Pedro Sánchez ha elegido Marruecos como su destino de vacaciones antes de ponerse a trabajar en las negociaciones de cara a su investidura. El presidente del gobierno en funciones recaló en la ciudad de Marrakech junto a su familia tras coger un avión de línea comercial. Se trata de un viaje "estrictamente privado", según las fuentes de Moncloa, que subrayan que ha sido "costeado íntegramente con recursos propios" por el presidente del Gobierno y en el que no se contempla ninguna agenda institucional.

Para aprovechar al máximo sus vacaciones, Sánchez estuvo ayer por la tarde acompañado de su mujer y sus hijas por la plaza Jemaa El-Fna de Marrakech y los mercados circundantes en medio de estrictas medidas de seguridad. Un guía les iba contando los detalles históricos y culturales de la Ciudad Roja. 

La prensa de Marruecos ha explicado también que Sánchez se alojará estos días en un hotel de lujo y que tiene previsto visitar la región de Marrakech y de Haouz y concluir el viaje en Tetuán, en una zona muy próxima a la residencia de verano del rey Mohamed VI.

En las imágenes de Sánchez en Marrakech, publicadas por el medio Rue20, ha llamado poderosamente la atención el look informal del que hace gala el presidente. Aunque estamos acostumbrado a verle con traje, en este caso Sánchez ha optado por una sencilla guayabera blanca, vaqueros y gafas de sol. Pero lo que más ha sorprendido ha sido su gorra blanca de estilo inglés con el que el presidente en funciones intentaba protegerse del sol. Una prenda que nunca le habíamos visto antes, ni en sus vacaciones en Lanzarote ni en Doñana en años anteriores.

Las vacaciones de Sánchez y su familia en Marruecos no son las primeras de un presidente del gobierno español en el país vecino. En el norte de Marruecos solían pasar periodos vacacionales los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González, ambos socialistas, pero desde que el primero dejó la presidencia en 2012 ningún otro presidente español lo ha hecho.

En 2011, Zapatero pasó la nochevieja con su familia en la ciudad norteña de Tánger junto con su entonces ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez