Consejo Europeo: los Veintisiete logran pactar la petición de una "pausa humanitaria" en Gaza

Consejo Europeo: los Veintisiete logran pactar la petición de una "pausa humanitaria" en Gaza

La cacofonía generada tras la visita de Von der Leyen a Israel debe quedar superada en la cumbre de hoy en Bruselas. Ahora se escala un grado más, tras la condena al terror de Hamás y la petición a Tel Aviv de que cumpla las leyes de la guerra. 

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el español Pedro Sánchez, el pasado julio en Bruselas durante la cumbre con la CELAC.Nicolas Landemard / Anadolu Agency via Getty Images

Unidad y coherencia. Son los dos conceptos que los Veintisiete reivindican como esenciales a la hora de armar una posición y una actuación en bloque ante la guerra entre Israel y Hamás. Sigue habiendo muchas sensibilidades distintas, muchas alianzas e intereses particulares, pero con el paso de los días, y a base de pelea, se ha ido ablandando la tensión entre socios hasta hacer cuajar un discurso común. De mínimos, pero de todos. 

Va a cristalizar este jueves y viernes en la cita del Consejo Europeo que se celebra en Bruselas, un encuentro que estaba en el calendario de rutina pero que se va a ver sacudido de lleno por lo que sucede en Oriente Medio. En las conclusiones finales, según ha adelantado EFE, se va a reclamar una "pausa humanitaria" para que la ayuda que transportan los convoyes desde el paso fronterizo de Rafah, con Egipto, a la Franja de Gaza pueda llegar a los civiles con más facilidad. Los socios saben que lo que lleva días entrando por allí, con hilos de una veintena de camiones al día, es nada para los 2,3 millones de gazatíes que lo necesitan. 

"El Consejo Europeo expresa su gran preocupación por el deterioro de la situación humanitaria en Gaza y pide un acceso humanitario continuo, rápido, seguro y sin obstáculos y ayuda para poder llegar a quienes la necesitan, mediante todas las medidas necesarias, incluida una pausa humanitaria", recoge el texto adelantado, si no hay añadidos o cambios de última hora. Aseguran los Veintisiete que trabajarán con sus socios en la región para ofrecer agua, alimentos, asistencia médica y protección a los palestinos -Israel ha impedido la entrada de todo esto como castigo por los ataques de Hamás- y que apoyará también a quienes intentan ponerse a salvo para proporcionar esa asistencia.

Se hablará de "pausas humanitarias", así, en plural, porque muchas son las que hacen falta para que llegue la ayuda necesaria. Durante días se ha estado analizando la manera en la que referirse a este canal de ayuda, porque no todos contentaban a todos. Pedir una tregua no estaba en los planes, porque suponía pedirle a Israel un refreno en su derecho legítimo de defensa, enarbolado por Bruselas desde el minuto uno. Hamás, en una de estas, puede rearmarse. Pero sí se entendía como esencial hablar de un hueco, un espacio que permita aliviar la situación de los ciudadanos de Gaza, obligados por Israel a concentrarse en el sur para evitar los bombardeos. 

Alemania, junto a la República Checa y Austria, los mayores aliados de Israel entre los miembros, han sido los que más han batallado por dejar claras las cosas y, al final, se ha optado por esta "pausa", similar al "ventana" dado por bueno por Berlín. La del lenguaje no es una pugna menor. Josep Borrell, el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, puntualizó ya el lunes en Luxemburgo, durante una reunión de ministros del ramo, que una pausa no es lo mismo que un alto el fuego, porque "su objetivo es menos ambicioso" y por tanto, se puede acordar "más rápidamente". Es la esperanza, que defenderá también el Gobierno de España, que ostenta la presidencia del Consejo en este semestre. 

Ha habido que esperar del 7 de octubre al 26 de octubre para que Europa dé este paso más de pedir acciones concretas en lo humanitario, porque de partida su reacción ha sido más tibia. El pasado 15 de octubre, los líderes europeos pactaron una declaración en la que estaban los puntales de su discurso hasta ahora: condena de los ataques terroristas de Hamás, solidaridad con Israel y su derecho de defensa y llamamiento a que se respete el derecho internacional. 

Ahora va más allá, aunque el poder de influencia de Bruselas es el que es. Estados Unidos, quien de veras mueve cosas en la región, ha dicho que no es momento de altos el fuego, pero sí se adhiere a la idea de "pausas", "sin beneficiar a Hamás ni a ningún otro grupo terrorista". Lo defendió ante la ONU, en la madrugada de ayer, su secretario de Estado, Antony Blinken. 

Es significativo que EEUU no incluye el combustible, cuya entrada ha sido vetada por Israel pese a ser necesario para el funcionamiento de los hospitales. Arguye que puede caer en manos de Hamás y otras milicias. Al menos, la coincidencia de términos entre Washington y Bruselas podría alumbrar cierta esperanza de que la presión prospere y se abra un pasillo de ayuda más estable. 

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, reconoce en su carta de invitación a los mandatarios que existe una "grave preocupación" por la situación humanitaria en Gaza, por lo que ya pide a sus socios predisposición para buscar cómo garantizar el acceso a la ayuda y prevenir, a la par, "una peligrosa escalada regional del conflicto". 

