Ramón Espinar aporta otro punto de vista y señala lo que para él es lo "más grave" del caso Rubiales

Ramón Espinar ha sido uno de los últimos rostros conocidos de España en opinar sobre el beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso y sobre todo lo que ha ocurrido después, desde los comunicados de la RFEF a su inhabilitación por parte de la FIFA. 

Ha explicado Espinar que él ve "dos dimensiones" en este caso: por un lado la línea de defensa de Rubiales que ha definido como "vomitiva" y por otro que no piensa participar en las bromas sobre la madre del presidente de la RFEF, encerrada desde esta mañana en la iglesia de Motril para defender a su hijo. 

"El problema no es solo el beso que le da a Jenni Hermoso, sin que Jenni Hermoso quiera recibir ese beso, el problema y para mí, incluso más grave, es la actitud posterior cuando la RFEF elabora un comunicado poniendo en boca de Jenni palabras que ella nunca había dicho para ver si se atrevía a desmentirlas", ha señalado en el programa vespertino de laSexta. 

"Esa actitud mafiosa de coacción a la jugadora después de que el presidente la violentara, esa actitud mafiosa es la que ha puesto al país en pie de guerra contra el pedazo de orangután que ha presidido la RFEF durante los últimos años", ha añadido. 

Eso sí, ha añadido que él no va a participar en las bromas con la madre de Rubiales, que se ha encerrado en la iglesia de Motril para defender a su hijo: "He visto muchísimo cachondeo. Soy padre y entiendo que por un hijo se hace lo que falta y que esta mujer pues pobrecita mía, le ha tocado que su hijo sea este impresentable y le ha dado por rezar pero es que si fuésemos padres de Rubiales a todos nos daba por rezar".