El PP le gana el pulso a Vox en Cataluña: de ser últimos al 'sorpasso' a cuatro fuerzas
A pesar del choque inicial de Feijóo con el cabeza de lista, Alejandro Fernández, los populares cosechan un gran resultado y crecen en 12 escaños hasta situarse como cuarta fuerza del Parlament con 15.
Y en medio de la otra batalla política que se dirimía este 12M, la que se libró en el espectro de las derechas, el Partido Popular ha sido el gran vencedor de la jornada. La lista que encabezó Alejandro Fernández ha experimentado una gran subida, al pasar de ser la última fuerza del Parlament en las elecciones de 2021 en las que obtuvo tres escaños, a ser ahora la cuarta, con 15.
Los populares han obtenido un total de 341.514 votos, 232.061 más que en las anteriores elecciones, con el 10,97% de los sufragios. Con todo, y a pesar de ser superados por su rivales naturales, Vox ha aguantado el tirón y ha retenido los 11 asientos que lograron en su histórica irrupción en el Parlament en 2021.
Los de Santiago Abascal, capitaneados por su líder en Cataluña, Ignacio Garriga, han logrado 247.751 votos, lo que supone ampliar en 29.630 sufragios su marca anterior. Supone el 7,96% de los sufragios (+0,29), en un contexto especialmente amenazante para la ultraderecha que ve cómo emerge un serio competidor, pero en el espectro del independentismo. La Aliança Catalana de la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, entra en el Parlament con dos escaños sin que Vox se resienta.
A todo ello se suma también la desaparición de Ciutadans, que ha quedado por debajo del PACMA y solo ha superado a Alhora -de la exconseller y eurodiputada Clara Ponsatí- y cuya probable fagotización sobresale como la gran explicación a la crecida del PP, pero también a que las cuentas salgan para que Vox se mantenga.
Una pugna marcada por el mensaje y el duelo de líderes nacionales
Si en algo ha destacado la campaña que ha realizado el Partido Popular ha sido en una cierta mímesis con algunos de los postulados o ejes que siempre han marcado la campaña de Vox. El claro ejemplo ha sido que los populares no han hecho de la lucha contra la amnistía el gran pilar de su discurso y han optado por criticar ámbitos como la inseguridad ciudadana. Feijóo incluso llegó a vincularla con la migración, cuestión que tanto Garriga como Abascal le echaron en cara.
Con todo, esa ha sido la otra gran lectura entre líneas. Un termómetro al liderazgo de Núñez Feijóo que, al frente de Génova 13, ha vuelto a ver cómo su formación crece en una cita electoral. Primero, tras revalidar su sucesor la Xunta de Galicia -Alfonso Rueda ha continuado con la tradición de mayorías absolutas de los populares gallegos-, y después de subir en Euskadi.
El propio Fernández lo ha destacado en su discurso durante la valoración de resultados: "Gracias [a Feijóo] por el apoyo extraordinario que nos ha brindado. Por la unidad con la que hemos trabajado". No eran frases sin más, puesto que el PP llegó con mucha tensión interna a esta cita electoral.
Tras un tira y afloja en el que se ponía en duda que Fernández llegase a ser el cabeza de lista -hubo mucho malestar en el PP catalán al conocerse que durante el intento de investidura fallido de Feijóo llegó a contactar con Junts, vio con buenos ojos los indultos a los líderes del procès e e incluso hablaron de la amnistía-, Feijóo y Fernández firmaron una tregua y asumieron que cada crítica recibida por esas dudas e incertidumbre se saldaría esgrimiendo que en el PP hay debate y se puede disentir con libertad.