Estamos ante un momento de "gran inestabilidad e inseguridad globales", "exacerbado" por lo que ocurre en Gaza e Israel, añade la misiva. Unos acontecimientos que requieren de la "atención inmediata" de la UE. "Nuestra responsabilidad es permanecer unidos y coherentes y actuar de acuerdo con nuestros valores consagrados en los Tratados", añade. 

Describe la situación como una "tragedia" y por eso reclama de nuevo a los aliados que censuren "en los términos más enérgicos posibles los brutales e indiscriminados ataques terroristas" de Hamás y reconozcan "el derecho a la defensa de Israel, de conformidad con el derecho internacional y el derecho internacional humanitario". Reclama también la liberación "inmediata e incondicional" de los más de 200 rehenes que la milicia palestina tomó e introdujo en Gaza. Y se espera que se añada en las conclusiones un llamamiento a relanzar el proceso de paz entre palestinos e israelíes, basado en la solución de dos estados, la "única manera de avanzar". 

Actualmente, no hay negociaciones vivas, el proceso está encallado desde 2014. Sin embargo, en última sesión de la Asamblea General de la ONU, el pasado setiembre, la UE colaboró en el lanzamiento del Esfuerzo del Día de la Paz, junto a Arabia Saudí, la Liga Árabe y Egipto, en un intento de acercar posturas. Nadie podía suponer que un mes más tarde las cosas estarían aún más complicadas. 

Todos esos son lugares comunes en los que los Veintisiete se han acabado encontrando, pero a trancas y barrancas. Al inicio de la crisis, su postura vino marcada por el ruido y la duplicidad de voces y criterios, a raíz de la visita a Tel Aviv de la presidenta de la Comisión Europa, Ursula von der Leyen, quien se posicionó por completo al lado de Israel, sin matizar nada sobre respuestas proporcionales o sujetas a las leyes de la guerra

De seguido, hubo un anuncio fake de que Europa cortaba sus ayudas a Palestina, cuando son esenciales ysuponen, por ejemplo, el 10% del presupuesto de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Hubo que desdecirse y, más aún, anunciar que se triplicaba la ayuda, porque ahora hace falta más que nunca. Por eso, la cumbre de estos días en Bruselas debe ser el momento para aclararlo todo, para no dejar lugar a dudas y para apostar por una voz fuerte y armónica sobre el conflicto. 

Está por ver si también hay espacio en las conclusiones o, al menos, en las declaraciones, para avalar el trabajo de Naciones Unidas y de su secretario general, el portugués Antonio Guterres, cuya dimisión ha pedido Israel por recordar que la actual guerra hunde sus raíces en la ocupación de Palestina, nunca resuelta. El presidente español, Pedro Sánchez, ya fue este miércoles muy claro al respecto: "Quiero trasladar el respaldo y el cariño del Gobierno de España a nuestro Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, que lo que está haciendo es alzar la voz de una mayoría amplia que quiere una pausa humanitaria". 

Todo lo que no es Oriente Medio 

La cumbre europea de esta semana no tenía ni por asomo Gaza e Israel en su orden del día cuando fue convocado de inicio. Su plan pasaba por Ucrania, como siempre, además de un poco de economía y ecologismo. Como dice Michel en su carta, hay que estar encima de lo que ocurre en Oriente Medio, "sin distraernos de nuestro continuo apoyo a Ucrania", allí donde el otoño se endurece y se complican las condiciones para una reconquista lenta. 

"En relación con Ucrania, continuaremos brindando nuestro apoyo inquebrantable durante el tiempo que sea necesario. Entre las diversas facetas de nuestra asistencia, me gustaría que abordáramos en particular formas de acelerar la entrega de apoyo militar, avanzar en nuestros planes sobre el uso de los activos inmovilizados de Rusia e intensificar nuestro acercamiento diplomático para garantizar el más amplio apoyo internacional a una una paz amplia, justa y duradera", indica el belga.

Todavía en materia de relaciones internacionales, los líderes europeos discutirán en su encuentro acerca de la relación entre Serbia y Kosovo, que pasa por un momento delicado; de la situación en el Cáucaso Sur, con las tensiones entre Armenia y Azerbaiyán, y se revisarán, también, las complicaciones en el Sahel, golpeado por varias insurrecciones en los últimos años y clave en la tranquilidad de Europa en cualto al yihadismo.

La economía también tendrá su espacio en esta apretada cumbre. Se abordará el denominado marco financiero plurianual (MFP), que se fijó para el período 2021-2027, "con vistas a alcanzar rápidamente un acuerdo", dice Michel. La Comisión presentó una propuesta que se ha considerado necesario revisar. El MFP tiene la función de garantizar la evolución ordenada de los gastos de la UE dentro de sus propios recursos. No se espera nada concreto en esta cita, pero sí avances que cristalicen antes de que acabe el año. "Siguiendo el principio de que nada está acordado hasta que todo esté acordado, debemos analizar críticamente nuestras necesidades más apremiantes, identificar nuestras prioridades y decidir cómo financiarlas", añade el presidente del Consejo.

Además, se debatirá la importancia de que la UE mantenga su posición de liderazgo dentro de la próxima Cumbre del Clima que se celebrará en Dubai (Emiratos Árabes Unidos) entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre de este año. Y se repasará lo hablado sobre inmigración en el Consejo informal de Granada de principios de mes y sobre apuestas de competitividad y mercados abiertos. 

De nuevo, como con la guerra de Ucrania, los planes saltan por los aires y un conflicto se pone en lo más alto de la agenda comunitaria. Hay muchas vidas en juego.