EEUU y Corea del Sur desplegarán un portaaviones nuclear y varios bombarderos en la península coreana

EEUU y Corea del Sur desplegarán un portaaviones nuclear y varios bombarderos en la península coreana

Hay indicios de que el régimen de Kim Jong-un planea lanzar más misiles balísticos.

EFE

Estados Unidos y Corea del Sur planean desplegar un portaaviones nuclear, varios bombarderos y otros efectivos estratégicos en la península coreana en respuesta al último ensayo nuclear de Corea del Norte, según ha informado el Ministerio de Defensa de Seúl.

El ministro de Defensa surcoreano ha señalado en el Parlamento que se hay indicios de que Corea del Norte planea lanzar más misiles balísticos, quizá incluso uno intercontinental. No ha dado ninguna precisión sobre el momento en que podría tener lugar.

El Ejército surcoreano realizará este mes maniobras con fuego real en el que participarán cazas F-15K equipados con misiles de aire-tierra Taurus, ha revelado el Ministerio surcoreano en su informe a la Asamblea Nacional (Parlamento), recogido por la agencia local Yonhap.

Las maniobras se han llevado a cabo teniendo en cuenta la distancia y ubicación de la base nuclear de Punggye-ri, en el nordeste de Corea del Norte, donde han tenido lugar los seis ensayos atómicos.

COREA DEL SUR YA HA COMENZADO SUS EJERCICIOS CON FUEGO REAL

El anuncio llega pocas horas después de los ejercicios con fuego real realizados por el país asiático en las que ha ensayado ataques a instalaciones nucleares norcoreanas, en respuesta al ensayo nuclear de Pyongyang de este domingo, el sexto y más importante hasta la fecha.

Pyongyang ha probado con éxito una bomba de hidrógeno que puede ser acoplada a un misil balístico intercontinental. De confirmarse, supondría un importante y peligroso adelanto en las capacidades militares del régimen, que anteriormente ha exigido que se le reconozca como potencia nuclear.

"La potencia de la explosión del ensayo nuclear norcoreano está estimada en 50 kilotones", ha señalado el alto responsable. Cinco veces más que la última prueba nuclear de Pyongyang en septiembre de 2016 y tres veces más que la bomba estadounidense que destruyó la ciudad japonesa de Hiroshima en 1945.

El responsable no confirmó si se trató de una bomba de hidrógeno y afirmó únicamente que parece haber empleado "una variedad de material nuclear".

El último test nuclear norcoreano es tres veces más potente que la bomba de Hiroshima.

En respuesta, el secretario de Defensa de EEUU, James Mattis, ha advertido de que cualquier ataque norcoreano sobre ellos o sus aliados tendrá una "respuesta militar gigantesca".

El ensayo ha sido condenado por la práctica totalidad de la comunidad internacional, y el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha recalcado que "supone un grave incumplimiento de las obligaciones internacionales" y que "socava los esfuerzos de no proliferación y desarme nuclear".

COREA DEL SUR APRUEBA INSTALAR EL THAAD

El Ministerio de Defensa de Corea del Sur ha anunciado este lunes que las Fuerzas Armadas de Estados Unidos desplegarán próximamente cuatro lanzaderas de misiles del sistema de defensa THAAD en una base del sur del territorio surcoreano, según informa la agencia de noticias Yonhap.

Seúl ha aceptado con condiciones el despliegue del sistema antimisiles THAAD en la localidad de Seongju, último obstáculo para la puesta en marcha total del escudo, al que se oponen residentes y activistas.

Los residentes afectados y los activistas medioambientales se oponen al THAAD.

Las autoridades del país asiático afirmaron en junio que suspenderían la instalación de parte de los componentes del THAAD —Terminal de Defensa para Zonas de Alta Altitud— hasta que se finalizara un análisis sobre el impacto ambiental del sistema.

Según fuentes consultadas por la agencia surcoreana Yonhap, el ministerio dará finalmente su consentimiento pero lo condicionará a la puesta en marcha de un mecanismo de análisis y seguimiento de radiación para tranquilizar a la población.

Washington y Seúl firmaron en 2016 el despliegue del THAAD ante la creciente amenaza de Pyongyang. China teme que los potentes radares del sistema sean utilizados con fines de espionaje y que su capacidad de interceptación reduzca su poder de disuasión.

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