Reconvergiendo

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EFE

Convergència busca su sitio, reencontrarse, armarse ideológicamente, subsistir. Han pasado muchas cosas en la política catalana en los últimos años y la gran casa del catalanismo ha arrancado estas semanas un proceso de refundación con la idea de calmar las aguas internas, dotarse de una dirección potente y aclararse ante los ciudadanos, además de blanquear una marca que arrastra muchas manchas.

Y es que el partido vive en un laberinto -hasta nominal- que ha desdibujado su perfil y le ha hecho perder la posición de opción favorita en la comunidad. Sus integrantes se sientan en el Parlament bajo el nombre de Junts pel Sí, en el ayuntamiento de Barcelona sus concejales forman parte del grupo de CiU y los diputados que entran ahora en el Congreso lo hacen con la denominación de Convergència tras haber vivido la fallida legislatura en los brazos de Democracia i Llibertat.

Esta es una muestra clara de las mutaciones en los últimos años -incluso meses- de Convergència, que se divorció de la U de Unió por las visiones diferentes sobre la independencia poco antes de las elecciones catalanas de 2015.

A VUELTAS CON EL NOMBRE

El pasado fin de semana sus dirigentes, encerrados durante tres días en el Centro Internacional de Convenciones de Barcelona, alumbraban una nueva formación, el Partit Demòcrata Català. La lucha por el nombre provocó una rebelión de las bases al no gustar las propuestas de la dirección. Al final, se impuso esta denominación frente a la de Partit Nacionalista Català.

¿Primer episodio superado? Pues no, el Ministerio del Interior entiende que no se puede registrar con ese nombre porque induce a confusión con otro partido: Demòcrates de Catalunya, presentado en julio del año pasado.

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Pascal, Turull, Sánchez, Puigdemont, Mas, Corominas, Munté y Homs

OBJETIVO: LA INDEPENDENCIA

Lo que sí tiene claro por ahora esta nueva CDC es su definición como un “nuevo partido al servicio de la gente de Cataluña” y que quiere conseguir que Cataluña sea “independiente”, para así lograr la “justicia social y el progreso económico que harán de nuestro país un referente en el mundo”. Se acabaron las medias tintas que dominaron durante años CiU, la organización recién nacida se declara independentista.

Y su símbolo primerizo es un bocadillo de cómic en el que se lee "Hola!". Es un saludo al resto de Europa. Una expresión sencilla, pero que recuerda mucho a aquel momento de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona en el que se formó un gran mosaico con esa palabra para saludar al mundo entero al son de la fanfarria de Carlos Santos. La obsesión de los soberanistas es que la cuestión catalana trascienda en la agenda internacional.

EN BUSCA DE LÍDERES

A la música alguien le tiene que poner la letra. Este miércoles por la noche se cerró el plazo para presentar candidaturas para llevar las riendas del nuevo partido. Una estructura que pretende ser más rígida en temas de incompatibilidades y que se divide en varios niveles. Ahora comienza la campaña interna y los militantes podrán escoger por primera vez directamente a sus dirigentes. Las votaciones arrancarán el 22 de julio a las 17 horas y concluirán el 23 a las 14 horas.

En esa votación se decidirán varios puestos. Los primeros son los de presidente y vicepresidente del PDN. Para este escalafón solo se ha presentado el tique formado por Artur Mas y Neus Munté. Estos puestos tendrán un nivel más representativo, de carácter institucional. De esta manera, seguirá muy presente la figura del expresidente. Según comenta a El Huffington Post un parlamentario del partido, se quiere premiar el “esfuerzo” de Mas durante estos meses y su renuncia a última hora a presidir la Generalitat para facilitar un acuerdo con la CUP. “Él ha inspirado buena parte del proceso, hizo un gesto de generosidad enorme y eso necesita un reconocimiento”, reflexiona.

