Borrell, ha llegado a afirmar que el régimen de Maduro es "dictatorial" y "autoritario".

El Gobierno de España se ha mantenido firme en no salirse de esos márgenes comunitarios, mientras la oposición ha reclamado que diese ese mismo paso, al tiempo que socios habituales, como el PNV, votaban con el PP reconocer a González. La respuesta de Caracas no se hizo de esperar y su Parlamento reclamó cortar relaciones diplomáticas y comerciales con España. Cuestión que, tras llamada a consultas de su embajador y la detención de dos bilbaínos que supuestamente están vinculados al CNI e iban a atentar contra Maduro, sigue adelante.

Todo ello transcurrió bajo una subida de tono político que ha tenido esta mañana su mayor escalada, tras las críticas del popular Esteban González-Pons, en las que ha acusado al Gobierno de estar "implicado en el golpe de Estado en Venezuela" y por las que el PSOE ya ha pedido su dimisión.

El vicesecretario de Institucional y encargado de las relaciones internacionales del PP argumenta dicha acusación en lo que desveló el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela ayer y que posteriormente confirmaría Edmundo González más tarde. Para poder salir de territorio venezolano y recibir asilo político en España, ha tenido que firmar un documento en el que reconoce la victoria de Maduro, rúbrica que tuvo lugar en el domicilio del embajador español en Venezuela. 

Urrutia asegura que lo hizo bajo "coacciones" y el Ministerio de Exteriores ya ha reiterado que no hubo ninguna intermediación del Gobierno de España con el venezolano para sacar al opositor. Incluso que el propio ministro, José Manuel Albares, "dio instrucciones directas al embajador de no inmiscuirse en las gestiones que pudiera realizar el líder opositor".