La familia de Luis Rubiales presiona a Jenni Hermoso: "Ha cambiado su versión sobre el beso tres veces"
La prima del expresidente de la RFEF pide a la jugadora "que diga la verdad" mientras la madre se encierra en una iglesia e inicia una huelga de hambre
La familia del expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, se lanza a la ofensiva contra la jugadora de fútbol, Jenni Hermoso, a quien acusan de mentir en su versión sobre el polémico beso que el exmandamás del fútbol español propinó a la futbolista durante la final del Mundial femenino.
Vanesa Ruiz Béjar, prima de Rubiales, ha pedido este lunes a las puertas de la iglesia de Motril en la que la madre de Rubiales se ha encerrado para iniciar una huelga de hambre, que la jugadora diga la verdad sobre lo ocurrido. "Queremos que Jenni diga la verdad, por qué ha cambiado tres veces su versión. Queremos que se haga justicia y que esta mujer diga la verdad. ¡Jenni, queremos que digas la verdad!", ha dicho rodeada de medios.
La familiar del expresidente de la RFEF cree que hay una campaña "de acoso y derribo" contra Rubiales y que su primo es "una buena persona". "Quien pase cinco minutos con él sae que tiene mucho corazón", ha dicho.
Sobre la huelga de hambre que ha iniciado la madre de Rubiales, Vanesa se ha limitado a señalar que Ángeles "es una persona muy creyente y se ha refugiado en Dios". Además, adelanta que la mujer se mantendrá encerrada y sin comer hasta que Jenni Hermoso "diga la verdad". "Está muy triste porque sabe que es muy buen hijo", ha dicho, además de lamentar que toda la familia está siendo "acosada" e "insultada".
Suspendido por la FIFA
La Comisión Disciplinaria de la FIFA suspendió este sábado con carácter provisional a Rubiales de sus funciones en el fútbol "tanto a nivel nacional e internacional" al tiempo que le abría un procedimiento disciplinario por su comportamiento durante la final del Mundial femenino, donde besó a una jugadora de la selección y se tocó sus genitales en el palco.
Un día antes, Rubiales advirtió ante la Asamblea General Ordinaria de la RFEF que no iba a dimitir y que el beso con Jenni Hermoso fue "espontáneo, mutuo, eufórico y consentido". Unas palabras que la propia jugadora desmintió horas después. "Me sentí vulnerable y víctima de una agresión, un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte", explicó.
