120 muertos por la explosión de un coche bomba en Irak
No son occidentales, no, sino que son los que más sufren el fanatismo islamista, aunque sobre ellos apenas se ponga el foco. Al menos 120 personas han muerto ya por la explosión ayer de un coche bomba en un concurrido mercado iraquí de Jan Bani Saad (provincia de Diyala, a 30 kilómetros de Bagdad) donde se estaba celebrando el final del mes de Ramadán, según el último balance de víctimas confirmado por fuentes policiales y médicas recogido por la cadena BBC.
"Había gente ardiendo en sus coches sin que haya asistido nadie a atenderlos", cuenta un testigo a la agencia France Presse. Otros testimonios relataban con desesperación cómo ocurre lo mismo todos los años al final del mes de ayuno y oración tradicional en el islam.
El autodenominado Estado Islámico (EI) —que controla grandes partes del país en el norte y el oeste y que ya había atentado en la zona— se ha atribuido en un comunicado el ataque de esta ciudad, de población mayoritariamente chií. Los yihadistas aseguraron que un suicida se detonó en un vehículo con tres toneladas de explosivos.
La fuerza de la explosión provocó graves daños en varios edificios colindantes, cuyos escombros cayeron sobre las personas que se encontraban en la calle. También causó incendios en locales comerciales. Tras la deflagración, se produjeron disturbios, con grupos de personas que aplacaron su ira rompiendo las ventanas de los coches que estaban aparcados en la zona del mercado.
ESPAÑA CONDENA EL "EXECRABLE Y COBARDE" ATENTADO
El Gobierno español ha condenado "en los términos más enérgicos" el atentado. "El gobierno de España condena en los términos más enérgicos el execrable y cobarde atentado terrorista en un mercado popular al noreste de Bagdad, coincidiendo con el fin del Ramadán, que ha costado la vida a un centenar de personas", ha explicado el Ejecutivo a través de un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
El Gobierno aprovecha el texto para trasladar además sus condolencias a las familias de las víctimas y su solidaridad al pueblo y a las autoridades iraquíes y para reiterar su "máximo compromiso y cooperación en la lucha contra cualquier tipo de terrorismo".
ARABIA SAUDÍ ANUNCIA LA DETENCIÓN DE MÁS DE 430 SOSPECHOSOS
El Ministerio del Interior de Arabia Saudí, por su parte, ha anunciado este sábado la detención de 431 personas sospechosas de pertenecer a células de la organización terrorista Estado Islámico, según informa la cadena Al Arabiya.
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Los detenidos pertenecen a nueve nacionalidades distintas y operaban desde "zonas desestabilizadas", según el Ministerio, que también ha anunciado que ha desbaratado seis atentados suicida en mezquitas del país, así como asesinatos selectivos contra oficiales de sus fuerzas de seguridad.
De los sospechosos, 190 pertenecen a cuatro células a las que se responsabiliza de atentados perpetrados contra las mezquitas de Al Qadeeh y Al Unoud. En la primera fallecieron 20 personas -en uno de los atentados más sangrientos del país, específicamente preparado contra la comunidad chií- y en la segunda otras cuatro.
Otros 97 detenidos están supuestamente implicados en un atentado perpetrado a finales del año pasado en la localidad, también chií, de Dalqa, donde hombres armados mataron a ocho personas.
LAS YPG Y EL OSDH ACUSAN A EI DE UTILIZAR GAS TÓXICO EN SIRIA E IRAK
Las Unidades de Protección Popular (YPG), principal formación armada kurda siria, y el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) han acusado a Estado Islámico de utilizar gas tóxico durante los ataques perpetrados a finales de junio en el norte del país, así como en Irak.
La milicia kurda ha afirmado que el EI empleó gas tóxico en los ataques del 28 y 29 de junio contra las zonas bajo su dominio en la provincia de Hasaka, en el noreste. El portavoz de las YPG, Redur Xeluk, ha indicado que por el momento no han conseguido determinar el tipo de gas químico utilizado.
Xeluk ha afirmado que ninguno de los milicianos kurdos ha muerto como consecuencia de este ataque ya que los heridos fueron llevados rápidamente al hospital.
Por su parte, el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), organización con sede en Londres pero con una extensa red de activistas sobre el terreno, ha informado de que ha documentado el uso de este tipo de gas en los ataques de EI en Siria del 28 de junio.
"Los soldados expuestos al gas padecieron ardor en la garganta, ojos y nariz, junto a graves dolores de cabeza y pérdida de concentración y de movilidad", según la denuncia. "La prolongada exposición a los químicos también les hizo vomitar".
Las YPG están investigando estos sucesos con ayuda de expertos internacionales de las organizaciones británicas Conflict Armament Research y Sahan.