Naciones Unidas rebaja su petición de fondos para este año, no porque las guerras, los terremotos o las inundaciones sean menos o haga menos daño, sino porque los países no aportan y se ciñe desesperada a lo básico: impedir que la gente muera.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) ha confirmado los dos temblores de magnitud 6,5 y 5,4, que han vuelto a golpear este domingo el oeste de Afganistán.
Los integristas se hacer fuertes, superando las oposiciones internas y sin nadie que les haga sombra, sometiendo a mujeres y niñas, con millones de ciudadanos desnutridos y anhelando un reconocimiento internacional que no llega.
Los conflictos armados dejan 238.000 muertos y un coste de 15,5 billones de euros, el 13% del PIB del planeta. Afganistán vuelve a ser el país más violento del mundo.
El héroe no lo era: entre otras cosas, mató a un detenido que tenía una pierna prostética disparándole por la espalda y se quedó su prótesis para beber cerveza.
Trabajadoras de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Afganistán expresan su temor al impacto que puede tener que la prohibición se extienda al personal sanitario.
Un militante del grupo yihadista activó su cinturón con explosivos frente al Ministerio de Exteriores cuando el personal estaba abandonando la sede tras su jornada de trabajo.