Así se censuró 'El señor puta', la obra contra los feminicidios, en la Extremadura de PP y Vox

Así se censuró 'El señor puta', la obra contra los feminicidios, en la Extremadura de PP y Vox

El Ayuntamiento de Talayuela (Cáceres) canceló la función para "proteger" a los "menores", pero la productora afirma que en ningún momento se vendió como una obra infantil: "Me dijeron que no querían traer la obra al pueblo".

Representación de 'El señor puta o la degradación del ser', de la compañía D'liria Producciones.El señor puta o la degradación del ser

El verano toca poco a poco a su fin, pero el bochorno de la censura sigue activo en muchas zonas de España de la mano del PP y Vox. Una de las primeras en sufrirla fue la adaptación teatral de Orlando de Virginia Woolf, en Valdemorillo (Madrid) a finales de junio, pero también fueron señaladas La villana de Getafe de Lope de Vega o La infamia de la mexicana Lydia Cacho.

El rayo censor, que no cesa, puso el punto de mira a finales de agosto en El señor puta o la degradación del ser, del dramaturgo extremeño Pedro Luis López Bellot, ganador en 2016 del VIII Premio FATEX (Federación de asociaciones de teatro) al mejor autor extremeño por ese texto. La cancelación ha ocurrido en Talayuela (Cáceres), una localidad de 7.266 habitantes.

Se trata de una obra "transgresora", afirma en conversación telefónica con El HuffPost su productora, Irene Hernández Serrano, joven productora de 33 años que se ha encargado de levantar los bolos de la representación luchando contra las elecciones y el verano, que todo lo paran. "Fundamentalmente, la temática [de la obra] es un grito a la sociedad, a los espectadores en este caso, para que despertemos y paremos la barbarie de los feminicidios", comenta Hernández. 

Sobre las tablas se suceden historias de mujeres en diferentes situaciones, ya que la obra toca diferentes subtemas como "el abuso infantil" o "una crítica a las políticas migratorias", explica su productora. La obra se estrenó en Torrejoncillo (Cáceres) el 4 de marzo con una buena acogida, según afirma Hernández.

El Ayuntamiento de Talayuela (Cáceres), que aprobó la obra también en marzo, cuando gobernaba el PSOE, ha decidido desprogramar en agosto la pieza teatral a poco menos de dos meses de que se fuera a representar. Pasado el 28M, ahora gobierna el municipio una coalición de PP, Vox y Extremeños. 

En ningún momento se iba a permitir a los niños y a los menores entrar en la función
Irene Hernández, productora de 'El señor puta o la degradación del ser'

¿El motivo de la desprogramación? Según declaró el consistorio talayuelano a la Agencia EFE, se debe a "su alto contenido violento, pues contiene violaciones, asesinatos y escenas que no son aptas para todos los públicos", así como que la mayoría del público de teatro del pueblo "son niños acompañados de sus padres y abuelos". El PSOE ha pedido explicaciones al Gobierno de la Junta, presidido por María Guardiola ((PP) en coalición con Vox, pero Mérida se ha desentendido señalando que quien tiene que dar las explicaciones pertinentes es el Ayuntamiento de Talayuela, según informa El Periódico de Extremadura.

Pero esa justificación, sin embargo, choca frontalmente con lo que Hernández asegura que ocurrió. La productora recibió una llamada de Olga Bravo, actual teniente de alcalde "en representación de ella, del alcalde y del equipo de Gobierno de Talayuela" para enviarle un mensaje: "Que no la encontraban [la obra] idónea para el pueblo y la gente del pueblo". El asunto de los menores, prosigue Hernández, llegó después, con el revuelo y la "presión mediática". El HuffPost ha intentado sin éxito contactar con Bravo para contrastar esa información.

Le dije que me parecía una censura en toda regla y me dijo 'ya'
Irene Hernández, productora de 'El señor puta o la degradación del ser'

Por otra parte, además, Hernández asegura que la excusa de la protección a los menores hace aguas desde el principio, ya que afirma que la obra nunca se ha vendido como un espectáculo infantil: "Yo misma puse restricción de edad en el cartel que publicamos para el estreno y yo misma he puesto restricción de edad en el tráiler de la página web".

La realidad concuerda con su testimonio, ya que en la web de la obra se advierte explícitamente de que se trata de una obra para adultos, además de mantener una restricción en el tráiler de la misma debido a su dureza. "En ningún momento se iba a permitir a los niños y a los menores entrar en la función. Cuando tú tienes un programa cultural sabes lo que estás programando y lo ideal es que sea variado, que haya para los niños y haya momentos para adultos y para todo", concluye Hernández.

Una "faena" para todo el equipo

Hernández se lanzó al mundo de la producción escénica hace alrededor de un año. Se formó en la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura y lleva una década trabajando como actriz, animadora y otros oficios relacionados con el arte dramático. Afirma que la censura es una "faena" para todos los integrantes del equipo.

"Los actores y todo el equipo ese día lo tienen cerrado para esa actuación. En el momento en el que se cae este bolo, ese día se quedan sin trabajar, a pesar de que a lo mejor les hubiera podido salir otra obra u otra cosa", sostiene Hernández. Además, también afecta en el plano personal: "Ya de por sí me cuesta abrirme camino como para que ahora se me caiga un bolo. Me preocupa mi futuro como productora y el futuro cultural de Extremadura. A ver cómo son los próximos cuatro años con este tema".

Por contra, espera que este episodio sirva "como un llamamiento generalizado a la cordura" y que la cultura "sea respetada por las instituciones públicas". Hernández le expresó directamente a Bravo que le parecía "bien que a partir de ahora programara lo que ella considerara", aunque también le reclamó que respetara lo pactado con anterioridad.

"Me parece lo más justo porque es ella la que está al mando ahora mismo. Pero no es justo que desprograme lo que anteriormente ya estaba contratado. Eso me parece terrible, le dije que me parecía una censura en toda regla y me dijo 'ya'". Después llegó la excusa de proteger a los menores ante una obra que no iba dirigida a ellos.