Mapa de la pobreza en España: baja la población en riesgo pero se mantienen las carencias de la gente

Mapa de la pobreza en España: baja la población en riesgo pero se mantienen las carencias de la gente

El INE publica la Encuesta de Condiciones de Vida correspondiente al año 2022.

Una persona sin hogar pide en la calle.Matthew Cachia

"La población en riesgo de pobreza o desigualdad en España cae en 2022 al nivel más bajo desde 2013. Gracias a la protección de empresas, empleo y rentas de familias, inversiones, reformas y medidas en marcha, mejora el acceso al empleo, las condiciones de vida y la población en riesgo". 

Con este mensaje en su cuenta de Twitter, la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, celebraba uno de los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida que ha publicado este lunes el Instituto Nacional de Estadística (INE). Concretamente, el de población en riesgo de pobreza, que bajó del 27,8% en 2021 al 26% en 2022. 

En los datos compartidos por Calviño también se puede observar que desciende el número de personas viviendo en hogares con baja intensidad en el trabajo y la población con carencia material y social severa. Datos positivos porque, son, además, los más bajos desde 2013. 

Estos tres datos aportados por la vicepresidenta en su tuit hacen referencia a la conocida como tasa AROPE (por sus siglas en inglés, At Risk Of Poverty or social Exclusion), que define la población en riesgo de pobreza o exclusión social como aquella que está en al menos una de estas tres situaciones: riesgo de pobreza, carencias materiales o baja intensidad en el empleo.

Bajan los tres indicadores, según el INE, destacando la reducción del porcentaje de población en riesgo de pobreza (las personas que tienen ingresos bajos en relación al conjunto de la población), que cae 1,3 puntos, del 21,7% al 20,4%. 

Datos positivos que, sin embargo, no pueden ocultar otros que no lo son tanto y que se ven si uno saca la lupa para estudiar el informe. 

Por ejemplo, aunque baja la tasa AROPE en los dos primeros grupos de población —menores de 16 años y entre 16 y 64—, sube casi un punto entre los mayores de 65 años. Este aumento se debe a que la tasa de riesgo de pobreza subió 1,2 puntos entre los más mayores, pasando del 17,5% al 18,7%. 

Esto se explica porque los ingresos que tiene en cuenta la encuesta son del año 2021, es decir, del año después del inicio de la pandemia, que castigó especialmente a los más mayores. 

Otro dato bueno de la encuesta es que sube el umbral de pobreza, que se establece siguiendo criterios de Eurostat, fijando en el 60% de la mediana de los ingresos por unidad de consumo de las personas. Es decir, que al subir los ingresos por persona, como sucedió en 2021, sube el umbral. 

Así, en 2022 este umbral se situó en 10.088 euros, un 5,8% más que el estimado en 2021. En hogares compuestos por dos adultos y dos menores de 14 años, el umbral fue de 21.185 euros.

Pero la verdadera letra pequeña de la encuesta se observa en el apartado de carencias materiales, que recogen la percepción de la población en el momento de realización de la encuesta, durante el último cuatrimestre de 2022. 

Aunque a nivel general el porcentaje de población con carencias materiales y sociales severas ha caído, pasando del 8,3% del 2021 al 7,7% en 2022, yendo apartado por apartado se observa que en la mayoría sube. 

Y suben apartados importantes para el día a día de las familias. Por ejemplo, el de población que no puede permitirse mantener su vivienda con una temperatura adecuada. 

Este apartado es especialmente preocupante, ya que en los últimos años se ha disparado pasando del 7,6% de 2019 al 17,1% de 2022. Casi diez puntos en apenas tres años. La crisis energética agravada por la guerra en Ucrania y la elevada inflación no parecen que vayan a ayudar a paliar esta terrible estadística. 

También aumenta considerablemente el porcentaje de población en cuyo hogar no se puede permitir una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días. 

Según los datos del INE, este porcentaje volvió en 2022 a niveles de 2020, en plena pandemia, situándose en el 5,4%. 

En un contexto de tremenda inflación, la población que se ha visto incapaz de asumir imprevistos ha aumentado considerablemente. 

Del 33,4% del año 2021 se ha pasado al 35,5% del 2022, es decir, situándose a niveles equiparables a los de hace cuatro años. 

En este contexto, pocas personas se ven capaces de 'darse un capricho'. Por eso también crece el porcentaje de población que asegura no poder irse de vacaciones al menos una semana al año.

Casi un punto más desde 2021, pasando del 32,7% al 33,5% en 2022. El momento más crítico de esta estadística fue en 2013, cuando los estragos de la crisis financiera de 2008 golpeaban duramente al país. En ese momento, un 48% aseguraba estar en esta situación de no poder irse ni una semana de vacaciones. 

Baja, aunque poco, el porcentaje de población que tiene mucha dificultad para llegar a fin de mes. 

De hecho, se trata de una bajada testimonial, de apenas una décima, por lo que podríamos decir que se mantiene en los mismos niveles que en 2021, cuando este porcentaje era del 8,8%. Ahora está en el 8,7%. Nada que ver, por fortuna, con el 17,5% que se alcanzó en 2014. 

En el lado positivo está el de la población que en el último año ha tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal, tales como alquiler, hipoteca, o recibos como el gas o la comunidad. 

Un porcentaje que claramente se disparó con la pandemia, pasando del 7,8% de 2019 al 12,2% del 2020 y que, tras otro repunte en 2021, cuando ascendió al 12,6%, ha bajado un punto en 2022, situándose en el 11,6%. 

Aun así, se mantiene a un nivel altísimo, casi a la altura del año 2014, cuando se hacían notar las consecuencias de la crisis del 2008. 

Qué dicen las ONG

En declaraciones a la agencia Europa Press, el coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas Española y secretario técnico de la Fundación FOESSA, Raúl Flores, considera una "buena noticia" la reducción de la tasa de pobreza y exclusión social, pero asegura que este problema en España "es algo estructural". "A pesar de las mejoras, algo más de una de cada cuatro familias sufren situaciones de pobreza y exclusión social", advierte.

El responsable de esta ONG también se fija en las carencias materiales, como la población que tiene dificultades para llegar a fin de mes, "que se ha mantenido estable" y otros indicadores que "lejos de mejorar han empeorado". Por ejemplo, las familias que no pueden mantener sus casas a una temperatura adecuada o las que no pueden comer las proteínas necesarias durante la semana. 

En este sentido, Flores cree que "se sigue manteniendo el problema estructural" de la pobreza y la exclusión, especialmente "en las personas más jóvenes y en las familias con hijos". "Esto es algo que viene de décadas y nos habla de que, como sociedad no estamos sabiendo proteger a esta población, y que la familia y la etapa de crianza sigue sin estar en el centro de las políticas", agrega.

La ONG Save The Children ha analizado en Twitter la encuesta. Tras congratularse de los buenos indicadores, esta organización advierte de que "uno de los aspectos más alarmantes" del estudio "es el incremento significativo de los niños, niñas y adolescentes que no tienen acceso a al menos dos raciones de carne, pollo o equivalente a la semana". "Son el 5,9% del total frente al 4,9% del año pasado", advierten.

También alerta sobre "la situación de los hogares monomarentales" que "resulta especialmente preocupante puesto que se enfrentan a una tasa de pobreza del 46,1%". Una tasa que, aun así, mejora la del año 2021, que fue del 49%.

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