Mas será el presidente y tendrá un papel institucional

Los afiliados tendrán también que pronunciarse sobre la Dirección Ejecutiva Nacional, a la que se han presentado dos candidaturas con doce integrantes. Será la elección más importante, pues se trata del órgano que llevará el partido día a día y será pilotado por un coordinador general.

En este apartado sí habrá lucha. Se ha presentado una lista liderada por el presidente de Reagrupament, Ignasi Planas, y otra dominada por el tándem Marta Pascal-David Bonvehí. Esta última se perfila como la máxima favorita y se abre paso como la opción oficialista pero renovadora.

Desde que se celebró el congreso y hasta el fin de la presentación de candidaturas, se han vivido momentos de tensión, negociaciones, llamadas a todos los niveles para formar las listas. En estos tres días ha caído el que se vaticinaba como gran favorito, Jordi Turull, que es el presidente del grupo parlamentario de Junts pel Sí. Todo parecía a su favor, pero el martes daba la sorpresa y dejaba pasar la oportunidad. Fuentes del partido comentan que era“un candidato que se asociaba demasiado a la oficialidad”, por lo que le han persuadido para que no lo intentara. Había que buscar, dicen las fuentes, algo más “renovador”. Este miércoles por la tarde también daba un paso atrás el exconseller de Justicia Germà Gordó.

Si se cumplen los pronósticos, cogerán las riendas los treintañeros Pascal -como coordinadora general- y Bonvehí -como coordinador organizativo-. La lista que llevan está integrada principalmente por alcaldes como Albert Batet (Valls), Lluís Guinó (Besalú), David Saldoni (Sallent), Xavier Fonollosa (Martorell), Marc Castells (Igualada), Lluís Soler (Deltebre) y Montse Candini (Calella de Mar).

Pascal y Bonvehí son los favoritos para la Dirección Nacional Ejecutiva

Hay que hacer varias lecturas de la candidatura favorita. Por un lado, el importante sesgo municipal. En los últimos años CDC ha intentado fortalecer el proceso a través del poder local -solo hay que recordar la foto de los alcaldes con sus varas de mando acompañando a Mas a los tribunales- y no escapa a ello que el actual presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se ha forjado en el ayuntamiento de Girona. Otra de las conclusiones es que se ha perfilado una lista joven, solo una persona supera los cincuenta años. Y no ha pasado desapercibido que también se han integrado personas de la órbita del conseller de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, otro de los poderes del partido.

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Bonvehí y Pascal

EL RETO DE CONECTAR CON LOS ELECTORES

Los afiliados también tendrán que elegir en primarias al presidente del Consell Nacional -el máximo órgano entre asambleas-. Para este puesto se han presentado el conseller de Cultura, Santi Vila, la alcaldesa de San Cugat del Vallès, Mercè Conesa, y el exalcalde de Bigues i Riells Joan Vila Massagué.

Nuestra imagen se había encasillado

“Estos días han sido muy intensos. La gente ha salido con energía del congreso fundacional, pero sabiendo que eso era lo fácil”, comenta un destacado dirigente de CDC, que reconoce que “ahora tienen retos enormes”. “Debemos ser capaces de ser algo más que un partido que consigue en las elecciones generales un 14% en Cataluña”, reflexiona.

Según fuentes del partido, “es evidente” que se está llevando a cabo esta refundación es porque existen “problemas”. Entre ellos están los discretos resultados electorales, el caso de la familia Pujol y la aparición de tramas de corrupción en instituciones dominadas por la antigua CiU. “Ha habido mucho movimiento en la sociedad catalana, nuestra imagen se había encasillado. Ahora vamos por el buen camino para que la gente nos vea cómo somos: un partido de centro, que puede posibilitar la gobernabilidad a ambos lados y que tiene como eje central la cuestión catalana””, comentan las fuentes. El discurso de CDC había quedado “lastrado”, reconocen, al gobernar junto a ERC. “Es la oportunidad de ser nosotros mismos e intentar enamorar de nuevo a la ciudadanía”, rematan.

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