Esto es lo que debes mirar de la etiqueta de un alimento para saber si es saludable

Esto es lo que debes mirar de la etiqueta de un alimento para saber si es saludable

Ana Luzón, experta en nutrición desvela algunos trucos a la hora de hacer la compra.

Carro de la compra.Getty Images

Actualmente parece que es más fácil hacer una compra saludable, la industria nos bombardea con reclamos nutricionales en nombre de nuestra salud y contamos con diversas apps que nos dicen si estamos haciendo una compra “correcta”. Tal y como explica Ana Luzón, técnica en nutrición “aunque estas apps pueden servir de apoyo, lo más importante es que tú como consumidor aprendas a interpretar las etiquetas y a desarrollar tu propio criterio en base a tu contexto, ya sabes que el fin último de la industria alimentaria es generar beneficios y no nuestra salud y de la misma manera las distintas apps siguen sus propios criterios que a veces no quedan claros”.

Lo primero que debes hacer para saber si un alimento es saludable es “no tener que leer ninguna etiqueta, debemos basar la alimentación en materias primas o mínimamente procesadas que no requieren "descifrar" etiquetas” comenta. No obstante, añade que “existen procesados interesantes tanto desde el punto de vista nutricional como de logística y practicidad”.

En segundo lugar, algunas rutinas que debemos realizar antes de ir a la compra también nos van a ayudar a hacer una compra más saludable. Por poner un ejemplo, Ana Luzón enumera algunas recomendaciones para llevar ese proceso a cabo:

- Realizar una compra semanal o quincenal tras revisar el frigorífico, el congelador y la despensa para cerciorarse de qué hace falta. Esto nos permite adquirir solo lo necesario, evitar tirar comida y ahorrar al hacer la compra.

-Elaborar la lista de la compra para que no te falte nada de lo necesario, y tampoco añadas más de lo necesario.

-Priorizar alimentos locales y de temporada ya que, ayuda a tu salud y al medio ambiente. Se recogen en su punto óptimo de maduración y se han cultivado respetando los plazos naturales, sin usar fertilizantes artificiales ni otros procesos químicos que fuerzan su crecimiento.

-Ir a la compra sin hambre ni prisas, ya que si te acercas al súper sin tener nada en el estómago es más que probable que el carro o la cesta acabarán repletos de comida hipercalórica y caprichos innecesarios, que suelen ser caros y poco saludables.

-Fíjate en las etiquetas antes de comprar. Cuando compremos productos envasados hay que revisar siempre el etiquetado prestando especial atención a la lista de ingredientes y la denominación legal.     

Como recuerda Luzón, “un alimento con pocos ingredientes, no más de 5, que conozcamos y entendamos es una pista para saber que estamos ante un buen procesado. También es recomendable que esos productos que vamos a adquirir no contengan azúcares añadidos ni grasas trans o de poca calidad. Además, si miramos la tabla nutricional, es importante buscar alimentos que no contengan más de 5 gramos de azúcar por cada 100 de producto y no más de 1,25 gramos de sal por cada 100 de producto (> 1 g / 100 g ya es elevado). Y, por último, desconfiar de los reclamos 'natural', 'casero', como lo hacía tu abuela”.

Para concluir, Ana Luzón invita a reflexionar sobre si es necesario pasar por todos los pasillos del supermercado como son por ejemplo los de patatas de bolsa, galletas, bollos, repostería, alcohol, gominolas… Es verdad que pueden ser toda una tentación y que en mayor o menor medida suelen terminar en la cesta de la compra. 

Entonces, ¿debemos ponernos una venda en los ojos para no comprarlos? En realidad, la experta aclara que para ella no existen alimentos prohibidos, pero considera que "es inteligente no tener en casa aquellos productos que no queremos comer o que sabemos no nos benefician en cuanto a salud. Seguramente surgirán ocasiones como comidas familiares o salidas donde los tomaréis y no necesitas tenerlos en casa”.