La figura del cardenal italiano Angelo Becciu, condenado a cinco años y medio de prisión por su implicación en un escándalo de mala gestión financiera, sigue estando rodeada de incertidumbre por el futuro del cónclave que eligirá al sucesor del papa Francisco. Unas supuestas cartas firmadas por el pontífice antes de su muerte podrían cambiarlo todo.

En 2020, Francisco suspendió a Becciu tras revelarse su presunta implicación en operaciones financieras opacas, despojándolo de los "derechos asociados al cardenalato", pero sin emitir una revocación formal de sus funciones.

La oficina de prensa vaticana aclaró que todos los cardenales, incluido Becciu, quien fue en su momento uno de los hombres más influyentes de la Secretaría de Estado, tienen permitido asistir a las congregaciones generales, las reuniones preparatorias al cónclave. 

Sin embargo, en los registros oficiales del Vaticano aparece clasificado como un cardenal no elector, pese a contar con los 76 años requeridos para participar. De esta forma, salvo una decisión en sentido contrario, Becciu no debería tomar parte en el cónclave.

Dos cartas que podrían decidirlo todo

Algunos expertos señalan que, mientras no haya una decisión explícita que lo excluya, sigue siendo un cardenal con derecho a elegir al papa. Así lo sostuvo el propio Becciu esta semana. "El papa reconoció mis prerrogativas cardenalicias como intactas ya que no hubo voluntad explícita de excluirme del cónclave ni petición de mi renuncia explícita por escrito", declaró al diario Unione Sard hace unos días.

El decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, de 91 años, que en un principio había autorizado la participación de Becciu en el cónclave, anunció el jueves que había cambiado de opinión. 

El medio italiano Domani afirma que este giro se debió a que el camarlengo, Kevin Farrell, le dijo que, antes de morir, el Papa le habría dado la instrucción verbal de impedir la entrada de Becciu al cónclave. Sin embargo, esa orden nunca se puso por escrito, lo que dejaba la situación en un terreno ambiguo.

Pero en la reunión, también salieron a la luz dos documenos mecanografiados y firmados por el Papa con la letra 'F', en las que confirmaba por escrito la exclusión de Becciu. La primera era de 2023 y la otra de marzo pasado, cuando el Papa enfrentaba su última y muy grave enfermedad.

Pese a todas estas pruebas, todavía no está claro si Becciu optará por apartarse voluntariamente del cónclave o si las congregaciones generales deberán tomar una decisión al respecto.